Rabia y confusión: la historia del frustrado “partido piloto” entre Magallanes y Cobreloa
El encuentro de Primera B era la prueba de fuego para el retorno del fútbol en medio de la crisis que enfrenta el país. La frustración y las culpas marcaron el "papelón".
Fue un “papelón” de principio a fin. El partido entre Magallanes y Cobreloa, que estaba pendiente desde la fecha 27 de la Primera B, era un verdadero “piloto” para saber si la actividad podría retornar a la normalidad tras la crisis social en el país. La confusión y las decisiones de última hora llevaron a que todo el plan establecido por la ANFP terminara frustrado.
El jueves pasado, el organismo había entregado un calendario tentativo para el retorno del balompié. El primer duelo que aparecía en el horizonte era entre los “Carabeleros” y los “Zorros del Desierto”, quienes debían jugar en la Región Metropolitana.
Este duelo iba a ser clave para determinar lo que pasaría con el resto de los encuentros de Primera División y Primera B, pero terminó siendo suspendido, con los jugadores de ambos planteles ya presentes en el estadio.
Las decisiones de último momento
En el calendario inicial, la ANFP estableció que el encuentro se disputaría el martes 12 de octubre a las 12:30 en el Estadio Municipal de San Bernardo, donde Magallanes ejerce como local.
Con el correr de los días la planificación cambió, ya que el encuentro se trasladó hasta el Estadio Municipal de La Pintana, se adelantó en media hora y quedó a puertas cerradas.
Desde el cuadro loíno -que se encuentra en los primeros puestos de la tabla luchando por el ascenso- reclamaron airadamente por la jornada en la que se fijó el partido, ya que la Mesa de Unidad Social había convocado a un paro nacional de dos días, el que justamente calzaba con la fecha del partido.
El equipo dirigido por Víctor Rivero viajó directamente desde Calama hacia Santiago. Se hospedó en un hotel de concentración y durante la mañana partió al sector sur de Santiago, que horas antes del duelo ya tenía barricadas en diversas calles. Desde ahí las cosas se veían mal.
Cerca de las 11:10, un poco menos de una hora antes del inicio de lance, las autoridades ratificaron que la pelota no rodaría en el césped pintanino.
La rabia de los planteles y las explicaciones
La repentina suspensión del encuentro entre Magallanes y Cobreloa indignó a los planteles, especialmente a los naranjas, que realizaron un largo trayecto para cumplir con el compromiso.
“Esto está pasando a ser chacota, entonces debiera haber seriedad en el tema. Ya dimos en su momento nuestro parecer, hemos venido dos veces a jugar, dijimos que no era el momento. Los muchachos estaban vestidos, quizás no con la cabeza totalmente en el partido. Nos hacen desvestirnos, nos hacen vestirnos, nos dicen que se juega, que mañana se va a jugar en otro estadio”, afirmó Rivero.
La rabia de los protagonistas del partido fue transmitida a través del Sifup, que derechamente afirmó que lo ocurrido “atenta contra los trabajadores del fútbol”.
Tras las quejas vinieron las explicaciones de las diversas autoridades involucradas. La ANFP lanzó un comunicado donde señaló que un funcionario de la Municipalidad de La Pintana “nos informó en un primer momento que una turba de manifestantes iba camino al estadio. Posteriormente, dijo que los funcionarios municipales se sumaban al paro nacional y que el estadio no estaría disponible para el partido”.
“Carabineros y Estadio Seguro, junto con los jefes de seguridad de Magallanes, Cobreloa y la ANFP, confirmaron en el lugar que las condiciones de seguridad estaban, pero el funcionario insistió en la negativa de ceder la cancha y dijo representar la voluntad de la alcaldesa. Es decir, la Municipalidad cambió de parecer sin expresar formalmente una causa real. La ANFP, en conjunto con los clubes, el Sifup y Estadio Seguro, les hicimos ver lo improcedente y poco fundamentada que era la decisión de impedir jugar”, expresó.
Además de esto, desmintieron una supuesta comunicación entre los dirigentes del fútbol y la Intendencia Metropolitana, donde supuestamente se hablaba de problemas en el uso de la cancha.
La Municipalidad de La Pintana salió al paso de todas estas versiones, señalando que “desde la noche anterior, la Corporación recibió información de que el partido podría ser interrumpido por manifestantes que pretendían ingresar al estadio, con el riesgo concreto para deportistas, personal y los propios manifestantes, por lo que en la mañana se contactó con la Intendencia Metropolitana y con la ANFP para expresarles su intención de suspender el encuentro”.
“Debemos recordar que el acuerdo de arriendo del Estadio Municipal se realizó mucho antes de que distintas organizaciones sociales y sindicales hiciera la convocatoria a paro nacional”, agregó.
Lo cierto es que, más allá de las explicaciones, el partido entre Magallanes y Cobreloa quedó postergado. Algunas de las ideas que rondaba durante el martes era la realización de una jornada doble con el partido entre Deportes Melipilla y Deportes Copiapó, que se disputaría en La Florida o en el Estadio Santa Laura, finalmente se suspendió todo hasta nuevo aviso.