¿Cuándo somos más felices?
La satisfacción con la vida propia tiene forma de U, como muestra el sonriente icono que acompaña este texto: alcanza su cénit en torno a los 25 años, declina hacia los 45 y vuelve a remontar hacia los 65, pudiendo incluso seguir su trayectoria ascendente hasta los 85. Esta es al menos la conclusión de un estudio del economista belga Bert van Landeghem, de la Universidade de Maastricht.
La satisfacción con la vida propia tiene forma de U, como muestra el sonriente icono que acompaña este texto: alcanza su cénit en torno a los 25 años, declina hacia los 45 y vuelve a remontar hacia los 65, pudiendo incluso seguir su trayectoria ascendente hasta los 85. Esta es al menos la conclusión de un estudio del economista belga Bert van Landeghem, de la Universidade de Maastricht.
Según las conclusiones del trabajo, la explicación de esta sinuosa trayectoria de la curva de la felicidad podría deberse a que a los 25 años nos sentimos optimistas porque tenemos toda la vida por delante y a los 65 felices porque estamos satisfechos con lo que tenemos en la vida (dejamos de tener expectativas irreales sobre la misma). Sin embargo, en
torno a los 40 años vivimos en plena lucha por una carrera laboral, una
familia y, probablemente, sufriendo a partes iguales por nuestros
padres y nuestros hijos.
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Vía La maldición de la mediana edad: somos más felices a los 25 y a los 65 en Cooking Ideas