Con interinato extendido y sin figuras: el terrible regreso de Colo Colo tras la cuarentena
Los albos no pudieron aprovechar la pausa que dio la pandemia para mejorar el mal rendimiento que habían marcado el primer semestre.
Colo Colo está pasando por uno de los momentos más complicados del último tiempo, marcado por una cuarentena extensa y llena de conflictos, la que se mezcló con una crisis financiera, un interinato “eterno” en la dirección técnica y la falta de figuras importantes para subir el nivel futbolístico.
Antes del cierre completo del campeonato por la pandemia del coronavirus, el equipo popular venía de haber despedido a Mario Salas, quien dejó al equipo luego de una dolorosa derrota ante Curicó Unido. El paraguayo Gualberto Jara, director técnico de las divisiones inferiores, tomó las riendas del plantel de forma provisional.
Los triunfos ante Deportes La Serena y el positivo arranque en Copa Libertadores frente a Wilstermann de Bolivia y Atlético Paranaense fueron un bálsamo que permitió a los hinchas y dirigentes vislumbrar un mejor futuro para los próximos meses.
Pero la crisis sanitaria echó por tierra este deseo, agregando un fuerte quiebre entre el plantel y la concesionaria Blanco y Negro por la aplicación de la Ley de Protección al Empleo, además de otras dificultades administrativas.
El quiebre en la cuarentena
Las diferencias entre los jugadores y la dirigencia impactaron directamente la preparación del plantel. Por cerca de tres meses, la relación entre los referentes y los directivos estuvo prácticamente congelada y solo se resolvió ante la proximidad del retorno del fútbol.
Durante la segunda quincena de julio, los ministerios de Salud y del Deporte autorizaron a los equipos a retornar a sus entrenamientos. Los albos fueron de los últimos en aplicar los exámenes de PCR para volver a encontrarse en el Estadio Monumental.
El reinicio no solo marcaba la vuelta al balompié en todos sus aspectos, sino que además reactivó los contratos de los jugadores, los que habían sido suspendidos. Aquello no impidió que los futbolistas recurrieran a la Dirección del Trabajo (DT) para solicitar la reposición de los montos que dejaron de recibir durante estos meses.
Públicamente, tanto el capitán Esteban Paredes como el presidente de la concesionaria, Aníbal Mosa, intentaron dar señales de unidad y reconciliación, aunque las aguas no estaban quietas incluso al interior del plantel, donde se generó una disputa por unos dineros que se entregarían a los futbolistas más experimentados.
El interinato permanente
La cuarentena de Colo Colo ha estado marcada por la falta de un DT estelar, el que está ausente desde la partida de Mario Salas.
Gualberto Jara tomó al equipo y logró elevar su rendimiento tanto en el plano local como internacional. La situación cambió radicalmente luego que finalizara la pausa por la pandemia, ya que desde entonces el guaraní suma un empate (el clásico ante Universidad de Chile) y dos derrotas (frente a Santiago Wanderers y O’Higgins).
Antes de la suspensión, los dirigentes de Blanco y Negro viajaron a Brasil para negociar sin éxito con el ex seleccionador Luiz Felipe Scolari. Luego surgió el nombre del ex adiestrador de Universidad Católica, Gustavo Quinteros, quien preferiría fichar en la segunda rueda o el próximo año.
Con esto en mente, la solución de la concesionaria sería establecer un nuevo interinato, que estaría en manos del multicampeón albo Luis Mena. El ex defensa tendría la difícil misión de llevar a flote al plantel mientras los directivos buscan la mejor alternativa de DT oficial tanto en el aspecto deportivo como económico.
La falta de figuras clave
El gol de Esteban Paredes en el superclásico ante Universidad de Chile no solo marcó un récord como el máximo goleador de estos encuentros, sino que también reflejó la situación de un plantel que carece de referentes nuevos y potentes para conseguir resultados.
El ariete de 40 años lleva dos goles en Primera División, los mismos que el argentino Nicolás Blandi, quien llegó a inicios de este año como el gran refuerzo para la delantera.
El trasandino, ganador de la Copa Libertadores en 2014, estaba destinado a ser el complemento o incluso el reemplazante del “Tanque”, pero su rendimiento en los 434 minutos que ha jugado ha estado muy lejos de cumplir con las expectactivas.
Otro que llegó como gran figura y que aún está en deuda es Matías Fernández. El mediocampista, que brilló con los albos en 2006, no ha logrado consolidarse como titular. La lesiones que arrastraba desde su paso por Junior de Barranquilla lo complicaron durante los meses de cuarentena que vivió junto con Colo Colo.
La eventual reapertura del mercado de pases tras el cierre de la primera rueda del torneo le daría a Blanco y Negro la opción de contratar a nuevos jugadores. Sin embargo, las dificultades económicas, expresadas en el conflicto salarial con el plantel, limitarían sus alternativas en un mercado profundamente golpeado por la crisis.