Wizz: empresa chilena fabrica “frenillos” invisibles con impresión 3D
Los tratamientos tradicionales varían entre el millón y millón y medio de pesos –algunos más–, el de Wizz ronda los 500 mil pesos, diferencia que se logra mediante el uso de materiales accesibles y en una producción mucho más rápida.
"Con la optimización de casi la totalidad de los insumos logramos reducir los costos de producción".
Ponerse frenillos sigue siendo caro, invasivo y en muchos casos, doloroso. Esa es la realidad que quiso cambiar Javier Liberman, CPO de Wizz, empresa chilena que desarrolló un tratamiento dental que exprime la tecnología de impresión en 3D en la creación de alineadores dentales invisibles, diseñados por profesionales de la salud dental.
“Todos nuestros servicios se encuentran certificados por profesionales, y esperamos que día a día más personas puedan conocer este tipo de tecnología, la cual, sin duda, representa el futuro de la industria estética-dental”, comenta Liberman.
A través de un software de modelamiento 3D diseñado por sus fundadores, se crea una imagen de la dentadura y, utilizando un software de inteligencia artificial y procesamiento de datos, se genera una proyección de la posición que deberán tener las piezas dentales una vez terminado el tratamiento.
Con esa información y junto a un molde generado con la misma impresión 3D, se crean los alineadores invisibles, que van calzando perfecto con la dentadura del paciente a medida que va avanzando el tratamiento planificado, aprobado y controlado por un ortodoncista a cargo.
Aunque la pandemia los golpeó como a muchos emprendedores –redujeron su operación a un 10%– lograron reactivar sus operaciones gracias a un sostenido crecimiento con más de ocho mil usuarios que han optado por este innovador método.
¿Qué tan accesible son? Los tratamientos tradicionales varían entre el millón y millón y medio de pesos –algunos más–, el de Wizz ronda los 500 mil pesos, diferencia que se logra mediante el uso de materiales accesibles y en una producción mucho más rápida.
“Con la optimización de casi la totalidad de los insumos logramos reducir los costos de producción, ofreciendo a los pacientes un procedimiento hasta un 70% más económico que un tratamiento de ortodoncia convencional”, explican sus fundadores.
