“Por unas horas más”, por Débora Calderón
Qué rabia me da ver que el tema del horario de invierno/horario de verano siga siendo materia de discusión a estas alturas de la vida. Los estudios más recientes confirman una vez más que contar con luz solar durante más horas del día, disminuye rotundamente el gasto de energía en los países, además de otros beneficios adjuntos.
Entonces, ¿por qué seguimos dando vueltas sobre lo mismo?
Qué rabia me da ver que el tema del horario de invierno/horario de verano siga siendo materia de discusión a estas alturas de la vida. Los estudios más recientes confirman una vez más que contar con luz solar durante más horas del día, disminuye rotundamente el gasto de energía en los países, además de otros beneficios adjuntos.
Entonces, ¿por qué seguimos dando vueltas sobre lo mismo?
Íbamos a debutar el 2 de abril con horario de invierno, que no sólo implica mayor gasto de luz, sino que calles más oscuras más temprano, aumento de la delincuencia, más accidentes de tráfico y baja en el ánimo de las personas. Ayer el ministro Golborne informó que la nueva fecha es el 7 de mayo y será sólo hasta la tercera semana agosto.
Esos tres meses serán una prueba para ver si los chilenos “nos acostumbramos” a tener un horario con amaneceres y anocheceres más tarde. Yo creo que cualquier mamá trabajadora que llega a su casa y alcanza a ver a sus niños con luz de día, tiene bien clara su respuesta.
No por nada los países del norte, Rusia entre ellos, han terminado definitivamente con estos cambios no sólo por el ahorro de energía, sino también por el bienestar de la gente. Todo esto sin tener en cuenta que además se han sumado los problemas en computadores y dispositivos similares, que tienen problemas para sincronizar los horarios entre aplicaciones.
En Sudamérica, sólo Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile siguen cambiando su horario. En Asia, ya no se usa y en Japón nunca se usó. Y en el caso nuestro, con una matriz energética inestable en la que las energías renovables no son una alternativa por sí solas y las tradicionales levantan la voz ciudadana como lo hemos visto en las termoeléctricas del norte del país, es hora de prender la luz más tarde, de aprovechar los recursos naturales que tenemos de manera gratuita y democrática.
Es hora de cortar por lo sano: días largos y una vida más saludable. Es hora de cuidar un poco más los recursos del planeta, que estas últimas semanas, ha quedado bien claro, no están bajo nuestro dominio.
Débora Calderón Kohon estudió periodismo en la Universidad Católica. La vida la llevó temprano al mundo de los negocios y el retail, pero las ganas de escribir nunca desaparecieron. Hoy es columnista estable de la Revista Poder y Negocios y Mosso, y una activa participante en redes sociales. |