Archivo Nacional y Universidad San Sebastián se unen para acercar el patrimonio histórico a escolares

La historia de Chile es un contenido básico de las clases de ciencias sociales en todas las aulas chilenas. Miles de escolares, generación tras generación, han crecido escuchando de sus profesores las historias de héroes patrios como José Miguel Carrera y Manuel Rodríguez. ¿Pero qué pasaría si en vez de acceder a estos hechos de la boca de un profesor que anota en una pizarra y del -muchas veces poco atractivo- material bibliográfico, los estudiantes pudiesen ver con sus propios ojos los documentos y testimonios escritos o firmados por estos personajes? Muchos de estos objetos forman parte del patrimonio resguardado por el Archivo Nacional Histórico.

Según Eliana Urrutia, académica de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad San Sebastián, aproximar a niños y jóvenes a la experiencia de observar y manipular documentos históricos mejora sustancialmente la experiencia y la calidad del aprendizaje, oportunidad que el Archivo junto a la USS quieren potenciar, puesto que si bien este es un espacio de acceso público, son generalmente los investigadores académicos universitarios quienes mayoritariamente consultan este tipo de material. Es por eso que en mayo de 2016, la Universidad San Sebastián firmó una alianza con el Archivo Nacional Histórico y ha desarrollado un proyecto colaborativo en el área de Vinculación con el Medio de la casa de estudios.

La colaboración consiste en que en una primera etapa, los estudiantes de la carrera de pedagogía en Historia y Geografía, refuerzan el área educativa del Archivo Nacional a través de la realización de visitas guiadas a alumnos de educación básica y media. Junto con esto, elaboran material didáctico para que los profesores puedan complementar la visita al Archivo con actividades vinculadas a los documentos, así como la transcripción de éstos, todo en el contexto del curriculum escolar vigente.

Según Urrutia, encargada de coordinar la alianza entre la Universidad y el Archivo, estas actividades tienen varios efectos positivos en los estudiantes. “Sacarlos del aula hace un quiebre con sus expectativas y les genera un vínculo emotivo con el aprendizaje. Además, en el caso de comunas de regiones o de zonas rurales, como por ejemplo Colina, el traer a los alumnos a la ciudad también enriquece la experiencia”, explica.

“Lo segundo que ayuda mucho al estudiante es estar en contacto directo con la fuente. Ver el documento en directo es distinto a leerlo en un libro o escucharlo de un profesor. Es un objeto, tiene una textura, un cuerpo, un volumen. Eso también fortalece la motivación del estudiante. Y lo otro es que son atendidos por especialistas en la materia, que manejan temas más específicos que contribuyan al trabajo de los profesores del sistema escolar”.

Por su parte, el coordinador del Archivo Nacional, Luis Martínez, dice: “Para nosotros es un gusto que coincidan dos instituciones que se la juegan por la educación. Lo que queremos es que cuando lleguen los estudiantes, puedan conocer y aprender a querer el patrimonio documental que conservamos. Nosotros no contamos con todos los recursos humanos para hacer de este espacio algo más abierto y ciudadano, por lo cual es tremendamente satisfactorio saber que la USS nos apoyará en esta labor”.

Las actividades no solo se centran en las materias de historia y geografía, sino que también en otras como arte o literatura. Es por esto que también se espera en una segunda etapa que participen estudiantes de Educación Básica, Educación Parvularia y Educación

“Esta es la casa de las fuentes documentales, entonces, esperamos que desde el trabajo de práctica se amplíe el acceso al valioso material que conserva el Archivo y se potencie la formación de nuestros estudiantes y por consiguiente de los futuros profesores”, concluye la académica de la Universidad San Sebastián.