Indignado y solo simpatizante del 15 M en Siberia
El movimiento 15-M es un baile de números. Más de 25.000 personas se concentraron en Madrid la madrugada del sábado. Unas 8.000 lo hicieron en Barcelona. Varios centenares aguantaron otra noche a la intemperie en Bilbao, Valencia, Sevilla, y algunas menos en Londres, Copenhague, París, México...
En la ciudad de Omsk, en Siberia, exactamente a 5.678 kilómetros de donde empezó todo, las cifras se simplifican: uno.
El movimiento 15-M es un baile de números. Más de 25.000 personas se concentraron en Madrid la madrugada del sábado. Unas 8.000 lo hicieron en Barcelona. Varios centenares aguantaron otra noche a la intemperie en Bilbao, Valencia, Sevilla, y algunas menos en Londres, Copenhague, París, México…
En la ciudad de Omsk, en Siberia, exactamente a 5.678 kilómetros de donde empezó todo, las cifras se simplifican: uno.
La mañana del sábado, un hombre se plantaba frente a la estatua de Lenin, en el centro de Omsk. En las manos, una cámara de fotos y un trozo de cartón con mensaje pintado a mano: “Democracia real ya. #russianrevolution”. Se llama Xavi, es de Barcelona y tiene 31 años.
Es también, asegura, el único español registrado en el consulado de Siberia. El sábado se unía, indignado, reivindicativo y solo, a las manifestaciones multitudinarias del resto del mundo.
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