Gratuidad condicionaría uso de Campos Clínicos: 35% de los estudiantes de medicina podría quedar fuera del sistema público
Una propuesta del Minsal, la que se estaría reevaluando luego de ser puesta a consulta, dejaría fuera del sistema a más de 5 mil alumnos de distintas universidades.
El pasado 13 de junio, cinco decanos de distintas universidades privadas pusieron la voz de alerta. El Ministerio de Salud (Minsal) estaría reevaluando algunas modificaciones a la norma que define la asignación de los Campos Clínicos donde se forman mayoritariamente los futuros médicos del país, las que podrían dejar fuera al 35% de los estudiantes de medicina.
En febrero de este año, el Minsal envió a consulta una propuesta que incluía, entre otros, que los planes de formación de las universidades “realicen un aporte al contexto socio-sanitario del país, valorando el rol de la política pública, expresado en la adhesión a la gratuidad”.
De esta forma, según el documento enviado por la secretaría de Estado a principios de año, “los centros formadores podrán participar asociados para aumentar o completar la oferta de cupos ofrecidos por el Servicio de Salud, en la medida que acrediten la existencia de un proyecto de desarrollo institucional compartido, en los ámbitos de extensión y vinculación con el medio, cuenten con acreditación institucional y adhieran a la gratuidad“.
La propuesta no fue bien recibida en esa oportunidad, siendo rechazada por varias organizaciones dentro de ellas la Asociación de Facultades de Medicina (Asofamech) y el Colegio Médico, por lo que se aplazó su evaluación. Sin embargo, según decanos de cinco facultades de Medicina -quienes expresaron su opinión en una columna a El Mercurio-, el problema se ha revitalizado, dado que se ha establecido como requisito la gratuidad, incrementando la puntuación de las universidades a la hora de evaluar la asignación de un campo clínico.
De las 25 universidades que imparten la carrera de medicina, siete de ellas no están adscritas a la gratuidad. Según datos del Consejo Nacional de Educación, sólo en estas instituciones los matriculados eran 5.248 alumnos en 2017, es decir, 35% de los 14.935 estudiantes totales del sistema.
La formación de especialistas requiere de programas de entrenamiento. No obstante, los decanos sostienen que las medidas adoptadas por el Minsal para definir la asignación de campos clínicos en los hospitales públicos – que disponen del 66% de las camas del país para uso de éstos programas-, genera incertidumbre, lo que hace extremadamente difícil para las Facultades de Medicina generar planes de formación estables en el tiempo.
“La modificación de la norma 254 con incorporación de elementos como la gratuidad para la asignación de campos clínicos es una medida discriminatoria, que no está relacionada con la calidad de los programas de estudio que se imparten, y entorpece la educación y formación en los hospitales y centro de salud ambulatorios y resiente eventualmente la calidad de la atención asistencial”, indicó a El Dínamo el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, Luis Castillo.
En esa misma línea, el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo, Ricardo Ronco, explicó que -si bien esta propuesta está siendo estudiada por una mesa de trabajo- “es una amenaza para la formación médica en Chile. Es una amenaza no formal, la que está en discusión. Y probablemente repercuta en la formación de especialistas también”, recordando además de la mitad de los médicos egresados en el país sale de universidades privadas.
La medida de las autoridades se aplica además en un marco donde actualmente existe un déficit de especialistas en el país. Según cifras nacionales del 2016 en Chile hay un 2.28 médicos por cada 1.000 habitantes, cifra que está por debajo del promedio de ese conglomerado internacional que es de 3.3. A nivel de especialistas el propio Minsal realizó un catastro donde se determinó que en el país faltaban 3.800 facultativos en las áreas de medicina interna, cirugía, pediatría, anestesia, medicina familiar, cardiología, gastroenterología y neonatología.
Además, tras estos números se esconde una profunda inequidad regional en la distribución de esos profesionales y una demanda ciudadana insatisfecha que queda en evidencia con las listas de espera Auge y No Auge.
Por eso, según Juan Giaconi , decano de la Facultad de Ciencias de la U. Mayor, “no queda más que recordarles a las autoridades de Salud el gran aporte que realizan a diario los profesionales jóvenes al sistema público, el que no deja de ser importante si se considera el déficit de profesionales en el área, particularmente de médicos y especialistas, el que sin el aporte de los centros formadores privados podría ser aún mayor, impactando directamente en la salud y la vida de las personas”.