Las fallas del fútbol chileno para mantener su protocolo por el coronavirus
El retorno de la actividad no tuvo mayores problemas, pero tras el caso de Colo Colo y Antofagasta aparecieron una serie de dificultades, las que afectaron principalmente a la Primera B y Segunda División.
El fútbol volvió a su actividad el 29 de agosto pasado tras varios meses de paralización por la pandemia del coronavirus, realizando importantes esfuerzos para elaborar un protocolo sanitario que permita mantener la integridad de los futbolistas, técnicos y trabajadores de los equipos, y asegurar la continuidad de un deporte del cual dependen cientos de personas para sustentarse económicamente.
En las primeras semanas, las estrictas medidas elaboradas por la Comisión de Retorno de la ANFP y las autoridades del Ministerio de Salud dieron resultados alentadores, con una bajísima positividad en los exámenes de PCR, y el hallazgo y aislamiento inmediato de los casos confirmados.
Pero un enredo tras el viaje de uno de los elencos más populares del Campeonato Nacional generó una serie de complicaciones, la que se repitieron con las cuarentenas masivas de elencos de Primera B y Segunda División, además del arribo de un entrenador que resultó contagiado a su llegada a un nuevo club.
Los hechos ocurridos durante los últimos días plantearon una serie de desafíos y cambios organizacionales del balompié nacional, el que deberá seguir reforzando sus medidas para evitar un nuevo apagón deportivo, el que daría un verdadero golpe mortal a la actividad.
Desde el enredo de Colo Colo a las cuarentenas
Hasta el 26 de septiembre, el protocolo para el retorno del fútbol chileno en medio de la pandemia del coronavirus funcionó de forma impecable. Sin considerar el complicado inicio con una cuarentena masiva del plantel de Curicó Unido –la que se resolvió rápidamente-, las autoridades deportivas y sanitarias fueron capaces de asegurar la continuidad de los torneos y, al mismo tiempo, preservar la salud de todos los involucrados.
Pero en aquel día un caso detectado en la comitiva de Colo Colo que viajó a Brasil a jugar la Copa Libertadores desordenó todo el panorama. El equipo albo realizó sus exámenes de PCR un día antes de su encuentro ante Deportes Antofagasta, por lo que se tuvo que suspender, generando un conflicto dirigencial que terminó siendo resuelto por la Segunda Sala de Tribunal de Disciplina de la ANFP.
Christian García, doctor en Salud Pública y académico de la Universidad de Santiago (Usach), señaló que este incidente marcó todas las complicaciones que ha tenido el fútbol posteriormente, siendo un reflejo de las dificultades que aún existen a nivel organizacional para asegurar el funcionamiento de las instituciones.
“De partida, el viaje del dirigente positivo complicó todo. Uno se pregunta si en ese entonces era necesario que él estuviera en la delegación que fue a Brasil”, manifestó el especialista a EL DÍNAMO.
Tras este incidente, se conoció el caso de Deportes Valdivia, que no pudo viajar a Calama para jugar ante Cobreloa por los casos positivos que afectaron al plantel. En este caso, el directorio de Quilín, encabezado por Pablo Milad, consideró que existieron falencias de parte de los sureños, específicamente en el tema de la trazabilidad.
Adicionalmente, ocurrió otro incidente que afectó a Independiente de Cauquenes, elenco que mantiene a 14 de sus jugadores en cuarentena preventiva por un contacto estrecho con un paciente COVID-19 positivo. El club tuvo que viajar con siete futbolistas juveniles para enfrentar a Fernández Vial y así evitar una millonaria multa. Afortunadamente para ellos, la ANFP accedió a postergar el encuentro, evitando así un bochorno de proporciones.
El último caso complejo lo protagonizó el recién llegado entrenador de Universidad de Chile, Rafael Dudamel, quien llegó al país con un PCR negativo, pero que terminó dando positivo en el test que se le aplicó en nuestro país.
El rol de los equipos en la pandemia
García afirmó que en todo tipo de organizaciones, incluyendo el fútbol, se deben establecer protocolos y acciones que permitan aportar en el control general de la pandemia del coronavirus.
“Todas las actividades deben tener como misión principal cortar la cadena de contagios. Hemos visto que para la ANFP ha sido muy difícil mantener los protocolos, incluso con las medidas impuestas por la autoridad sanitaria. Lo que ha ocurrido es un reflejo de lo que pasa en nuestro país, donde se ajustan las medidas dependiendo de las situaciones“, señaló.
El académico puso como ejemplos eventos deportivos de Europa y Estados Unidos, en donde “los equipos han tomado la responsabilidad de cortar la cadena de contagios, de mantener su burbuja sanitaria, de contactar a los contactos”.
Para ejemplificar las obligaciones de los clubes chilenos frente a la crisis sanitaria García abordó la situación de Dudamel, quien llegó desde Colombia a Santiago con un examen negativo.
“Lo más probable es que se trató de un falso negativo, porque el virus tiene un período de incubación. Me parece bien que él haya llegado al aeropuerto con la mascarilla, pero creo que se tiene que hacer un estudio muy detallado de todas las personas con las que tuvo contacto posteriormente, y eso es responsabilidad de la institución”, aseveró.
García explicó que una parte fundamental del control del COVID-19 viene desde la anticipación, tanto en la prevención de las infecciones como en materias de organización.
“Tenemos que pensar en el escenario de volver a suspender los partidos, tomando en cuenta algunas situaciones complicadas como en Segunda División. Es importante tener todas las cartas sobre la mesa previamente, porque así la paralización del fútbol va a ser menos traumática y habrá ciertas certezas de lo que se va a hacer”, expresó.
El especialista cerró explicando que para que los clubes -que tienen distintas realidades institucionales y financieras- puedan acoplarse a los protocolos, es necesario tener un apoyo en lo técnico y económico desde la ANFP.