Universidad Regional
Sus primeros alumnos serán casi un centenar, pero dado su magnetismo y potenciales, la Universidad de Aysén se convertirá, junto a otros centros en uno de los más atractivos del país y del mundo.
Antonio Horvath Gutiérrez es Director Ejecutivo Instituto Libertad. @AntonioHorvathG
El 17 de junio de 2014 fueron creadas por ley dos universidades, una en la región de O’Higgins y la otra en la de Aysén. Como toda iniciativa, dicho proyecto parte en condiciones de esfuerzo, aparentemente precarias, pero también hay que evaluarlo como la semilla de un gran árbol que rendirá frutos no solo para las respectivas regiones, sino para todo el país, teniendo características propias, que incluso, tienen la oportunidad de trascender a nivel internacional.
En el caso de la Región de Aysén, que es la más aislada del país, tiene como contraparte la de ser un laboratorio natural por su condición de privilegio ecológico y disponer de la mayor variedad de ecosistemas, tanto marinos como terrestres, con grandes cuerpos de agua dulce, centenares de glaciares y una rica avifauna y una especial cultura. Este solo hecho de estar en el corazón de la Patagonia le hace brillar los ojos a cualquier persona en cualquier lugar del planeta; de hecho, la Patagonia es más conocida que Chile.
Por esta, entre otras razones, incluso antes que se dictara la ley de creación de la Universidad de Aysén, se impulsó un acuerdo con la Universidad Técnica de Berlín, cuyos facultativos, habiendo trabajado en nuestra región y habiéndose vinculado con los más importantes centros de investigación e innovación del mundo, apostaron por hacerse parte de este hermoso proyecto.
Es así como la Universidad de Aysén tiene la posibilidad de constituirse no solo como referente, sino que estar en igualdad de condiciones para estudiantes, profesores e innovadores, como sus homólogos de Alemania.
Si bien la Universidad de Aysén parte con seis carreras tradicionales, como son Agronomía, Ingeniería Forestal, Ingeniería Civil Industrial, Trabajo Social, Enfermería y Obstetricia, dejó para más adelante lo que la identifica más plenamente. Por ejemplo, no cuesta nada pensar en una Ingeniería en Biodiversidad que agrupe a áreas de la agricultura, la ganadería, lo forestal, la acuicultura y el turismo científico.
Nuestra naciente Universidad de Aysén se encuentra acompañada por otros centros superiores, como son la Universidad Austral de Valdivia, que partió hace 60 años en condiciones aún más precarias, la Universidad de Magallanes, la de Los Lagos y la Tecnológica (vinculada a Inacap).
Sus primeros alumnos serán casi un centenar, pero dado su magnetismo y potenciales, la Universidad de Aysén se convertirá, junto a otros centros en uno de los más atractivos del país y del mundo.
Además, la Universidad está compartiendo terreno e instalaciones con la Escuela Agrícola, la más austral del país, y de manera natural, podrá compartir laboratorios, áreas de experiencia común y ser un puente para los estudiantes no solo rurales, sino de todo el austro chileno.