60 hombres que amamos (II parte)
Hace una semana, fue la primera entrega de nuestro particular homenaje a los guapos locales. Para ello, Florencia y Elisa Zulueta juntaron a un selecto jurado para elegir, con cariño, a aquellos chilenos que no sólo nos sacan suspiros. Ahora es el turno de la II parte, y como ya les dijimos hace siete días: "Pasen y disfruten".
Luego de reuniones con expertas entendidas en el tema, y sin votaciones unánimes –y algunas muy peleadas-, logramos hacer un híbrido de buena calidad chilensis. Éste es un aplauso en tres capítulos, y de pie, a aquellos que simplemente amamos. Pero reivindicando al chileno verdadero. No exclusivamente al que trota y toma batidos, ni acapara portadas (aunque hay excepciones). Es una ovación al que no podemos explicar bien por qué nos gusta. Y aquí lo intentamos, porque no son los que salen en sunga, pero son los que nos imaginamos así. Y como no es el censo, y no pudimos preguntarles a todas, reunimos una selección de los más votados y deseados. Hace una semana, fueron los primeros 20, hoy del 40 al 21… de aquellos 60 a los que queremos felicitar… sólo por haber nacido. Gracias totales.
40. Tomás Nazal
De primeras, así como nos vestimos, no podríamos salir contigo. Tendríamos que botar nuestra ropa. Tendríamos que almorzar y comer Youtube, meternos a un intensivo de inglés y entresacarnos mucho pelo. Sólo así, nos acercaríamos a decirte hola. Mino-estiloso-estético. Tomás Nazal no sólo tiene el descaro de ser encachado, sino que además tiene de esos looks como si siempre trasnochara, de anteojos oscuros que sólo a veces permite que se le vean esos ojos mandados a hacer al Louvre, y de esas boquitas perfectas, que se ríe y te querí matar. Voz ronca de adulto, pero es joven, y pa morirse de talentoso, no sólo toca la guitarra en el ascendente grupo Howlers, y la toca bien, sino que también toca el arpa, como esos angelitos del olimpo que sólo están tapados por un paño. ¿Dijimos que se ríe exquisito? Es que a veces cuando lo hace levanta un lado del labio nada más. (Googleeen cómo se ríe). Verlo tocar en vivo, entran las ganas de rajarle la camisa. Escucharlo hablar, dan ganas de tirarse arriba. Es realmente, de los chilenos jóvenes más sexys que la patria ha parido. Siempre dice que se quiere ir a buscar mercado para su música (que es en inglés), pero nosotros le decimos “quédate, enséñanos tu lengua y la aprendemos rápido”.
Crédito: Claudio Robles y Nostalgic Chile
39. Nicolás Saavedra
Fuimos a inscribirnos a un club municipal para ir a nadar. Estábamos dudando de si pagar o no la costosa matrícula inicial. De pronto, por el vidrio que daba hacia la piscina, vemos una sunga, una espalda fibrosa y unos brazos flacos y musculosos que elongaban. Pagamos de inmediato. Queríamos romper el vidrio, tirarnos al agua con ropa y nadar hacia él. Tiene de esas caras cubistas. Lo que les provoca la Blanca Lewin a los hombres, Nicolás lo provoca en las mujeres. Ángulos rectos, muy flaco, huesos marcados, de nariz grande, pero que lo hace terriblemente sexy. Es como mezcla de croata con español y un gitano, y esa cara poco convencional sumado a ese cuerpo flaco, largo y su talento, lo posicionan como un deseado especial. Salimos de la piscina y lo vemos despedirse una por una de las personas. Es amable y transparente, es de esos cariñosos porque les nace. Lo vemos alejarse con su mochila y el pelo chascón y mojado. Se sube a su bicicleta y ahí nos queremos matar. Es como el hombre con el que te ahogas de sólo mirarlo, dentro o fuera del agua.
Crédito: obra de teatro “American Jesus”
38. Juan Falcón
Juanito, el cubano con gusto caribeño que nunca pasa de moda. Se desenvuelve con ese acentito sabrosón y esa actitud seductora que no abandona ni para hacer trámites, y que nos lleva a pensar que tiene todos los días olor a aceite para broncearse y un poco de sabor a ron. Te habla y la erre con la ele se funden. Y todo lo que hace, absolutamente todo, es erótico. O así lo preferimos percibir. Que camina sabrosón, que echa bencina con sabor, que compra el diario sabrosón o que paga las cuentas con sabrosura. Queremos que nos saque a bailar; eso para partir. Pero para terminar no sabemos bien, porque a Juan se le conoce por ser un galán, por lo que nos mantiene conscientemente en el lugar en que podríamos estar: un lugar volátil. Juan ya está más maduro, pero sólo en el carné. Por eso lo amamos. Y por ser un producto de importación que saca aplausos y por el que pagaríamos todos los impuestos existentes de aduana. Incluso, impuesto al lujo.
