"De antología", con Andrés Valdivia
Escribe canciones y arregla discos, crea medios y tuitea cada vez que puede. Ingeniero civil de profesión, Valdivia armó con Heyne la banda sonora de “Se arrienda” (05), el combo de reciclaje musical Pebre y co-fundó el sitio podcaster.cl y la agencia noise-media.com. También produjo los discos “Roquerío” (05) de Nutria y el reciente “Los Jardines Humanos” (11) de la banda de Matías Amoçain. ¿Algo más? Sí: Ahora mismo prepara el sucesor de “Nudociego” (06), su debut solista.
Andrés Valdivia no sabe decir que no.
Acá su selección.
Un disco:
Year Zero – Nine Inch Nails. Solamente porque no he podido sacármelo de los oídos en las últimas semanas, este es probablemente el disco más rockero y más melódico de Nine Inch Nails a la fecha. Me sorprende sobre todo por su poder, una avalancha poderosísima de guitarras, ruidos y una sección rítmica que pareciera generada por una legión romana de bateros en simultáneo. Sorprende también su producción, cuidada y muy bien equilibrada. ¡Discazo!
Un libro:
La Guerra de Galio. Novela relativamente vieja ya, del gran autor mexicano Héctor Aguilar Camín. La historia de la relación entre la política mexicana y los medios de comunicación, sazonada con una historia de amor de aquellas. Una novela larga, potente y radical sobre el poder y la política entendida no como una vocación de servicio público, sino como la extensión natural de las pulsiones humanas, y desde ahí, como una actividad de personas al servicio de sus miserias y virtudes… de sí mismas en definitiva.
Una serie:
Big Love. Aunque su última temporada ya se exhibió en USA, esta notable serie sobre una familia mormona hardcore (que practica la poligamia entre otras excentricidades gozosas) en su intento por validar su vida en el centro de la norteamérica profunda, presenta no sólo la batalla moral evidente a la que se ven enfrentados, sino que también asuntos más rupestres y domésticos de la vida marital múltiple, la política y la fragmentación étnica y socio cultural de un país como Estados Unidos. Con grandes actuaciones, conflictos simples y delirantes, Big Love es todo lo que Mad Men no es: sencilla y aterradoramente real.