"El spot de mi vida", por Cecilia García-Huidobro

Con el título que encabeza este artículo, la revista Dossier dedica una sección donde diversas personalidades comentan el aviso publicitario más impactante en su memoria.

 

Recuerdo que Felipe Cussen habló de las amenazas apocalípticas que caían sobre él por no tomar leche luego del comercial “Milo te hace grande”. En otra oportunidad leí como el periodista Javier Ortega a comienzos de su adolescencia corrió a comprarse su Schick Super Chromium y con paciencia esperar  mostachos que le permitieran usarla.  

 

Ritos de iniciación de niños y jóvenes. Raúl Zurita le enmienda la plana a Harold Bloom cuando sostiene que el inventor de lo humano no fue Shakespeare como decía el celebre crítico norteamericano, fue Metrogas. “Inventó –dice Zurita- algo sin lo cual lo humano es mera palabrería, humo, bizantinismo; inventó el “calor humano”. 

 

Y es que la publicidad es parte de la biografía de las personas. Si desapareciera una cultura conservándose sólo su producción publicitaria, esa sociedad bien podría ser retratada a través de esos rastros. Allí quedan registrados los hábitos y las fantasías.

 

Los roles que la sociedad espera de hombres y mujeres así como los bigotes o los  peinados que se llevan. Las modas y aspiraciones. Los cambios en la familia que ha evolucionado del patriarcado al matriarcado y ahora al infanciarcado (no existe el término en el diccionario pero quizás sea hora de inventarla). 

 

Hay quienes dicen que las primeras palabras hoy son mamá, papá y coca… Antes del primer año de vida, los niños se sientan en el carro del supermercado y como pequeños tiranos exigen ciertos objetos a sus condescendientes padres. 

 

Un interesante artículo señala que también el mercado está presente en las fantasías y los deseos. Ese territorio profundo llamado “intimidad”, como asegura el psicoanalista Juan Vasen, no alberga solamente los arrumacos y mimos, los olores y las voces, los nombres y apellidos. También ha sido colonizado por las marcas. Barbies, teletubbies, power rangers son parte del lenguaje y del paisaje infantil. Un paisaje cultural-comercial que puebla el imaginario.

 

Muy atractivo resulta entonces la creación del Museo de la Publicidad que acaba de inaugurar la Universidad Diego Portales. Se trata de un sitio donde actualmente se albergan 1,600 piezas publicitarias chilenas realizadas entre 1900 y el año 2000.

 

La idea es que el sitio sea un lugar interactivo y con espíritu wiki, es decir que la muestra se incremente con la intervención de todos aquellos tengan información al respecto.

 

Uno de los grandes problemas que tuvieron que remontar quienes llevaron a cabo esta iniciativa fue la dificultad para encontrar material. Muchas veces la propias agencias no conservan los originales. Tampoco ha sido fácil obtener datos respecto de quienes son los creadores de las distintas piezas exhibidas.

 

“Muéstrame la eternidad y yo te mostraré la memoria” escribió Emily Dickinson. Si como se ha dicho hasta el cansancio en este Bicentenario Chile es un país que quiere reconocerse en su pasado, ya es hora que reconstruya la historia de la publicidad como lo ha empezado a hacer este museo.  Y para usted, ¿cuál es el spot de su vida?

 

 

 

 

 Cecilia García-Huidobro es periodista y Magíster en Literatura. Entre sus  publicaciones se cuentan: Portarretrato; José Donoso. Artículos de incierta  necesidad; Vicente Huidobro a la  intemperie; El escribidor intruso; Edwards Bello.  Un transatlántico varado en el  Mapocho; Moneda Dura. Gabriela Mistral por ella  misma; Tics de los chilenos. Es  Decana de la Facultad de Comunicación y Letras de  la Universidad Diego Portales y  Directora Ejecutiva de la Cátedra Roberto Bolaño.