Educados para competir y ser gerentes: estudio analiza cómo es la educación ABC1 en Chile
El estudio de la PUC mostró que los alumnos de estos colegios tienen poco contacto con personas de otros estratos socioeconómicos.
En medio de la discusión sobre reformas educacionales, la desmunicipalización y la crisis de la discusión pública, existe un tipo de establecimientos escolares que parece estar ajenos a todo tipo de cuestionamientos: los colegios de élite. Por ser colegios privados, poco se ha hablado sobre sus mallas curriculares y su forma de enseñanza. Pero un estudio publicado por el Centro de Estudios y Políticas Prácticas de la Educación, CEPPE, reveló la forma en la que educan los colegios más exclusivos del país, generalmente concentrados en el sector oriente de Santiago.
Según el informe, publicado por El Mercurio, existen tres tipos de establecimientos de élite en Chile: los pertenecientes a congregaciones convencionales como los Padres Franceses o los Jesuitas, entre otros; las que responden a grupos católicos nuevos como los Legionarios de Cristo, Opus Dei, y Schoenstatt; y los creador por inmigrantes, principalmente ingleses.
Después de conversar con alumnos de 18 establecimientos de este tipo, la investigación llegó a la conclusión que estos colegios “Deliberadamente, seleccionan a ‘iguales’ y se establecen redes de contacto activas basadas en amistad y parentesco”. Lo que es descrito como una “endogamia particular”.
La selección no es tan difícil: cobran aranceles que pueden llegar a los 13 millones de pesos anuales y casi ninguno da becas a sus alumnos. Pero aunque sus alumnos destacan por sobre sus pares de otros colegios, en la prueba PISA que mide el nivel educativo a nivel internacional obtienen malos resultadoss.
La investigación también apunta que el tipo de formación es “gerencial”, que “apunta a desenvolverse de manera efectiva en una economía de mercado”, y que por eso se privilegia lo racional y las matemáticas por sobre lo emocional. Además de privilegiar la competencia por sobre la colaboración.
Otro punto que destacó el documento es que estos alumnos tienen nulo contacto con personas de otros sectores de Santiago y de otras clases sociales durante el colegio. Y que solo se relacionan con personas de más bajos recursos en actividades como “misiones” o irse a vivir con una familia pobre una semana. Los investigadores dicen que “en estas actividades, la relación con otros diferentes no es nunca en términos de iguales, y por lo tanto, tienden a naturalizar las relaciones de subordinación y dependencia”.
Pero también se relación con el otro 99% del país en escapadas nocturnas que este grupo clsificó como “chuleo”. Esto significa, en la jerga zorrona, ir a carretear bajo Plaza Italia en búsqueda de aventuras sexuales. “Esta práctica divide a las mujeres en dos tipos: las para comprometerse y las para sólo tener sexo. Y produce explícitamente límites de clase y género”, explican en el estudio.