Crédito: UPI
37. Rodrigo Jarpa
A éste no lo seguimos en Twitter… lo perseguimos. Sexólogo y guapo. ¡Qué es esta combinación! ¿Una broma de Tinelli? Cuánta será la necesidad de las mujeres de tener al frente a un hombre sensible con temas de sexualidad y placer que Jarpa ha logrado convertirse en un mito. Es que pucha, lo escuchas y crees que tus problemas sexuales desaparecen ¡de inmediato! Con su pelo cortito y con cara de niño bueno, tiene dos facetas; la académica, el de la expertise (en los medios), y la absolutamente sensual y erótica. A esta última, imposible acceder más que en sueños. Rodrigo es el marido de spot de TV, con el que quieres jugar paletas en la playa y ser la madre de sus hijos. Y algo muy importante es que tiene la pera partida en dos, elemento que nos seduce inexplicablemente a todas. Y aunque sea cliché, cuando habla nos gusta mirar cómo mueve las manos. Bah, por qué será.
Crédito: cortesía Rodrigo Jarpa
36. Claudio Bunster
Con ustedes, el primer científico de la lista y además Premio Nacional. ¿Y saben qué premio? A las Ciencias Exactas ¿Y saben por qué? Por su trabajo en teoría cuántica de la gravitación, supergravedad y agujeros negros. Suena excitante. Pero como ya lo premiaron por eso, y nosotros llegamos tarde, lo premiaremos por lo estupendo que es. Y ojo, incluso antes de que les resonara a todos, porque a Michelle la miraba como a una enamorada, a nosotros nos gustaba: ojos profundos, cerebro brillante, alma exploradora, y esa cosa media shakesperiana de recuperar su apellido y querer matar al padre. Aunque haya dejado el respetable Teitelboim atrás, sigue teniendo ese aire de científico ruso de película de Bond. Ese personaje que en las películas te hace el amor y luego te mata. Es una eminencia, y es inaccesible. Si saliéramos alguna vez, ¿De qué le hablamos? ¿Cómo evitaríamos babear como guaguas que recién están dentando? Él funda institutos, él está en otra, y tal como él mira al cielo, para investigar quizás que cosa, nosotros lo miramos hacia arriba, esperando algún día ser descubiertas y fundarnos alguna cosita.
Crédito: Flickr – alvherre
35. Antonio Quercia
Lunes, te lo topas en el Liguria. Vas un martes y está también. Vas un viernes, lo mismo. ¿Cómo se llama la película? Antonio “gózate la vida” Quercia. Primer punto a favor de este casi dos metros de bombón. Cara de gitano, chasca larga y canosa, y mano grande. Suma y suma puntaje. Es un buen conversador, siempre va a hablar del tema que le propongas y va a encontrar que los chistes de una son de humorista. Todas se derriten por él. Antonio cree ciegamente que es solamente “el hermano de”, cuando lo que no sabe es que todas quieren tenerlo en su equipo de trabajo, y que en cada filmación, va dejando estampadas en el suelo a la mujer que se le cruce por delante. Es coqueto, pero de esos que no economiza en halagos ni en sonrisitas. A todas las hace sentir que serán la futura señora Quercia. Y que todas fotografiamos como la Portman. Y nos convence de todo. Y eso nos da rabia y nos gusta. Porque él es el Valentino de esta época, en donde ser rudo, frío, hacernos sufrir y aquí te las traigo peter, pareciera ser la fórmula para tratar a la dama. Pero él no, él a una la hace sentir la más importante. Y lo más importante, eres nuestro Daniel Day-Lewis. Entonces, si sumamos, “el hermanito de”, alcanza alto puntaje, y viene siendo el mijito rico que quieres toparte en el bar, para que te invite a hacer un picnic, que lleve su cámara y lo registre todo…
Crédito: @mejorquedamalo
34. Tomás González
Confesamos que aparte de amarlo porque es guapo, hay algo instintivo en las mujeres que convierte en irresistibles a los que están más a la deriva. El deportista que a pesar de su talento y logros, no consigue el apoyo para comprar sus implementos y pasajes, y que igual finalmente con mucho esfuerzo lo logra, viaja, compite y más encima gana… a ese lo queremos abrazar. Pero además, Tomás podría ser parte de la gráfica de un libro de biología, para mostrarle a los alumnos cuáles son todos los músculos que tiene el cuerpo humano. Músculos por cierto, que la mayoría de los mortales sedentarios desconocemos. Ese libro lo tendríamos, encantadas de la vida, en el velador. Es que te pasaste. Tallado en roble y, más encima, hábil el cabro. ¿Cómo no vamos a darte el apoyo, Tomás? Nosotras encantadas nos transformamos en tu sponsor, siempre y cuando, nos bordes en tu camiseta.
