"De Calígula a Berlusconi, la historia se repite", por Ernesto Evans

Si hacemos una analogía entre la
película ochentera “Caligula” (1979) (protagonizada por el
entonces joven Malcolm McDowell, Helen Mirren y el legendario Peter
O’Toole en el papel de Tiberio), -dirigida por el polémico Bob
Guccione– , y lo que está pasando con Berlusconi y sus fiestas con
bunga bunga, hay similitudes.

Calígula cuenta la historia de este
emperador que ascendió cuando Tiberio, según algunos, fue
asesinado. Narra las mil historias de este personaje que aparece como
despiadado, loco y sátiro. Aparecen orgías, asesinatos, un circo
romano con espectáculos sangrientos, relaciones incestuosas, la
designación de su caballo Incitatus como cónsul, etcétera,
etcétera, etcétera.

Tiene bastantes escenas de fiestas y
orgías. Ahora hay una versión sin censura, donde las escenas
sexuales abundan. Esta película fue producida por Bob Guccione
(editor de la revista “Penthouse”). Luego de la
finalización del rodaje, se añadieron gran cantidad de escenas
pornográficas, que según algunos nada tenían que ver con la trama.
Como respuesta, el director Tinto Brass y el guionista Gore Vidal
pidieron quitar sus nombres de los créditos, aún cuando las
películas de Tinto Brass son de marcado índole sexual. Lo que vi el
’80, fue una versión al parecer reducida y soft por presión de la
crítica.

El caso es que si de realismo se trata,
lo más probable es que Guccione tuviera razón. En el mismo suelo,
miles de años después, Il Cavaliere Berlusconi hace las mismas
fiestas de inicios del imperio. Las fiestas “non sanctas” en
Arcore son bastante “Hardcore”, donde al parecer se conoce
la punta del iceberg del calibre de las actividades. Representan la
prueba de que o “O tempora, o mores!” (o tiempos o costumbres),
como decía Ciceron en la vieja Roma: sigue igual en el ejercicio del
poder de il Cavaliere de la península itálica.

Pero no vamos a ponernos a juzgar. Sólo
que perfectamente la “Ruby Rubacuori” preparada para el
“bunga-bunga” podría haber sido una patricia en medio de una
juerga orgiástica; o la entrada magistral de Incitatus luciendo
transversalmente sus atributos, parecido a la presencia en medio de
la mesa del festín de la estatua en forma de pene. Bastante similar.

Quizás hoy se permite la venta de la
versión full de Calígula porque la realidad, como tantas veces,
supera la ficción. O la historia es cíclica, hay un eterno retorno
de este tipo de sucesos. El pasado humano como una repetitiva serie
de ascensos y caídas, donde ahora se repiten algunas conductas
impropias de un Cavaliere estadista. El tema es si se puede (o se
debe) salir de estos ciclos.

Ernesto Evans es Máster en Informática, magister en Gestión y Políticas Públicas, es gerente general de Telecontacto, especializada en consultoría estratégica y políticas públicas.