Currículum de educación parvularia: ¿enseñar a hacer el sonido de las letras o formar lectores plenos?
"¿Puede un niño leer y escribir si no aprende el sonido de las letras?. Saber las letras es necesario, pero no suficiente. No alcanza con saberlas o con reconocerlas, porque lo que el niño tiene que descubrir son las relaciones entre las partes y el todo".
Miriam Andrea Ferrando es Académica, Facultad de Pedagogía de UAHC. Magister en Escritura y Alfabetización de la Universidad Nacional de La Plata, Buenos Aires, Argentina
El Consejo Nacional de Educación, reprobó las Bases curriculares de Educación Parvularia y en las observaciones que realiza respecto de los aprendizajes ausentes recomienda: “Incorporar en el área de Lenguaje verbal objetivos de aprendizaje vinculados con el desarrollo de habilidades metalingüísticas y profundizar en aquellos referidos a la conciencia fonológica”. En relación a esta última recomendación es que quisiera manifestar mi preocupación.
La conciencia fonológica es definida como la capacidad de identificar los componentes fonéticos del lenguaje oral. Pensar que para leer es necesario aislar los fonemas que componen la palabras es desvalorizar el lenguaje y circunscribir la lectura a la reproducción de sonidos. ¿Queremos niños que hagan ruido con la boca frente a signos que ven? O por el contrario, ¿queremos sujetos que piensan y actúan como lectores y escritores, participantes activos del mundo en que vivimos?. Las mamás suelen decir sobre sus niños: “se sabe todas las letras y sonidos…sólo le falta unirlas”. Pero, poder aislar los sonidos que componen la palabra no garantiza que los sujetos accedan a la lengua escrita.
¿Puede un niño leer y escribir si no aprende el sonido de las letras?. Saber las letras es necesario, pero no suficiente. No alcanza con saberlas o con reconocerlas, porque lo que el niño tiene que descubrir son las relaciones entre las partes y el todo. Cuando los establecimientos de educación parvularia piden a los niños reproducir letras y emitir sonidos de las letras, estamos, como dice la pedagoga Emilia Ferreiro, “Reduciéndolos a aprendices de una técnica, menospreciamos su intelecto. Impidiéndoles tomar contacto con los objetos en los que la escritura se realiza, despreciamos (mal-preciamos o hacemos inútiles) sus esfuerzos cognitivos”.
Siendo así, la preocupación radica en que las bases curriculares tendrían que profundizar en esta línea, basada en una didáctica que tiene a gran parte de los niños y niñas decodificando la palabra escrita y alejándolos de la comprensión. Más aún, me preocupa que se recomiende este tipo de aprendizaje, el cual es propio de prácticas de enseñanza de lectura y escritura para un nivel educativo que no tiene por objetivo la enseñanza de estas habilidades o destrezas, es cuestión de revisar el Articulo 28 de la Ley General de Educación. Sin duda es necesario repensar los aprendizajes de lectura y escritura para niños y niñas menores de 6 años y para ello ofrezco humildemente a la Subsecretaria de Educación Parvularia una propuesta en este ámbito.
Los invito a reconocer al niño como sujeto de aprendizaje, pues tal como señala Ferreiro: “No podemos reducir el niño a un par de ojos que ven, un par de oídos que escuchan, un aparato fonatorio que emite sonidos y una mano que aprieta con torpeza un lápiz sobre una hoja de papel. Detrás (o más allá) de los ojos, los oídos, el aparato fonatorio y la mano hay un sujeto que piensa y trata de incorporar a sus propios saberes este maravilloso medio de representar y recrear la lengua que es la escritura, todas las escrituras”.