Crédito: UPI
33. Cristián Carvajal
Saltó a la palestra con Gen Mishima. Y la verdad es que nos da lo mismo qué gen haya sido, porque de seguro es un gen de los buenos. Y lo ves y te sonrojas, y lo escuchas y se te caen los chitecos. Habla en do menor, con esas voces FM seductoras, que hacen creer que todo lo que dice es un poema, aunque te pregunte la hora, te lo imaginas arrodillado, con mariachis detrás y flores en sus manos. Es un galán, habla como galán, hace personajes no de galán y eso lo hace ser aún más galán. Siempre le dan los papeles de villano, porque insistimos, tiene esa voz autoritaria, pero que él en su vida usa para ser un caballero. Y mira a los ojos, mira fijo, y una se derrite. Y es un ejemplar a la antigua, de los que abren la puerta. Y podría ser el Bardem chileno, (algunas, realmente le llaman así) es raro-mino, no tiene esa belleza perfecta, es sexy porque es masculino, y lo mejorcito es que va de piola por la vida, pero es uno de los más talentosos que tiene Chile. Elige sus proyectos con pinza, pertenece a una de las mejores compañías y lo nominan a premios, se los gana y sigue pasando piola. Pero tiene sus seguidoras acérrimas que cuando votamos, hicieron escandaloso hincapié en que estuviera bien rankeado. Y aquí, lo dejamos “posicionado”
Crédito: Cortesía CHV
32. Angel Parra Jr.
Es de esas caras que le hubiera servido a la Sofia Coppola para “María Antonieta”. Imagínenselo con ese lunar sexy que con tanta gracia lleva, maquillado de blanco, con esas pantys apretadas, muy aristócrata y con cara de “tengamos una vida llena de excesos”. Un mijito rico. Ahora, confesamos que lo hemos visto sin pantys, vestido simplemente con una sunga, haciendo clases de yoga, con un espejo en frente, que ponen para concentrarse en uno, pero que en realidad sólo nos muestra el reflejo del angelito de la clase, al querubín del lunar, al que hace yoga para irrigar sangre oxigenada a todo su cuerpo, y sangre de la mejor casta, y transpira talento. Y transpira tanto, que es como si la historia del rock chileno se estuviera haciendo agua frente a nosotras. Y todo, incluidas nosotras, nos hacemos agua. Es heredero de puros bacanes, pero él es rey porque se lo ha ganado. Toca de todo, y toca bien. Le llaman El Padrino, y todas sus bandas remiten a tríos. Y aceptamos armar uno nuevo. Apadrínanos.
Crédito: UPI
31. Mark González
Y ahora es el turno de Mark, y todo lo seductor que resulta. Para comenzar, que haya nacido en Sudáfrica. Igual, qué costaba ponerle Marcos, Marco, o Mario, pero bueno, lo perdonamos porque quisiéramos que nos marKara 90 minutos. Y a pesar que lo perdimos en manos de “ella”, que colgó el colaless para seguirlo a Rusia, con papeles al día e hijo en camino -manso obstáculo- seguimos mirándolo con afilado colmillo de tigre sudafricano. Es que se ríe con su dentadura perfecta y blanca, y se le achinan sus ojitos, como diciendo “Yo no fui”. Qué falso. Tú sí fuiste Mark… fuiste el culpable de que las chilenas consolemos nuestras penas de estar sin Bielsa, siguiendo igual cada partido de la Roja. Eso sí, nos queda una pregunta en el tintero, y es en serio; ¿qué tan 2.0 quedaste después de esa operación de cadera?
