Salman Rushdie presenta sus memorias y habla de sus años como condenado a muerte
En entrevista a ABC el escritor condenado a muerte por el régimen iraní dijo que Jomeini era "una persona muy cruel y despiadada".
El día de San Valentín de 1989, el escritor Salman Rushdie descolgó el teléfono de su casa de Londres, y al otro lado una periodista de la BBC le preguntó: «¿Qué siente uno al saber que el ayatolá Jomeini le ha condenado a muerte?» Al instante, el autor de «Los versos satánicos» masculló: «Soy hombre muerto». La capital británica había amanecido soleada ese 14 de febrero de hace veintitrés años. Esa pregunta extinguió toda luz. Así arrancan las memorias de Salman Rushdie «Joseph Anton» (Mondadori), que el escritor angloindio presenta en Madrid. Precisamente, hace dos décadas visitó por última vez la capital de España para participar en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense. En aquella ocasión admiró el Museo del Prado; veinte años después ha vuelto a visitarlo. En esta larga conversación-entrevista concedida a ABC, Salman Rushdie desgrana la década ominosa que le tocó padecer, amenazado de muerte (fetua) por el régimen iraní de Jomeini, que le acusaba de «blasfemo» por su novela «Los versos satánicos».
Aquel fatídico día de San Valentín de 1989, Rushdie acertó a responder así a la periodista británica: «Uno no se siente bien», se preguntó cuántos días le quedarían de vida y concluyó que la respuesta probablemente sería un número de una sola cifra. Salman Rushdie colgó el auricular. corrió escalera abajo desde su cuarto de trabajo en la estrecha casa adosada de Islington donde vivía. Las ventanas del salón tenían postigos, que cerró y atrancó. Luego echó el cerrojo a la puerta de entrada. Ayer, atendía a ABC entre un apenas un par de biombos.
-¿Por qué se sintió ese día de San Valentín que era un hombre muerto?
-Lo pensé porque el régimen iraní había matado a mucha gente. Y había asesinado a gente fuera de Irán, también. Habían matado a oponentes del Régimen en Europa, sabía que tenían escuadrones de asesinos. Jomeini era una persona muy cruel y despiadada.
-¿Hoy se sigue sientiendo así, «a dead man»?
-Ya no, claro. Quien estuvo realmente interesado en matarme fue el régimen iraní. Cuando las presiones políticas fueron suficientes en el régimen, entonces cesaron las amenazas, y entonces desapareció el problema. A nadie le interesaba matarme más que al régimen iraní. En muchos países musulmanes a la gente incluso le avergonzaba ese hecho porque le daba una imagen muy negativa al mundo musulmán. Eso sí, siempre, en Irán, sale un mulá que levanta el puño contra mí y profiere amenazas, pero nadie se lo toma en serio ya, incluso dentro del propio Irán. Hay otras muchas cosas por las que hay que preocuparse.