De Gustos: restaurant Republicano
Mis jefes propusieron almorzar en el Republicano, barrio Bellavista.
Mis jefes propusieron almorzar en el Republicano, barrio Bellavista. No lo conocía, pero me habían hablado bien de él y además está en una calle (Dardignac con Constitución) que cada día tiene más cosas ricas.
La decoración destaca por unas lámparas de lágrimas preciosas, espejos de bronce, papel mural de flores con relieve y toda una ambientación años 60.
La carta es buenísima y con precios bastante razonables. Hay vinos por copa entre $2.100 y $3.100. Los picoteos y las ensaladas están alrededor de los $5.000. Quedé tentada con una entraña al grill sobre cama de pimientos asados que no pude probar, no hay mucha posibilidad de ser sibarita en una reunión-almuerzo y la comida tuvo que ser más bien “funcional”… cosa que no aplico casi nunca, especialmente en un lugar con una carta tan buena como ésta, pero en fin.
Los precios de los platos van desde los $5.000 (el ajiaco), a los $8.000 (el plato “Pepe Pato”, plateada de wagyu con ñoquis en salsa de roquefort y aceite al merkén). Los sanguches entre los $4.900 y $5.200 en marraqueta y con nombres como “la nación” o “ la cueca”.
Nosotros llegamos muertos de hambre y nos llevaron pan (frío…caliente hubiera estado de miedo) con pebre y mantequilla.
Pedimos un crudo ($5.400) que estaba buenísimo, con alcaparras, pepinillos, cebolla y mostaza. Estaba realmente muy rico. Es uno de mis platos favoritos y me gustaría ver el ranking de los mejores crudos de Santiago porque en general soy leal al del Tip y Tap.
Después, pedimos el menú del día que, por $4.990, incluye una bebida, entrada de palta cardenal, un plato de fondo a elección, que ese día podía ser goulash con arroz blanco (se lo comió uno de mis jefes y dijo que estaba muy bueno), lomo a lo pobre (se lo comió otro de mis jefes y era un plato enorme pero el comentario fue que la carne estaba muy dura) y tilapia con verduras salteadas que comí yo y me gustó mucho.
De postre había macedonia (que recibió muchas alabanzas) y timbal de chocolate, que era más bien chocolate con caramelo pero estaba rico.
Nos llamó la atención que había poca gente, pero aún así la atención era bastante lenta. Quedaron pendientes los tragos “republicanos” entre los que se veían muy tentadores el terremoto, el senador y el borgoña (el “roto” en tinto y el “cuico” en blanco). El lugar es realmente agradable, buena música, precios más que razonables y quedé con muchos “pendientes” que definitivamente me harán visitarlo de nuevo.
“Iniciamos en El Dínamo las críticas gastronómicas. La idea es contar con ustedes, con esos críticos gastronómicos que todos llevamos dentro. Por eso, les pedimos que nos cuenten sus picadas, las sugerencias de nuevos restaurantes en Santiago y en regiones, de buenos descubrimientos, de malos descubrimientos, de cafés y carritos, de blogs, de rutas… de todo lo que se les ocurra. ¡Los esperamos!” Victoria Paz
|