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27 de Septiembre de 2021

Pérdida de gratuidad lleva a estudiantes a tomar créditos estatales para seguir con sus carreras

La Subsecretaría de Educación Superior señaló que cerca del 75% de los alumnos que perdieron el beneficio por exceder la duración normal de sus carreras ha recurrido al CAE o al FSCU para continuar con sus estudios.

Por Sebastián Dote
créditos gratuidad Las autoridades destacaron que los estudiantes cuentan con alternativas para seguir estudiando a pesar de la pérdida del beneficio. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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El exceso de la duración normal de las carreras es una de las principales causales en la pérdida de la gratuidad en las instituciones de educación superior, lo que también ha llevado a que muchos alumnos recurran a los créditos estatales para seguir estudiando.

La Superintendencia de Educación Superior señaló a La Tercera que de los 789 mil estudiantes han sido beneficiados por esta política en los últimos cinco años, 68.766 han quedado sin el beneficio, de los cuales un 74,6% tomó el Fondo Solidario de Crédito Universitario (FSCU) o el Crédito con Aval del Estado (CAE).

La autoridad explicó que un estudiante que haya sobrepasado la duración nominal de su carrera y que solicite un crédito estudiantil para financiar el primer año adicional, enfrentará una cuota mensual promedio de $ 8.100 cuando estudie en una universidad, de $ 5.700 cuando estudie en un instituto profesional, y de $ 5.667, cuando lo haga en un centro de formación técnica.

“Esto refuerza la idea que hemos transmitido desde hace tiempo, en el sentido de que estos jóvenes tienen buenas alternativas para financiar su período remanente de formación”, comentó al matutino el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas.

El desafío de la duración de las carreras

Algunos expertos han planteado que el uso de créditos por parte de los estudiantes que pierden la gratuidad es “un contrasentido” ante las motivaciones que llevaron a implementar la política pública, las que buscaban evitar el endeudamiento estudiantil.

Más allá de esto, el debate se ha centrado en la duración del beneficio y la presión para el término de las carreras en los tiempos formales. En este sentido, algunos rectores de instituciones de educación superior han planteado extender los periodos, para que así más alumnos puedan conservar el beneficio.

En agosto Acción Educar entregó un análisis que afirmó que quienes gozan del financiamiento por la gratuidad presentan un exceso de duración 9 puntos porcentuales más bajo que el de sus pares de características observables idénticas que no son beneficiarios de la gratuidad. Con ello se concluyó que la mantención del apoyo económico es un incentivo para completar las carreras cumpliendo con los plazos determinados.

Tania Villarroel, directora de estudios del think tank especializado en educación, explicó a EL DÍNAMO que “los resultados dan cuenta que, si se comparan alumnos con las mismas características, los incentivos a terminar a tiempo que impone la posibilidad de perder el financiamiento provocan que los estudiantes demoren menos en cursar sus estudios superiores”.

“En ese sentido, la Ley de Educación Superior establece que el financiamiento por gratuidad se entrega solo durante la duración formal de la carrera. Por ende, si se extendiera su cobertura a los años de sobre duración, los alumnos ya no contarían con ese incentivo mencionado y probablemente volverían a reportar las tasas de sobre duración observadas en estudiantes similares antes de la implementación de la gratuidad”, añadió.

La experta abordó el uso de créditos estatales de los alumnos que perdieron la gratuidad, explicando que “lo relevante es evitar la deserción de los alumnos que sobre duran, por eso, es una buena noticia que estos continúen estudiando y que existan otras opciones de financiamiento”.

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