Cómo motivar a los estudiantes para que se comprometan con el aprendizaje virtual
Considerar a los alumnos como protagonistas de sus propios procesos de aprendizaje y valerse de herramientas interactivas como los juegos, son algunas de las recomendaciones de los expertos.
Cuando se decidió suspender las clases presenciales a partir del 16 de marzo, probablemente muchos no sospechaban que esto se extendería por más de cinco meses. Ante ello, día a día, tanto los establecimientos educacionales como sus respectivos profesores, tuvieron que comenzar a ingeniárselas y a probar nuevas herramientas de educación online, con el fin de dar continuidad a los estudios, pero también para motivar a los estudiantes a lo largo de este periodo inédito e indefinido de clases a distancia.
Para ello, y al igual que ante cualquier transformación pedagógica, resulta importante ser capaces de leer las claves sociales, para estar en sintonía con las nuevas necesidades y requerimientos. Así lo afirmó Erika Castro, CEO y directora creativa de la empresa de videojuegos educativos Kuwala, en el seminario Motivación y engagement estudiantil: el nuevo reto de la educación virtual, desarrollado en el marco del programa TP Digital, una iniciativa liderada por Fundación Chile junto a Microsoft, con el patrocinio del Ministerio de Educación y la colaboración de Inacap e Intelitek.
Recomendaciones para profesores
Dentro de este contexto, es relevante que los procesos de enseñanza recojan los intereses de los alumnos, diseñando clases y metodologías que motiven a los estudiantes. La especialista en educación, Erika Castro, entrega algunas recomendaciones:
- Modificar la web del colegio o liceo, para pasar de lo informativo a la creación de un espacio interactivo y comunitario. Es la web la que debe rescatar la fuerza que tienen las redes sociales para generar grupos de conversación constructivos, creativos, y que re-encanten la educación.
- Abrir espacios de conversación e intercambio de recursos creativos disponibles en internet.
- Considerar a los estudiantes como protagonistas de sus propios materiales de aprendizaje.
- Crear círculos pedagógicos creativos basados en interacciones comunitarias que tienen como base la participación de todos.
- Los recursos tecnológicos deben abordar dos aristas: la conectividad por internet y las radios, pensando en que de alguna manera podría ser una respuesta que atienda la falta de acceso a la conectividad.
- Los recursos tecnológicos originales y creados por los docentes deben ser difundidos en las redes sociales, como una forma de reconocer el trabajo y para ponerlos al servicio de una colaboración nacional e internacional para la innovación.
Por lo otro lado, y según la docente y psicóloga educacional María José Anais, también es fundamental que los profesores puedan generar confianza y conectar con sus estudiantes. “Ellos deben lograr vernos honestos, abiertos, predecibles y competentes en lo que les estamos enseñando”, explicó.
Pero no sólo eso, pues además hay que ayudarlos con su necesidad de autonomía, competencia y pertinencia, agregó Anais, quien explicó que estos aspectos se pueden potenciar de la siguiente manera:
- Autonomía: generando instancias donde los estudiantes puedan elegir, pero que no afecten el trabajo del docente ni los objetivos que se quieren lograr.
- Competencia: reforzando la participación sobre los aciertos. Cuando se quiere transmitir competencias, ojalá siempre tener una mirada de proceso y de la participación.
- Pertenencia: hay que priorizar los contenidos dentro de la clases (o aulas virtuales) y dedicar más tiempo al momento de conexión.
Nuevas herramientas y “aprender jugando”
El confinamiento y el reto de encontrar nuevas herramientas de enseñanza y aprendizaje para motivar a los estudiantes ha derivado en la masificación de los juegos educativos, tal como Mogando, un videojuego diseñado por Kuwala, el cual se ha convertido en “una poderosa herramienta de aprendizaje, ya que combina varios elementos de los videojuegos, como sus mecánicas, misiones, desafíos y -sobre todo- la capacidad del estudiante para tomar decisiones frente a dilemas éticos complejos”, explicó Castro.
Pero también está la posibilidad de que los docentes desarrollen sus propios juegos virtuales para motivar a sus estudiantes, de la mano de la creatividad y ciertas herramientas pedagógicas. Así lo hizo José Manuel Rodríguez, profesor del Liceo Industrial de Antofagasta, quien al revisar los materiales disponibles en TP Digital, encontró presentaciones de dibujo técnico que mostraban imágenes reales que podrían hacer más interesantes sus clases, y tras lo cual decidió crear un juego que mejorara la experiencia de sus alumnos.
El juego que desarrolló este profesor está pensado para las clases de soldadura y se centra en seguridad. La metodología, en tanto, consiste en compartir con sus estudiantes una guía de aprendizaje que entrega los conocimientos necesarios para aprobar el juego con un 7, si es que la estudian adecuadamente.
Específicamente, la primera etapa que deben sortear los alumnos consiste seleccionar correctamente la vestimenta de seguridad que todo profesional necesita antes de comenzar a trabajar. Posteriormente, deben conectar los cables en una máquina y, una vez lista esta parte, deben elegir entre probetas de diferentes espesores, determinando qué electrodo y la cantidad de corriente que deben usar. De esta manera, se puede recrear de forma virtual la parte práctica del conocimiento teórico entregado por medio de las clases a distancia.
Finalmente, después de tener todo conectado, los estudiantes deben responder cinco preguntas de seguridad para continuar con la siguiente etapa.
“Eran pocos los estudiantes que se conectaban a las clases. Me cumplían con las guías y trabajos que les mandaba, pero no se conectaban. Con este juego aumentó no sólo la cantidad de alumnos por clase, sino que también comenzó a ser más participativa”, destacó Juan Manuel Rodríguez.