La multa que arriesgan las escuelas que no abran sus puertas
La Superintendencia de Educación emitió un dictamen que establece que las clases presenciales serán voluntarias para las familias, pero no para los establecimientos.
Las escuelas municipales son las más atrasadas en el proceso de reapertura. AGENCIA UNO/ARCHIVO
A finales de agosto la Superintendencia de Educación emitió el Dictamen N°58, en el que establece que las escuelas deben contar con todas las condiciones para asegurar el retorno a clases presenciales, fijando una multa para aquellas que no cumplan con la normativa.
El documento resaltó que “se hace evidente que todos los establecimientos que prestan servicios educacionales deberán encontrarse abiertos de manera tal que, presentándose algún párvulo o alumno que requiera la prestación del servicio educacional en modalidad presencial, pueda acceder a él de manera regular y sin inconvenientes de ninguna naturaleza”.
De esta forma el organismo dejó la voluntariedad de las actividades en el aula a las familias, que deberán tener sus escuelas y jardines infantiles disponibles en caso que deseen enviar a sus hijos a clases presenciales.
En cuanto a la multa para las escuelas que incumplan con este dictamen, la autoridad la fijó en 1.000 UTM (más de $50 millones).
El superintendente de Educación, Cristián O’Ryan, defendió la medida señalando que son los sostenedores son los responsables principales en generar las condiciones de infraestructura y medidas sanitarias para el regreso seguro.
“No es ninguna amenaza. Lo que aquí hacemos es clarificar la normativa educacional respecto a las dudas que existían sobre la voluntariedad de los sostenedores para abrir los establecimientos. Básicamente aclaramos lo que es la normativa educacional y eso es lo que hace este instrumento”, señaló la autoridad a radio Duna.
La puesta en marcha del dictamen afectaría principalmente a los establecimientos municipales, que son los más atrasados en el proceso de reapertura de establecimientos. La semana pasada se informó de 63 comunas que aún tienen sus colegios cerrados, entre ellas Viña del Mar, Talca y Santiago.
