Recalendarización del año académico: el panorama de las universidades tras movilizaciones feministas
En gran parte donde las tomas se han extendido por más de un mes, se evalúa enero de 2019 como el mes de término para el año académico.
Las tomas y paros en distintas universidades estatales y privadas a lo largo del país han generado alteraciones en el calendario académico fijado por las instituciones educacionales, quienes aseguran que la pérdida de clases afecta directamente a la formación de los estudiantes. Por eso, no son pocas las entidades que han decidido alargar el año.
A mayo de 2017, eran 17 los espacios en paro y 22 en toma en distintas casas de estudios del país, concentrando a 29 planteles bajo algún tipo de protesta feminista. La paralización de clases más importante se extiende por más de dos meses y corresponde a la toma de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, que exige la renuncia del profesor Carlos Carmona para deponer la movilización.
Entre los petitorios de los estudiantes destacan el mejorar los protocolos para sancionar el acoso y abuso sexual al interior de las universidades; establecer campañas de acompañamiento sicológico para las víctimas e incluir jardines infantiles.
A la fecha, la mayoría de las tomas y paros a nivel institucional terminaron, pero la problemática de cómo recuperar las clases para lograr cumplir con los contenidos se instaló en los planteles. La primera en anunciar formalmente la extensión del año académico fue la Universidad de Los Lagos, que alargará su calendario hasta el 31 de enero de 2019, fecha elegida por la mayoría de las instituciones que evalúan modificar el término del segundo semestre.
Desde la Universidad de Chile, uno de los planteles emblemáticos de las tomas y paros feministas, aseguran que, efectivamente, en algunas facultades se extenderá el calendario académico, pero dependerá exclusivamente de cada unidad, tomando en cuenta que, por ejemplo, aún no hay luces sobre lo que ocurrirá en Derecho.
En un principio, según el acta oficial de la institución estatal del 17 de noviembre de 2017, se establecía que para el año académico 2018 las clases terminarían el 7 de diciembre. Sin embargo, luego de una reunión entre dirigentes y el rector Ennio Vivaldi, se acordó que cada carrera evaluará por cuánto tiempo extender las clases a fin de cumplir con los contenidos del año, no descartando que el año se cierre en enero de 2019.
Misma situación es la que ocurre en la Universidad de Santiago, donde los alumnos de pregrado tendrían hasta enero para terminar el año, fecha que regularmente es exclusivo para aquellos alumnos que cursan el periodo lectivo de verano.
Caso similar es el de la Universidad Austral, primer plantel en iniciar una “toma feminista” el pasado 17 de abril. Desde la Dirección de Pregrado indicaron a El Dínamo que efectivamente van a existir cambios en el calendario académico, el que se está evaluando ya que “algunas carreras recién se están incorporando”. De igual forma, desde la institución indicaron que los cambios “serán informados oportunamente a través de los canales oficiales”.
La Universidad Técnica Metropolitana se encuentra en un escenario similar, ya que -si bien por estatutos deben mantener las semanas lectivas-, están evaluando en conjunto con los estudiantes cómo recuperar las clases, las que -según la programación del año- debían extenderse hasta el 15 de diciembre para luego dar paso al período de exámenes. No se descarta que el proceso se extienda hasta enero de 2019.
En tanto, la Universidad Técnico Federico Santa María sigue en paro indefinido de acuerdo a la última votación de estudiantes realizada este martes 3 de julio, por lo que aún no se tiene claridad de cuántas horas de clases se deben recuperar. De todas formas, de manera extraoficial, se da por hecho que las actividades académicas se extenderán hasta enero 2018.
Una de las instituciones que decidió no extender sus clases fue la Universidad Diego Portales, que confirmó a El Dínamo que las concluirán el 7 de diciembre, tal como estaba calendarizado. Misma situación de la Universidad Católica, cuya movilización más importante, la toma de la Casa Central, duró menos de una semana.