Vidal vs. Barcelona: los otros “divorcios” entre jugadores y clubes que han terminado en demandas
El no pago de 2,4 millones de euros en bonos tiene al chileno enfrentado con su club, en una acción judicial que podría terminar en un quiebre definitivo entre ambas partes.
Una demanda presentada ante dos instituciones deportivas tiene al volante Arturo Vidal al borde del quiebre definitivo con el FC Barcelona, club del cual desearía partir a inicios de 2020 para fichar por el Inter de Milán.
El chileno denunció al cuadro catalán ante la Comisión Mixta de la Liga y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) por el no pago de 2,4 millones euros en bonos.
La acción es rechazada por los dirigentes del equipo azulgrana, quienes apuntan a una mala interpretación del contrato, apuntando a que el “Rey Arturo” no ha disputado el 60% de partidos oficiales y por ello no le corresponde ninguna cantidad por esos bonos.
El caso de Vidal contra el Barcelona se suma a otros casos de futbolistas tanto en el fútbol nacional como en el chileno, donde se han visto verdaderos “divorcios” entre los referentes y las instituciones que alguna vez defendieron.
Demandas y amenazas
Esta no es la primera vez que el Barcelona se enfrenta a una acción judicial, ya que antes de lo sucedido con Vidal tuvo que recibir las demandas interpuestas por el delantero brasileño Neymar, quien en 2018 acusó al elenco culé por 30 millones de euros por una segunda parte de la prima de renovación que, por contrato, le correspondía percibir cuando abandonó el club azulgrana.
A esto se sumó otra demanda anunciada el 12 de diciembre pasado, la que alcanza los 3,5 millones de euros, y donde el jugador acusó a la institución de “actuar de mala fe” y tomar represalias contra él por su decisión de cambiarse al París Saint-Germain. Esta acción ocurrió un par de meses después que se negociara su eventual regreso al equipo catalán, el que no se concretó por los altos montos involucrados en la operación.
Otro caso de este tipo es el protagonizado a mediados de este año por el galés del Real Madrid Gareth Bale, quien cansado de la falta de oportunidades en el equipo “merengue” amenazó con ir a la justicia, acusando un eventual “trato inadecuado”. En su caso, la acción no se concretó y el futbolista continuó en el equipo.
También hay un antecedente protagonizado por un chileno, pero que tuvo su desarrollo en el exterior. Se trata del conflicto entre Claudio Bravo con la Real Sociedad, equipo que lo hizo debutar en el fútbol europeo. El arquero acusó al elenco de San Sebastián de no pagarle 1,5 millones de dólares por un tema pendiente en su traspaso a FC Barcelona el 2014.
La acción del chileno en contra de la institución vasca llegó a su fin en septiembre pasado, cuando la Justicia de España terminó fallando a favor del equipo. Este hecho, según lo afirmado por los medios españoles, terminó con un quiebre total entre Bravo y la hinchada de Real Sociedad.
Los casos chilenos
En nuestro país también se han registrado casos de acciones judiciales iniciadas por jugadores en contra de sus propios equipos, las que han terminado de distinta forma, pero que tienen como factor la distancia prácticamente insalvable entre los demandantes y los demandados.
En 2015, el delantero Humberto Suazo decidió emprender acciones legales en contra de Blanco y Negro luego que se confirmara su salida de Colo Colo. El sanantonino -que había tenido un conflicto con el cuerpo técnico liderado por José Luis Sierra-, acusó despido injustificado y acoso laboral, solicitando una indemnización de 815 millones de pesos. En octubre de 2016 la Corte Suprema confirmó que el equipo debía pagarle un monto de 370 millones de pesos.
El hecho generó un evidente quiebre entre “Chupete” y la concesionaria, el que aún no se ha podido sanar.
Una ruptura más profunda fue la protagonizada por Mauricio Pinilla y la Universidad de Chile. El conflicto comenzó a mediados de 2018, cuando el delantero intentó fichar por Colón de Santa Fe. La partida no se concretó, pero para la concesionaria Azul Azul el jugador ya estaba afuera del equipo.
Debido a esto “Pinigol” presentó un recurso acusando “vulneración de derechos fundamentales con ocasión del despido”, exigiendo una indemnización de más de 1.000 millones de pesos por conceptos de lucro cesante por el segundo semestre y los bonos especiales que no le serían pagados.
Aunque en noviembre se había anotado un triunfo en el Juzgado de Letras del Trabajo de la comuna de San Miguel, el club llevó su réplica a la Corte de Apelaciones, que le terminó dando la razón y desestimando la acción judicial del ariete.
El lío judicial provocó un distanciamiento entre la hinchada azul y Pinilla, quien hasta ese entonces era uno de los jugadores más identificados con el elenco laico.