El rechazo del mundo cultural británico a Margaret Thatcher
Desde escritores como Harold Pinter hasta los punks Crass, que le preguntaban "¿Qué se siente al ser la madre de mil muertos?" a raíz de la guerra de las Malvinas, muchos artistas expresaron su repudio por la "Dama de Hierro".
La ex primera ministra británica Margaret Thatcher marcó la vida cultural del Reino Unido durante sus once años en el poder, a menudo convertida en objetivo de los dardos de músicos y escritores por sus duras políticas.
Sus recortes sociales, su liberalismo económico y su dura posición durante la guerra de las Malvinas en 1982 provocaron la explosión del arte como protesta contra la “Dama de Hierro”, que nunca apostó por la cultura en sus gobiernos conservadores.
Las primeras huelgas de mineros tras su llegada al poder en 1979 sirvieron de telón de fondo a un popular musical, “Billy Elliot“, que en su primera versión en Broadway incluyó la canción “Feliz Navidad, Margaret Thatcher“, firmada por el compositor británico Elton John.
“Todos celebramos el día de hoy, porque queda un día menos para tu muerte“, cantaba un coro de niños de un barrio deprimido tras la huelga minera.
Las canciones protesta inundaron teatros e impulsaron a numerosos grupos que deseaban su muerte en sus canciones, como Morrisey, con su canción “Margaret a la guillotina”, donde describía el final de la entonces primera ministra como “un sueño maravilloso”.
Elvis Costello tampoco tenía buenos deseos en su tema de 1989 “Tramp the Dirt Down“, de su álbum “Spike”, en el que aseguraba a Thatcher que, “cuando finalmente te entierren, bailaré sobre tu tumba“.
El conocido compositor se unió en sus críticas a grupos como The Beat, Genesis, The Clash, The Jam o el músico Billy Bragg, que llegó a definir a Margaret Thatcher como su “mayor inspiración” para retratar el “periodo turbulento” que atravesó el Reino Unido en los 80.
La Guerra de las Malvinas contra Argentina en 1982 fue un punto de inflexión para los artistas británicos, que contraatacaron las decisiones de la “Dama de Hierro” con temas como “How Does It Feel To Be The Mother Of A Thousand Dead?” (¿Qué se siente al ser la madre de mil muertos?), que le dedicó el grupo anarco-punk Crass ese año.
El tema, grabado en delgados flexi-discos, era metido de contrabando dentro de otros álbumes por el sello Rough Trade.
Alejados de esta polémica, los gobiernos conservadores de Thatcher decidieron potenciar la música clásica y la ópera frente a otras disciplinas, una actitud que fue “un tiro en el pie” al avivar aún más la corriente punk, autora de las críticas más ácidas.
La televisión y el cine no escaparon a la fascinación que las formas y actitudes de esta política “tory”, vestida casi siempre de azul, exhibía en el Parlamento británico con golpes de bolso incluidos.
Su figura protagonizó cómics políticos y sátiras dentro de la saga estadounidense Bloom County y los numerosos libros sobre su legado político llegaron a crear una sección propia.
Incluso los personajes de ficción se dirigieron a ella, como fue el caso de Adrian Mole, creado por la escritora Sue Townsend, que escribió un poema a la primera ministra en la que le preguntaba si era capaz de “llorar”.
Muchos de arrepintieron de votarla, como el premio Nobel de Literatura Harold Pinter, que aseguró que confiar en Thatcher fue “idiota e infantil por mi parte“, o el escritor Jonathan Coe, especializado en la sátira política, que cuestionó su legado.
“¿Como es posible que la hija de un tendero, con su constante retórica sobre el ahorro doméstico, haya terminado creando una sociedad que se basa fatalmente en la deuda?”, se preguntó Coe.