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18 de Agosto de 2021

¿Gasto o inversión?

Tal disyuntiva se da también en la economía familiar. ¿Es un viaje un gasto o una inversión? Y se da también en la macroeconomía ¿Un subsidio es gasto público o inversión pública?

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Diego Soffia

Diego Soffia es Efectivo.cl

Los opositores primigenios del presidente Sebastián Piñera, criticaban que como empresario su gestión de gobierno sería como la de una empresa y que un país no se puede manejar como una empresa.

Resulta que en las empresas, un dilema que se da a menudo, es si un egreso debe ser considerado como gasto o inversión. Hay situaciones evidentes, como que la compra de una maquinaria para elaborar un producto es siempre una inversión y que el pago de los servicios del contador es un gasto, pero las situaciones complicadas son aquellas que no son evidentes. ¿Es la publicidad un gasto o una inversión? ¿Es la contratación de personal para aumentar la capacidad productiva un gasto o una inversión? ¿La contratación de un nuevo sistema tecnológico es gasto o inversión? Éstas y otras son situaciones mucho menos evidentes y pueden tener diferentes respuestas según el contexto particular que exista.

Tal disyuntiva se da también en la economía familiar. ¿Es un viaje un gasto o una inversión? Y se da también en la macroeconomía ¿Un subsidio es gasto público o inversión pública?

En el caso de las empresas, para poder responder, y más allá de las consideraciones tributarias, sirve hacerse las siguientes preguntas ¿Con esta compra produciré y/o venderé más? ¿Los márgenes de las mayores ventas son mayores que el monto de compra? Si la respuesta es positiva en ambos casos, entonces es prácticamente un hecho que estamos ante una inversión. Además, muchas inversiones (no todas, por cierto) suelen tener un remanente una vez que se ha percibido el beneficio inicial. No así los gastos, cuyo beneficio se extingue. También es condición de una inversión que ésta sea realizada en un ámbito en el que existe cierto conocimiento técnico y un escenario de resultados probables relativamente conocidos, ya que de lo contrario es una apuesta más asociada al azar que una inversión.

Siguiendo con el parangón con la economía familiar y con la macroeconomía, la pregunta inicial es si el egreso en cuestión mejorará el bienestar de la familia, o de las familias, en el caso público. Las demás condiciones también deberían analizarse, para que el bienestar sea mayor que el egreso y que idealmente exista un remanente que pueda seguir entregando mayor bienestar una vez que el bien, servicio o subsidio se haya terminado.

Quizás algunos de los emprendedores que lean esta columna se hagan las preguntas propuestas para tomar buenas decisiones de inversión en el ámbito microeconómico, pero lo que es seguro es que la crítica planteada inicialmente a la forma de gobernar se cae por completo, ya que, si el presidente gestionara el país como una empresa, jamás hubiéramos visto subsidios que no tienen razón de ser desde el punto de vista del bienestar social.

El IFE universal y aún más su extensión, son un claro ejemplo de gasto público, en que además el bienestar que generan es menor, éste es sólo de corto plazo y en lugar de un remanente, se genera más bien una externalidad negativa como es la disminución de la oferta de empleo de parte de muchos trabajadores y que muchos emprendedores han podido evidenciar en estos meses.

La inversión pública debe ser focalizada, pero cuando se hacen ofertones con letra chica que dejan a un gran número de las familias con un sentimiento de haber sido engañadas y luego se trata de enmendar el error con prácticas populistas, el resultado es un gasto excesivo, injustificado y que compromete seriamente el objetivo de recuperación económica y bienestar social sostenible.

En cambio, si hay subsidios, que bien aplicados, podemos considerarlos inversión, como ha sido el subsidio al empleo, ya que en un principio disminuye gastos a las empresas, aumenta las posibilidades de empleo y por tanto la producción. Una vez se acaba el subsidio, existe una altísima probabilidad que esos puestos de trabajo se mantengan.

¿Gasto o Inversión? Seguramente el presidente resolvió mejor esta interrogante en sus empresas, que en su gobierno. Nos queda a los emprendedores y familias poder resolverla bien por nuestra parte.

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