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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

La educación pública que sueñan en el pequeño Paredones

"Chile tiene una deuda enorme con la participación de los docentes, equipos directivos y asistentes de la educación en el diagnóstico y el diseño de políticas públicas, que al final los afectan directamente".

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Cristian Miquel es Abogado y asesor legislativo de Educación 2020

Hace unas semanas, Jorge Parra llegó muy motivado a la oficina de Santiago de Educación 2020, preguntando si podíamos ir a Paredones, su comuna, a dar una charla sobre los absurdos de la educación chilena que planteamos en nuestro Plan Nacional, la propuesta educativa más ambiciosa de Educación 2020. La única motivación de Jorge fue haber leído este documento y tener un gran sentido público para mejorar las condiciones de su comuna. Nosotros respondimos que sí, felices, y propusimos un diálogo con los profesores y profesoras en una escuela municipal.

El viernes 16 de junio concretamos el encuentro. Llegué al liceo Mirella Catalán Urzúa, de Paredones, en la sexta región. Conocí a los docentes y directivos del colegio. El encuentro terminó siendo mucho más que una charla sobre la reforma educativa, la conversación se adentró en sus visiones de cómo mejorar la educación y sus experiencias personales y colectivas sobre los dolores de la educación chilena.

Recuerdo una profesora que contaba cómo dedicaba su tiempo libre en planificar sus clases, sin poder ayudar con las tareas a sus propios hijos en su casa. Un profesor de educación física que había permanecido muy silencioso durante la conversación, sacó la voz para hablar de los recursos que reciben las escuelas. Su testimonio nos confirmó que la forma en que se entregan los recursos impide planificar, porque algunos deben ser rendidos en el mismo año que se reciben o bien llegan tarde, empujándoles a gastar en “lo que se pueda”.

Mientras los escuchaba, pensaba: Chile tiene una deuda enorme con la participación de los docentes, equipos directivos y asistentes de la educación en el diagnóstico y el diseño de políticas públicas, que al final los afectan directamente. En este liceo de Paredones encontré ese ímpetu por participar, por contar con instancias para levantar alertas sobre lo que viven día a día las escuelas de Chile, sus experiencias con la “jaula burocrática”, que denunciamos en nuestro Plan Nacional, pero también sus esfuerzos diarios por innovar en la sala de clases, trabajar en aulas diversas, crear redes de apoyo con otras escuelas, sus expectativas con el proyecto de ley que crea el Sistema de Educación Pública, desmunicipalizando las escuelas, y su experiencia con la carrera docente en plena implementación.

Confirmé lo que en Educación 2020 vemos a diario en las escuelas donde trabajamos, que los docentes sí saben cuál es su contribución al país y que no es valorada como se debería. Entienden que si el cobre es el sueldo de Chile, nuestros docentes son los “mineros” del recurso natural que son los talentos de niños, niñas y jóvenes. Los profes son los formadores de esas personas que serán los constructores de nuevos caminos para el desarrollo humano y económico, serán los que harán de Chile una potencia creativa, líderes en la economía del conocimiento, quienes idearán nuevas industrias y modos de producción, nuevas formas de organización social y formas de vida más justas para Chile.

Estoy muy agradecido de los docentes que asistieron al encuentro, cuya única motivación fue compartir sus ideas. También agradezco el entusiasmo y el esfuerzo de Jorge Parra, este ciudadano de Paredones, que se acercó a Educación 2020 con la intención honesta de provocar un debate en una escuela pública y rural de la sexta región.

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