Metro Goldwyn Mayer estudia salir a bolsa tras su bancarrota
MGM se declaró oficialmente en quiebra en noviembre de 2010 y el mes siguiente comenzó un proceso de reestructuración para tratar de recuperarse de una deuda de 4.000 millones de dólares.
El estudio de cine Metro Goldwyn Mayer (MGM) anunció hoy que remitió información a la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. para una “posible oferta pública de acciones”, un paso hacia su regreso a la bolsa que llega apenas un año y medio después de declararse en bancarrota.
En un escueto comunicado, MGM dejó entrever sus intenciones de conseguir financiación por parte de inversores en un momento en el que tiene en perspectiva una nueva película de James Bond y las dos entregas de “The Hobbit”, títulos sobre los que tiene derechos aunque su distribución corresponda a Sony y Warner, respectivamente.
MGM se declaró oficialmente en quiebra en noviembre de 2010 y el mes siguiente comenzó un proceso de reestructuración para tratar de recuperarse de una deuda de 4.000 millones de dólares.
Los ajustes incluían un acuerdo con la productora Spyglass Entertainment, cuyos ejecutivos pasaban a dirigir el estudio una vez superada la bancarrota.
La operación fue posible tras ser aprobada por los acreedores de la empresa, quienes accedieron a convertir su participación en la deuda en acciones de la nueva MGM.
Entre las decenas de acreedores de MGM se encuentran compañías como Anchorage Advisors LLC, Highland Capital Management LP y el millonario Carl Icahn, quien durante meses había intentado sin éxito lograr la fusión entre MGM y el estudio Lionsgate, del que es máximo accionista.
A cambio del acuerdo con Spyglass, Icahn se garantizó un puesto en el nuevo consejo de administración.
Para encontrar el origen de sus problemas financieros hay que remontarse a 2004, cuando Sony, la empresa de telecomunicaciones Comcast y las financieras Providence Equity y TPG Capital, lideraron una operación para comprar MGM por unos 5.000 millones de dólares.
Ese precio se consideró posteriormente excesivo, ya que estaba influido por el alza de precios en medio de una bonanza económica global y vino seguido por el declive de las ventas en DVD.
MGM, dueña de los derechos de la franquicia James Bond, es poseedora de un catálogo de unas 4.000 películas, entre ellas clásicos como “El mago de Oz”, “Lo que el viento se llevó” o “Ben-Hur”.