Antonio Díaz Oliva: “los medios mitificaron Piedra Roja”
Cuando Antonio Díaz Oliva -25 años, periodista de Revista Qué Pasa y escritor- presentó su tesis en la universidad, sabía cuál sería el paso a seguir tras 5 meses de arduo trabajo. Así que siguió con entrevistas y asistiendo regularmente a la biblioteca, para conseguir que finalmente todo se concretara en un libro.
Cuando Antonio Díaz Oliva -25 años, periodista de Revista Qué Pasa y escritor- presentó su tesis en la universidad, sabía cuál sería el paso a seguir tras 5 meses de arduo trabajo. Así que siguió con entrevistas y asistiendo regularmente a la biblioteca, para conseguir que finalmente todo se concretara en un libro.
Y así fue, “Piedra Roja, el mito del Woodstock chileno” está desde hace algunas semanas instalado en los estantes de las librerías, publicado por Ril Editores. Se trata de un trabajo que indaga en los jóvenes hippies chilenos de comienzos de los setentas, contextualizado en aquel festival de música celebrado en Los Domínicos durante tres días: Piedra Roja, que terminó creciendo como un mito y llevándose el epíteto de nuestra propia versión del festival Woodstock.
Antonio, háblame de los hippies ¿fue un movimiento importante en nuestro país o de sólo un segmento?
–Los hippies, o el movimiento hippie en Chile, eran una parte reducida de la sociedad. Pero por una razón lógica: sólo ciertos jóvenes tenían acceso a discos, a jeans, (en ese entonces, años 70, tener jeans era un lujo), o sabían de la existencia de las bandas que la llevaban en USA o Europa. Y esos jóvenes, en su mayoría, eran de clase alta o media-alta. Eso era desde mediados de los 60 hasta los 70. Luego el asunto se fue haciendo más democrático. En Santiago se divide entre los hippies del Coppelia y los del Parque Forestal. También las bandas pegaban en diferentes estratos: Aguaturbia pegaba más en el público del Parque Forestal. De todas maneras, el movimiento hippie era el reflejo de algo que sucedía no sólo en Chile sino con la juventud en varias partes del mundo.
Sobre los medios y sus prejuicios contra las denominadas “tribus urbanas”, ¿crees que se asemejen a lo que pasó con los hippies? ¿Crees que el fenómeno de “tribus urbanas” se parezca al de los hippies?
–Sí, algo de eso aún se conserva. La diferencia es que ahora hay redes sociales que permiten que uno, el usuario, el lector, pueda conocer las tribus de una manera directa. En los 70, la única forma en que un adulto o una abuelita pudiese conocer las tribus urbanas de entonces (o sea: los hippies) era a través de los medios de comunicación típicos: diarios, radios, tv. Y esos medios, en cuanto a Piedra Roja, no. Para mí eso siempre fue uno de los pilares a la hora de hacer este libro de no-ficción: dar a conocer de qué forma El Mercurio o El Clarín hicieron cobertura del asunto.
Vas a presentar el libro en Viña, el próximo domingo. ¿Qué onda con los hippies en Viña?
–Bueno: Valpo y Viña fueron muy importantes en el movimiento hippie. Principalmente por los marinos gringos y de otras partes que traían discos e información de lo que sucedía afuera. Los Jaivas, sin ir más lejos, son de allá. Mi impresión, y que -creo- se confirma al revisar la prensa (“Hippies invaden las playas de Viña”, dice un titular). Es que ahí empezó. Así que la raja que me hayan invitado a Viña a presentar el libro; espero que alguno de los hippies de Viña que fueron a Piedra Roja, se aparezca y, por qué no, suba al escenario para que le hagamos preguntas.
Según tu libro, Piedra Roja fue más un lugar de reencuentro que un recital tipo Woodstock. ¿Hubo otras instancias como ésta?
–Hubo intentos, como se lee al final del libro, de hacer cosas similares. Pero el problema es que, luego de que Allende asume e incluso antes, la sociedad chilena estaba muy polarizada. Los medios de comunicación no hicieron más cobertura del asunto. Los hippies nunca más salieron mencionados luego de Piedra Roja. Y no era como en USA donde los hippies tenían medios de comunicación como la Rolling Stone. Tampoco tenían un causa tan activa como estar en contra de la guerra de Vietnam. Acá, más que nada, estaban para pasarlo bien y, a la vez, hacer un poco más liberal la sociedad chilena que era conservadora entonces y lo sigue siendo, con pocas excepciones, hoy.
¿Por qué se recuerda tanto Piedra Roja?
–Principalmente porque los medios de comunicación mitificaron, tempranamente, el festival. La primera nota que cubre el evento habla del festival de “Piedra Roja” cuando nunca, nunca se llamó así. Se llamaba Festival de Los Domínicos y quedaba cerca de un lugar que le decían Piedra Rajada. También porque Piedra Roja, tempranamente, se convirtió en literatura: Lafourcade escribió “Palomita blanca”. O Marcela Serrano que escribió un Papelucho con hippies y que, volviendo a la pregunta de Viña, era sobre el hermano de Papelucho que luego de ir a la playa, volvía hecho un hippie. Si a eso le sumamos que todos, o casi todos, en el colegio tenemos que leer “Palomita blanca”, hace que el mito se mantenga. Además, está lo mitómano de los chilenos. Por eso le puse el epígrafe de Joaquín Edwards Bello de “Mitópolis”.
Antonio Díaz Oliva actualmente prepara su primera novela “La Soga de los Muertos”, a publicarse este año. “Piedra Roja, el mito del Woodstock chileno” se presenta este domingo 9 de enero a las 21:15 horas en la 29ª Feria del Libro de Viña del Mar.