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26 de Febrero de 2011

El monstruo despertó con todo en la quinta noche de Festival

La 5ta noche del Festival de Viña del Mar será derechamente la jornada imborrable de esta versión 52 del certamen. Primero que todo, la presentación inmortal de Sting pasará a la historia como uno de los mejores shows que pisaron la Quinta Vergara, con el británico rodeado de la Orquesta Sinfónica de Chile (que de paso celebra 70 años sin un teatro propio), a cargo de los arreglos tras las canciones de su carrera en solitario y las que hizo conocidas junto a The Police.

 

Por Alejandro Jofre
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La 5ta noche del Festival de Viña del Mar será derechamente la jornada imborrable de esta versión 52 del certamen. Primero que todo, la presentación inmortal de Sting pasará a la historia como uno de los mejores shows que pisaron la Quinta Vergara, con el británico rodeado de la Orquesta Sinfónica de Chile (que de paso celebra 70 años sin un teatro propio), a cargo de los arreglos tras las canciones de su carrera en solitario y las que hizo conocidas junto a The Police.

 

Fue un show de primer nivel, con un pulso a ratos emotivo, como en la sentida “They dance alone”, o por qué no, simplemente épico, como en “Englishman in New York” o “Roxanne”. Un show diametralmente opuesto al formato rockero que lo trajo en 2007 para el regreso de The Police.

 

Recién terminaba de interpretar “Message in a bottle” y se desataron las primeras pifias del Festival, que daba un respiro yéndose a comerciales. La competencia tampoco tuvo respiro y la fanaticada seguía exigiendo a Sting, a estas alturas culpando a los animadores.

 

Terminada la competencia vino una prolongada tanda comercial y con una pifiadera de fondo fue presentado Ricardo Meruane. El humorista nunca pudo enganchar con el público viñamarino , en un ambiente totalmente tenso, excusándose de no tener responsabilidad por la salida de Sting, pero acompañado de una rutina muy baja y un nerviosismo algo evidente, también.

 

 

No hubo caso. Las pifias pedían de vuelta al británico y Meruane apalebana a chistes archi conocidos como: Aló, ¿Está la señora Tina?…” Caldo de cultivo para que la dirección cortara su rutina a los 20 minutos y lo bajarán entre medio de pifias, en el primer momento televisivo realmente tenso de todo Festival.

 

Para el epílogo, Los Jaivas fueron los únicos que dejaron a la Quinta en silencio para dar paso a las notas de su disco de 1981, Alturas de Macchu Picchu. Impecable presentación de los artistas locales con mayor trayectoria y mejor desempeño en lo que va del Festival. Un gusto de banda que ha resistido los embates del tiempo y la ausencia notoria del “Gato” Alquinta junto a Eduardo y Gabriel Parra sobre el escenario.

 

Notable jornada en lo musical, pero para analizar los horarios de cierre de las transmisiones: Calle 13 terminó a las 4 de la mañana, mientras que Pitbull hizo lo propio a las 3:30. ¿Los Jaivas? A los artistas nacionales los cortaron a las 2:10.

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