El concierto de la discordia: Fiskales Ad-Hok y SCD en pelea judicial por derechos de autor
La SCD está cobrando derechos de autor por el concierto con que la banda celebró sus 20 años de vida en 2006, que según explican "corresponde por ley a cualquier evento musical". El abogado de la banda se basa en la misma ley para afirmar que este pago no corresponde.
A través de su cuenta de Twitter, la legendaria banda del punk chileno, Fiskales Ad- Hok destapó una disputa legal que viene desde el año 2009 y al parecer, se prolonga hasta el día de hoy en el 28 juzgado civil de Santiago.
La banda señala en sus tuits que la Sociedad Chilena del Derecho de Autor les estaría cobrando “por tocar nuestras canciones” y argumentando que “Productores y bandas tributo lucran con obras ajenas, y qué hace la famosa @SCDChile ? Le cobra a los @Fiskalesadhok por tocar sus temas…”. Ante lo cual, también por Twitter, la Sociedad Chilena del Derecho de Autor retrucó que “Declarar todas tus actividades musicales, nos permite proteger de mejor manera tus repertorios.”
¿Qué fue lo que sucedió?
El conflicto en cuestión se remonta al 9 de octubre del año 2006, cuando la banda celebró sus 20 años de vida con un concierto en el Estadio Víctor Jara por el cual la (SCD) le solicitó el pago de derechos, según sostienen en la sociedad de gestión, “que corresponde por ley a cualquier evento musical”.
El productor de la banda y del evento, Fernando Sánchez, se negó a realizar dicho pago apoyado en la premisa de que durante el concierto la banda sólo ejecutó temas de su repertorio, por lo que no correspondería el pago de derechos de autor para sí mismos, considerando de manera tácita la cesión de estos derechos al productor del evento, que para Fiskales Ad -Hok es parte de la banda.
Esta negativa originó una demanda el año 2009 por un monto de $400 mil que, aclaran, no es contra la agrupación Fiskales Ad-Hok “ni ninguno de sus músicos, sino contra el productor de dicho evento, Fernando Sánchez, quién no es afiliado a SCD, y que además tiene pendiente el pago de derechos de autor de varios otros conciertos”, señalan.
La demandante también explica que los derechos que se están cobrando pertenecen principalmente a la editorial EMI Publishing, con quien tienen contrato editorial algunos de los autores de las obras ejecutadas en el concierto de 2006.
El abogado de la banda, Juan Carlos Larrañaga, por su parte, cuenta a El Dínamo que en el juicio, que se cerró el 2011 y que ahora busca la ejecución de la sentencia, se dio por notificado al productor con un domicilio que no le correspondía, situación por la que no se enteró de él cuando ya corría la sentencia. Larrañaga, además comenta que la banda, concurre permanentemente a la SCD a cobrar regalías y que, al menos podrían haberse enterado por esa vía de la acción judicial, lo que no ocurrió.
Por esta razón y en primera instancia están solicitando la nulidad del juicio. Respecto de los derechos de autor involucrados, Larrañaga explica que la 17.336 de Propiedad Intelectual establece en su artículo 6 que “Sólo corresponde al titular del derecho de autor decidir sobre la divulgación parcial o total de la obra”. En su artículo 17 la misma ley señala que “El derecho patrimonial confiere al titular del derecho de autor las facultades de utilizar directa y personalmente la obra, de transferir, total o parcialmente, sus derechos sobre ella y de autorizar su utilización por terceros”.
Finalmente, el artículo 20 del mismo cuerpo legal aclara que “Se entiende, por autorización el permiso otorgado por el titular del derecho de autor, en cualquier forma contractual, para utilizar la obra de alguno de los modos y por alguno de los medios que esta ley establece”. De esta manera, afirma el abogado, no correspondería a la SCD cobrar los derechos que la misma banda ha autorizado, aunque sea de manera tácita, para un concierto ejecutado por ellos mismos.
En relación a los derechos de Emi Publishing estaría reclamando a través de la SCD, Larrañaga sostiene que en primer lugar, la disquera debería iniciar un juicio aparte y que, al igual que todos los contratos de la banda ha firmado con sellos musicales, siempre se reservan el derecho de la ejecución de música en vivo, por lo que no correspondería pago alguno por ese concierto.
Sumando multas, pago de costas y ortos gastos, los $400 mil iniciales del juicio ya superan el millón de pesos los que Fiskales Ad- Hok y no soló su productor, se siguen negando a pagar.