30. Marcos González
Debieras estar más arriba (oiga). Pero te conocemos poco, y ojo que con tres sapeadas ya estas bien rankeado. Es que a nuestro parecer, es el pichichi, el cid campeador, el Mister Chile del fútbol, el nuevo matador, el “Becan” chileno, el que con un par de goles en este campeonato, tendrá a la famosa abordándolo en la disco. Cuando lo vimos para el triunfo de los Azules, de ese mismo color nos pusimos las minocas, que veíamos aburridas esa pelea calejera que fue la final contra los cruzados. ¡Quién es!, gritaron todas cuando le hicieron el close up. Sacamos celulares y Google. Morimos. Nos declaramos sus jefas de campaña, y al día siguiente, lo posteamos en todos lados como si fuera un “Se nos perdió este perrito, Se Busca”. Semanas enteras nos duró el “oye, ¿tú conocí a Marcos González?, ¡¿Nooo?!, toma yo te muestro una foto”. Las generalísimas. Y esto, es parte de continuar con el marketing. Debemos coronarlo pronto a nivel país. Que vaya a La Moneda por mino. Y estamos seguras que luego de esto, se sumarán miles, y seremos muchas. Es nuestra ofrenda. Y le perdonamos que juegue por ese equipo por el que juega. Y ojo, nuevas seguidoras, hay que defender a fierro a este chileno, ya que dejamos partir a Rusia al otro González, y la vida nos ha puesto nuevamente, este premio. Nuestro Patrimonio. Cuidémoslo.
Crédito: UPI
29. Néstor Cantillana
De Néstor nos enamoramos en sus papeles. ¡En todos! No hay caso. Le creemos y nos conviene. Porque no va por la vida como galán, pero se transforma rapidito en uno, y le queda igual de bien el pobrecito que vive en el desamor, que el revolucionario de los Archivos del Cardenal, y si va de curita, igual nos gusta. Ah, eso sí, vamos a dejar afuera sus inicios como Escudero en Romané que, aunque nos hizo muchísimo reír, casi se lleva con viento fuerte por más de un semestre entero, todo el sex appeal de Cantillana. Nunca más, por favor. Ahora, en tono de reivindicación y como parte de las bendiciones del Año del Conejo, tenemos el placer de tenerlo en dos canales y en dos horarios. Y, sin duda, después de todo lo que le hemos visto en cine, teatro y TV, elegimos el look de Néstor con el pelo chascón y la barba a medio afeitar, todo envuelto en un look setentero. Y por supuesto, sus rasgos duros suavizados por esa sonrisa tímida y esos profundos ojos oscuros. Desde su sencillez, un guapo total.
Crédito: Cortesía Canal 13
28. Íñigo Urrutia
Hay sólo dos Íñigos: Íñigo Montoya, el vengador, e Íñigo Urrutia, el seductor. Porque para partir, Íñigo se llama Íñigo. No puedes tener un nombre tan extravagante y ser del montón. Pues claro, no lo es. Ya que este orgullo nacional se roba las miradas de todas y es imposible que pase desapercibido. Eso sí, nosotros queremos rescatar que a Íñigo lo amamos más cuando imaginamos que es como un galán de los años 30´. Y es que tiene todo el look. Lo soñamos de gángster, con gorro y suspensores, fumando un puro en un bar de mala muerte. O representando al movimiento obrero, con una camiseta y un overol… overol a medio poner. Sí, a Íñigo lo podríamos ver en blanco y negro. Aunque viéndolo a color y en 3D también quedamos felices. Y en Rayos X mejor. Y por último: qué es esa voz, tan profunda y sensual, que lo único en que no queremos imaginarlo es en cine mudo. Bravo, Íñigo.
Crédito: @inigourrutia
27. Jordi Castell
Hola contradicción. Te encontramos descaradamente hermoso. Tienes una cara hecha por los diseñadores de Apple, muy Couch. Eres el fotógrafo, pero tienes más cara de modelo sin afeitar. Coqueto, te muerdes el labio y achinas los ojitos cuando te ríes. Pero, nos da cosita que de esa boca que queremos morder, salga tanto cahuín ajeno. ¿Por qué, si queremos verte, una vez a la semana, tenemos que ponerte en mute? Pero lo dejamos pasar, porque sólo queremos (ad) mirarte, aunque es bien deliciosón escucharte. Mezclas todas las “n, l, r”, como si tuvieran una “d” (ej: terminadlo) y da la sensación de que fueras un cachorrito durmiendo siesta, y que no quiere que lo despierten. Eres nuestro Jude Law, no sólo porque eres igual y te deseamos como a él, sino porque eres la razón del por qué alguien osó en llamarnos, los ingleses de Latinoamérica. Maldito quien se apoderó de tu merecido título de “Dandy”. Jordi, estás dibujado con un lápiz Castell.
