La crisis salvó el peor año de la U
El equipo laico tuvo una de las peores campañas de la década, donde vio el descenso a Primera B desde muy cerca. La decisión del Consejo de Presidentes le permitió quedarse por un año más.
La crisis social finalmente tuvo sus consecuencias en el fútbol y terminó con el cierre de la temporada 2019, en un hecho que benefició directamente a la U, equipo que permanecerá en la Primera División tras un paupérrimo año marcado por los malos resultados y la lucha constante por no descender a la Primera B.
La decisión del Consejo de Presidentes de la ANFP de cerrar el campeonato sin ascensos ni descensos salvó a los azules, quienes antes del 18 de octubre se encontraban fuera de la zona de descenso directo por diferencia de goles y que hasta este viernes se habían complicado con el inconcluso empate sin goles de Deportes Iquique con Unión La Calera.
La fotografía que quedó fijada tras el encuentro de los dirigentes dejó al equipo dirigido por Hernán Caputto en el lugar 14 de la tabla con 24 puntos. Durante el año ganó 4 partidos, empató 12 y perdió 8, convirtiendo 32 goles y recibiendo 38.
Cambios de entrenador y presidente
El elenco azul tuvo tres entrenadores durante todo el proceso, los que no pudieron mejorar el nivel de un equipo opaco que no podía sostener las ventajas del primer tiempo. La temporada la inició bajo el mando del argentino Frank Darío Kudelka, quien salió durante la quinta fecha.
Tras esto arribó el uruguayo Alfredo Arias, quien protagonizó una polémica luego que admitiera que mintió sobre su llegada a Chile, la que se había concretado antes del despido de su antecesor. Este hecho más el pobre rendimiento del equipo en la cancha le fueron restando todas las fichas. Su partido final fue el empate 1-1 con Audax Italiano en el mes de agosto.
Ante esto se decidió recurrir a alguien “de la casa”. Se trataba del entrenador Hernán Caputto, quien venía de haber renunciado a la selección Sub 17 para sumarse a las inferiores del elenco colegial. Bajo su mando las cosas no mejoraron mucho, ya que si bien se lograron puntos claves también se sentenciaron derrotas dolorosas como la sufrida ante Colo Colo en el último superclásico jugado en el Monumental.
La crisis futbolística también implicó un cambio de liderazgo dirigencial en la U. Carlos Heller, el máximo accionista, decidió dejar la presidencia del directorio y la entregó a José Luis Navarrete.
Problemas económicos
Los problemas de Universidad de Chile no solo se centraron en lo futbolístico, ya que también tuvieron sus efectos en lo económico, quedando en evidencia en un hecho que incluso generó bromas en redes sociales.
Es que la nueva administración decidió iniciar un profundo plan de austeridad para rebajar los gastos. Una de sus partes incluía la restricción del shampoo para los jugadores, los que desde ese momento debían llevar sus propios implementos de aseo personal.
La situación causó tanto revuelo que una marca de productos de aseo envió un cargamento de shampoo al Centro Deportivo Azul (CDA). El regalo fue rechazado de plano por los dirgentes, quienes consideraron que se trató de una “burla” y el aprovechamiento de la empresa a costa del mal momento de su institución.
El elenco laico venía de una espiral de pérdidas, las que en 2018 alcanzaron los $752 millones. Para 2019 se estimaba que esa cifra subiera a $1.338 millones.
Salvados por la Garra Blanca
La U intentó de todo para salir de su crisis, incluyendo la instalación de la figura de una virgen en su centro de entrenamiento. Nadie presagió que la Garra Blanca, la organización de barristas de Colo Colo, prácticamente los iba a salvar del descenso.
Es que fueron ellos los que el viernes 22 de noviembre ingresaron violentamente a la cancha del estadio Bicentenario de La Florida cuando se jugaba el encuentro entre Iquique y La Calera. Las amenazas de boicot, mezclada con este incidentes, llevaron a los jugadores agrupados en el Sifup a solicitar la suspensión de la actividad hasta que se garantizaran las condiciones de seguridad mínima. Aquello no ocurrió y el torneo finalmente se clausuró.
La resolución del Consejo de Presidentes también terminó siendo beneficiosa para los azules, ya que el punto conseguido por los “Dragones Celestes” los dejaba en el penúltimo lugar. El congelamiento de los movimientos divisionales terminó perjudicando a Santiago Wanderers, que no pudo subir a Primera pese a quedar como el puntero de la segunda categoría.
Finalmente la crisis social terminó salvando a una U que tendrá una enorme tarea de cara al próximo año, ya que deberá mejorar sustancialmente su situación deportiva y económica para no pasar sustos.