"La idea… es comiendo sano", por Libertad Gaco
No ha sido fácil. Es más, tengo que confesar que cada semana la cuesta se me pone un poco más alta: no botar basura al azar, sino que hay que separarla en diferentes bolsitas y para peor, ya me siento culpable de que las bolsas sean plásticas; dejar el cigarro, lo que se ha convertido en ya 3 kilos de más y a nadie le importa que mi nivel de estrés haya aumentado estas últimas semanas en una de las pegas y con el magister; cambiar el auto por la bicicleta… aunque he de confesar que este desafío no se me hizo tan tortuoso… y ahora, comer cosas que no dañen el medio ambiente y sano… ¡¡Cómo me ha costado!!
Este desafío me ha puesto en evidencia conmigo misma. Es atroz. Me obliga a tener que estar consciente todo el tiempo… ¡y no lo logro! Claro, porque en las mañanas suelo comprarme su buena marraqueta “aliada” en el local de abajo de mi oficina, pero viene envuelto en aluza plass!! Para qué hablar de algún quequito o chanchería estimulante para comenzar el día. Terminé llevando fruta.
Al almuerzo y la comida, he tenido que olvidarme de los tallarines, las hamburguesas de dudosa procedencia gringa y las salvadoras ensaladas que ya vienen listas… ¿es que acaso no hay nada que no venga en plástico? Por suerte tengo una verdulería cerca de mi departamento, pero me dio una lata feroz tener que cortar la lechuguita, los pepinitos y la zanahoria. Además, no me pude comer mis congelados ¿Floja? ¡No! Es sólo que al llegar a casa lo que menos quiero es tener que dedicarme a la cocina.
Ni un koyak, ni un mísero koyak o un chicle pudo ser usado a mi favor! Me convertí en el terror del cous cous, que antes amaba y ahora creo que no quiero ver más. Tuve que rogarle a la nana de mi mamá que hiciera un queque para así tener la tentación mañanera sin usar plástico. No me he podido terminar de engullir los chocolates que me regalaron para mi cumpleaños y la verdad, no he adelgazado nada… Estoy frustrada. Pero también siento que algo he aprendido…
Lecciones de la semana: No hay productos que no vengan en plástico, hasta lo más natural, viene envasado. Por ejemplo las barritas de granola, las verduras, la fruta. Los jugos en cajita ayudan, son de cartón, pero si queremos comer sano no es cualquier jugo, debe ser de soja. No quiero un mundo lleno de plástico, me rehuso y hasta que uno no está como obligado a ver, no ve… como ahora yo… pero me quedo con la idea de un video que me compartió mi hermana de cómo una bicicleta puede hacer la diferencia… o en este caso, quizás, varias iniciativas en un solo lugar….
Y la próxima semana, qué haremos… ¿Con qué nos lanzamos? La preocupación está instalada, el debate, nuevamente abierto… ¿Qué reto me plantean para los próximos 7 días?
Les recuerdo, alguna duda, acotación, sugerencia o conversa gratis, pueden escribir a libertadylaidea@gmail.com
Libertad Gaco tiene casi 29 años, es madre de dos gatos, periodista de profesión, y comunicadora por vocación. Curiosa por esencia y apasionada por las causas que cree nobles, ha decidido experimentar en primera persona lo que es vivir en conciencia con el medio ambiente. |