Crédito: Cortesía CHV
26. Nicolás Torres
Te conocimos con los Petinellis. Decíamos, “súbanle el asiento al baterista, ¡no se ve!” Transpirado, pegándole a los tambores como un primitivo en su ritual. Todas reparamos en él. Y llegó el bendito día, que alguien escucho nuestras plegarias, y Nicolás Torres, dejó su escondite en la batería y pasó a primer plano como vocalista de uno de los mejores grupos chilenos, según han dicho varios de los entendidos, “Silvestre”. 1 metro 90, sólo para nosotras, con un aire a Elvis, y movimientos como él, y súmenle que tiene ese tonito de Love me Tender, al cantar. Y le hace al twist y al rock & roll, a la cumbia, al rock y al folcklore. Es todo lo que una groupie quisiera, es terriblemente guapo, su humor es brillante, en el escenario es un Adonis, sus temas son fantásticos, hace chistecitos coquetones, y lo que lo hace más deseable, es un enamorado eterno de “ella”. Y como buenas groupies, sabemos y aceptamos que no nos pertenecerá jamás. Le dedica los temas a su mujer, guapa, que es su mejor fan, y que desde la primera fila corea esas letras, que todas sabemos, están dedicadas a “ella”. Y eso te hace ser más guapo Nicolás, la tienes clara, y podrías creerte la última coca cola del desierto, pero no, y eso te suma. Tienes el porte, el bigote, los ojos, la voz y el talento para apodarte como nuestro Presley.
Crédito: Fotolog Banda Silvestre
25. Los Maquieira
(Izquierda: Samuel Maquieira, Julia Astaburuaga y Sebastián Maquieira / Derecha: Diego Maquieira)
Fantasía: Tres bandoleros con sus caras tapadas por un pañuelo, cabalgan hacia un pueblo lleno de mujeres. Ellas gritan, “¡¡¡Llegaron Los Maquieira!!!” Y es que estamos frente a una verdadera monarquía contemporánea. Padre e hijos, los artistas, bohemios, aristócratas y cuicos sin querer serlo. Unos monumentos replicados genéticamente. Queremos que nos rapten y nos lleven a la cueva de Los Maquieira. Descubrir qué no tienen un pacto con el diablo que lo hace ser cada día más guapos, y que parte de su estilo viene por ser hijo y nietos de Julita Astaburuga, la socialité empobrecida, graciosa y relajada que queremos como suegra. Pero, sobre todo, soñamos con ser musas inspiradoras de las obras de Los Maquieira. Cualquiera sea… un tarareo de Samuel con Los Ganjas, un poema de Don Diego o un boceto de Sebastián. Artistas, talentosos y atractivos. Los queremos a los tres en las fotos familiares, y la sobremesa (o sobre la mesa) intelectual con vino tinto. Con respeto, claro. Y es que no podemos describirlos por separado. Son una marca en promoción “Algo Yapa” o un 3×1, y nosotras… sus fieles consumidoras. Y ojo, anoten este recado: si es quisieran, nos ofrecemos para seguir preservando su casta.
24. Alexis Sánchez
Qué fome escribir de Alexis cuando hoy por hoy todos hablan de él. No es justo. Nosotros lo vimos desde mucho antes. Y nunca estuvo mejor un piropo como cuando una de nosotras le gritó a la pantalla con furia: “¡¡¡¡Alexis!!!! fíate una caluga”. Inolvidable. Rezando que se sacara la polera para celebrar su gol, pero casi nos mataste cuando al levantártela, nos mostraste tu camiseta outfit. La verdad es que este hombre está hecho a mano y en arcilla, y sus calugas se le marcan con cualquier polera. Y debemos ser sinceras, no es precisamente su cara lo que más nos gusta, ni su peinado. Tampoco los aritos y los anteojos tan de marca. Y menos su sobrenombre: Niño Maravilla, que suena como una marca de aceite con la que no nos dará un infarto. A nosotras nos gusta su cuerpo y además, la sospecha de que es más ingenuo de lo que se ve. Nos gusta que eso no calce: tanta ingenuidad y bondad en ese cuerpazo. Porque son los malos y cancheros los que vienen en este envoltorio. Pero éste es talentoso, bueno y güeno. Llegó lejos y ahora tenemos celos de esa modelo española o portuguesa que va a llegar a hincarle los dientes y le va a pedir un hijo. Pero no importa, dejamos constancia que acá lo vimos primero… y lo vimos bien visto.
