Juan Andrés Salfate: “No soy un terrorista comunicacional”
Según denuncia Salfate “manos negras” sabotearon su celular, su correo electrónico y hasta su cuenta de Twitter para que no advirtiera a la población de los últimos movimiento que ha tenido la tierra.
Uno de los hombres del momento, cuando de predicciones de terremotos o temblores se trata. El comentarista de cine, Juan Andrés Salfate, aprovecha su momento de fama para conversar con el vespertino La Segunda acerca de las críticas que ha recibido, y de la noticia de haber sido declarado ‘persona non grata’ en una provincia de la región de O’Higgins.
Según denuncia Salfate “manos negras” sabotearon su celular, su correo electrónico y hasta su cuenta de Twitter para que no advirtiera a la población de los últimos movimiento que ha tenido la tierra.
“Hace un tiempo, las cosas que decía sólo parecían pintorescas. Pero pareciera que, últimamente, estoy molestando. Quizás soy una amenaza, porque concientizo a la población y los saco un poco del estado de borregos… Me intervienen el correo y me vigilan el teléfono. No debieran ocupar los poderes del fisco para vigilarme… Soy una piedra en el zapato para muchos”, advierte.
Agregando que “no soy un terrorista comunicacional que, en algún momento, hará un llamado a las armas. Lo que me motiva no es crear un estado de anarquía, sino que hacer que la gente se dé cuenta que tiene las herramientas para vivir una vida más plena, dichosa. Eso es lo único que me mueve, es mi único objetivo”.
De igual forma, volvió a descartar un terremoto este fin de semana: “no se ve nada para Chile. No puede aparecer un sismo de una intensidad tan brutal y de la nada”.
Haciendo una crítica acerca de la gente que los sigue, el panelista de televisión afirma que “la gente debería discriminar en qué creer. Sé que digo cosas que parecen muy excéntricas, pero siempre trato de explicar el origen. Pero cuando alguien dice, a pito de nada, que va a haber un terremoto, que la tierra se partirá en dos y después dicen que no y luego sí, la gente debería descartarlo”.
“Por una extraña razón, en nuestro país, además de ser simpáticos, buenos para el copete y chaqueteros, la gente tiene la capacidad impresionante de aceptar de inmediato cualquier noticia mala. Una noticia con carga trágica la compran de inmediato. Y eso, sumado al terrible problema de comprensión de lectura que hay acá, uno puede decir que esto es blanco y todos entienden que es negro. Es algo con lo que hay que combatir como comunicador todos los días”, añade.
Asimismo, relata que “lo que tiene que entender la gente, y de verdad lo digo de forma muy honesta, es que yo soy el principio, pero no el final. Si a alguien le interesó algo que dije, que puede ser una teoría extraterrestre, fantasmal o de terremotos, que de ahí ellos saquen sus conclusiones y sigan haciendo el recorrido… Yo no soy importante. De verdad, no hago estas cosas para el ego, no es por vanidad. No necesito la aprobación de nadie y me resbalan las críticas mal intencionadas, pero una crítica constructiva siempre la agradeceré… A los que no les simpatizo me ayudan a corregirme y a mesurarme en el lenguaje. Si hago todo esto, es porque estoy devolviéndole un favor a la gente. Les entrego información difícil de encontrar. Y el que la encuentre útil, que la convierta en una herramienta para hacer más liviana su existencia”.
En relación a su amistad con Quake Red Alert, reconoce que “hay un cariño, una cercanía. Siempre que me preguntan qué se siente ser admirado, digo: «No me admiren. Quiéranme, porque yo los quiero». Yo trato de hacer lo mejor posible. Me podré equivocar y pediré las disculpas del caso, pero lo que me motiva es un honesto y profundo cariño por las personas”.
Por último, consultado respecto a cómo reacciona cuando es víctima de “bullying” o comentarios desfavorables, sentencia “me da lo mismo. Es que no soy ni loco, ni tonto mucho menos”.