Láminas con micropartículas de cobre apoya a las empresas en el desconfinamiento
Esta tecnología, que se utiliza en varios países del mundo, tiene como finalidad mantener los espacios de trabajo y oficinas seguras para clientes y trabajadores.
Cada vez más comunas del país avanzan a las distintas fases del plan de desconfinamiento del Gobierno, por lo que muchas empresas ya se preparan para recibir a sus trabajadores en un ambiente que debe ser seguro y bajo todas las medidas sanitarias para evitar contagios de COVID-19.
Entre lass soluciones para entregar medidas sanitarias más eficientes está la tecnología con micropartículas de cobre, la que puede adaptarse a cualquier tipo, tamaño y forma de superficie.
La empresa Reduk importó esta tecnología, conocida como Dr. Cu, que corresponde a una lámina autoadhesiva que fue sometida a análisis por el Dictuc, donde se comprobó su composición química.
La experta en Química y en Ciencias de Materiales e investigadora de la UC, Fabiola Pineda, explicó que “las láminas poliméricas con micropartículas de cobre de la empresa son efectivas en cuanto a sus propiedades antimicrobianas, recomendando su uso para controlar la transmisión de microorganismos tales como aquellos asociados al tipo coronavirus, con una vida útil de al menos 5 años”.
Por su parte, el gerente general de Reduk, Andrés Larroulet, explicó que “la principal ventaja de este tipo de láminas es que su aplicación es muy sencilla y se instala sólo una vez, manteniendo su efectividad por años. Además es un producto confiable, certificado bajo normas internacionales y utilizado en más de 80 países. En Chile contamos con el sello Touch Safe, que permite identificar el lugar que es seguro para tocar”.
Larroulet destacó que la lámina puede instalarse en todos los puntos de alto flujo en que la gente tenga contacto físico con elementos del entorno, como mesones de atención a clientes, manillas de puertas, botoneras de ascensores y de máquinas dispensadoras de productos comestibles, barandas, pasamanos, pantallas touch, máquinas inalámbricas para el pago con tarjetas e incluso en escritorios de salas de clases. También se incluye la industria de alimentos, para disminuir la carga microbiana, y el delivery, para envolver cajas o paquetes.