Partidos sin visitantes: la costumbre argentina que llegó a Chile para quedarse
Los desmanes registrados en los estadios llevaron a que las autoridades tomaran drásticas decisiones sobre el Campeonato Nacional. Hace más de una década, el fútbol trasandino abordó el problema de la violencia de la misma forma.
Las autoridades gubernamentales de las regiones de Valparaíso y Metropolitana decidieron tomar drásticas medidas para dos de los partidos más relevantes de la cuarta fecha del Campeonato Nacional a causa de los incidentes violentos que se desataron hace un par de semanas en distintos recintos deportivos.
Es que se anunció que los encuentros entre Santiago Wanderers y Universidad de Chile, además del encuentro entre Colo Colo y Universidad Católica, no contarán con la presencia de la hinchada visitante. La justificación para aquello son los problemas de seguridad que quedaron en evidencia especialmente en la fecha 2, donde una porción de las barras de los azules y los cruzados protagonizaron graves desmanes.
La medida se había aplicado anteriormente en el encuentro entre Everton y Coquimbo Unido en Viña del Mar, el que no tuvo a seguidores “piratas” apoyando a su equipo.
Esta costumbre viene desde Argentina, donde hace más de una década se tuvo que tomar la decisión de jugar encuentros solo con público local como forma de frenar la violencia desatada de las barras bravas. Aquello también se aplicó en algunas oportunidades en nuestro país, aunque mucho antes del estallido social que generó una ola de incidentes en el fútbol.
La experiencia trasandina
Durante la década de los noventa la situación de las barras bravas en Argentina parecía incontrolable. Los enfrentamientos entre grupos identificados con equipos -los que en muchos casos estaban directamente involucrados con el crimen organizado- terminaban con muertos y heridos por doquier, afectando directamente a las instituciones deportivas.
Una nota de Clarín recordó que a finales de 2006, la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) tomó la decisión de prohibir la presencia de hinchadas de los equipos visitantes en los estadios. En 2007 se aplicó directamente al torneo del ascenso, a propósito del asesinato del seguidor de Tigre, Daniel Cejas, tras un partido por la liguilla de promoción con Chicago.
La medida se extendió a la Primera División en 2013. El asesinato del hincha de Lanús, Javier Gerez, quien recibió un escopetazo de la policía en el Estadio Único de La Plata, hizo recrudecer la violencia y llevó a que la prohibición se aplicara casi en todas las canchas trasandinas, salvo algunas contadas excepciones.
El ex futbolista Sebastián Roco tiene experiencia con el fútbol trasandino. En 2008 jugó en Gimnasia y Esgrima de Jujuy, elenco de provincia que tenía que sostener la presión de ser una visita absoluta en sus partidos ante equipos “grandes” como Boca Juniors y River Plate.
“Allá en prácticamente todos los partidos se hace sentir la localía, la seguridad se hace sentir”, expresó el ex defensa, quien opinó que la medida le parece algo “exagerada” para Chile, apuntando a que se haría notar solo en los equipos de mayor convocatoria.
Sobre esto, Roco agregó que “lo que pasa en Argentina es que eso no se nota, porque en muchos equipos la hinchada local puede llenar sola el estadio, porque a veces los clubes tienen más socios que la misma capacidad de los recintos, entonces no quedan tan afectados económicamente con la recaudación como podría ocurrir en Chile”.
Por su experiencia, el ex jugador contó que “en un viaje a Rosario nos encontramos en el bus con la hinchada local, y quedamos sin los vidrios, y eso era una constante”.
Otros partidos sin público en Chile
Aunque la costumbre parecería ser recientemente incorporada a propósito de lo ocurrido durante las últimas semanas, lo cierto es que en Chile se ha aplicado la medida en varias oportunidades, algunas veces como castigo a los grupos violentos y otras como la única forma de abordar la violencia al interior de los estadios.
En julio de 2015 los hinchas de Everton de Viña del Mar protagonizaron violentos incidentes durante un encuentro ante Santiago Wanderers por la Copa Chile. En aquella oportunidad, un grupo identificado con el cuadro “ruletero” intentó traspasar las barreras e ingresar a la cancha, siendo finalmente contenido por Carabineros.
Debido a esto el encuentro fue postergado y el partido de vuelta, que se disputó en el Estadio Elías Figueroa de Valparaíso, se jugó sin la presencia de seguidores viñamarinos en las tribunas.
Una medida similar se tomó en 2016, cuando la Intendencia Metropolitana decretó que los partidos de ida y vuelta entre Universidad Católica y Universidad de Chile por Copa Libertadores se debían disputar sin la barra de visita tanto en San Carlos de Apoquindo como en el Estadio Nacional.
Otro caso recordado ocurrió en 2011, cuando Universidad Católica recibió a Colo Colo en el Estadio San Carlos de Apoquindo tras varias décadas de “veto” al encuentro en Las Condes. Aunque no se estableció una prohibición directa a los visitantes, el cuadro cruzado decidió entregar tan solo 30 entradas de cortesía para los albos.
El encuentro se realizó en medio de fuertes enfrentamientos en los alrededores del recinto deportivo y terminó con los seguidores colocolinos acusando un trato discriminatorio de parte de los estudiantiles.