Crédito: UPI
23. Daniel Muñoz
(Léase en tono de cueca, con una introducción de acordeón de fondo)
A usté nos lo joteamos en verso / aunque la métrica no hay que entender / porque aquí vamos destacando lo buenmozo que lo han de ver. / Con su cueca y su canto / terminó de flecharnos mijo / y cuando toca los platos / querímos que nos de un hijo. / El Malo, el Carmelo, el efe, el éste y tantos en su carrera / ah que mijito rico / que era el Juan Herrera. / Sabe lo que más nos gusta / que usté habla despacito / que aunque es entero famoso / pasa colao y callaito. / Lo encontramos sexy / y discúlpenos lo atrevías / pero esa carita de bueno / nos hace ponernos bandías. / Má encima canta lindo / y si es que to´lo hace bien / nosotras nos preguntamos / “si acaso eso también”. / Es que a usté le sobra talento / elegancia y cultura / y a nosotros, nos damos cuenta / nos sobra la calentura. / Hueeelta (oiga)
Crédito: UPI
22. Diego Muñoz
Todo parte en su cicatriz. Porque si nos habla de frente no podemos sacar los ojos de ésta, tan bien alojada en esa boquita tan bien diseñada. Diego es un piola, a pesar de que somos muchas, (muchas es poco), miles las chilenas que morimos por él. Basta con que se suba a su moto con sus pitillos apretaditos y su chaqueta cool, con ese look James Dean, con el cigarro en boca y esa cara de recién despertado. Basta con eso y con su voz rasposa. Está frito, no quiere ser galán ni que hablen de él, pero todas lo hacen. No es simpático ni condescendiente, no quiere caernos bien ni animar el Festival de Viña. Quiere actuar, quiere viajar, quiere escaparse a viajar. Salir de su trabajao y después irse rapidito a una tocata, donde lo vemos en una esquina disfrutando. Y lo peor, es que no se nos va a acercar. Aunque lo miremos fijamente, se nos dé vuelta una bebida encima, nos va a obviar. Así que chiquillas ya sabemos, Dieguito es la copa, que se mira pero no se toca.
Crédito: Cortesía TVN
21. Nicanor Parra
De antemano, le pedimos permiso para escribir sobre usted. Podrá ser el antipoeta, pero ni cerca de ser el anti mino, todo lo contrario, el súper mino, (perdón Don Nicanor). Lo encontramos tan buen mozo. Lo hemos espiado en la playa, nos hemos leído sus dichos, y revisado sus objetos, herramientas y artefactos. Queremos ser sus objetos, (disculpe Don Nica). Queremos que le den el Nobel, y si quiere marchamos a Las Cruces, o si quiere seguimos de largo. Usted pida, nosotros le damos, nosotras lo seguimos, pero no nos pida que lo olvidemos. Fue con usted que nos sentimos por primera vez rebeldes, cuando en las bibliotecas del colegio leímos su poema “Los Profesores”, o cuando leímos que usted también se portaba mal en “La poesía terminó conmigo”. Nos sentimos sus cómplices, y lo seguimos hasta hoy. ¿Nos permite ponernos tontonas? Lo encontramos encachado Don Nica, su estilo desgarbado, sus cejas tupidas, su look de poncho y corbata, la sangre virtuosa que le corre por toda su altura, su pelo largo, sus ojos que miran fijo, que sonría a veces, esos pliegues en su cara, su manos de dedos largos, que responda con palabras lindas y que haya querido tanto a su hermana. Esto es un simplón homenaje, que no está a la altura de lo que de verdad nos provoca. Pero preferible que carezca a faltarle el respeto, aunque ojo que usted nos dijo, que “la poesía morirá si no se le ofende, y que hay que poseerla y humillarla en público, después se verá lo que se hace”, pero esto no es poesía.
Crédito: Flickr – bluelephant
Colaboraron: Isabel Plant, Sofia García Huidobro, Beatriz Pulido, Tereza Quezada y Pitu Rodríguez.