Las razones para ver de nuevo Breaking Bad
Breaking Bad es un hito en la historia de la TV. Hay un antes y un después en esta serie creada por Vince Gilligan y que comienza en la TV abierta en nuestro país (Mega).
Para quienes la hemos seguido, sabemos y hemos visto de qué se trata, incluso cómo termina. Pero estamos hablando de un clásico moderno de la TV y si comparamos con el cine, todos sabemos cómo termina “El Padrino” o “La Guerra de las Galaxias” y siempre, siempre las vemos.
Una y otra vez.
Estas líneas van para quienes verán por primera vez Breaking Bad en la TV abierta chilena y, también, para aquellos que quieren repetírsela. Acá dos puntos para reflexionar.
1. Un policial maravilloso: Breaking Bad quiere decir en inglés algo así como “volverse malo” y es la historia de un profesor de química norteamericano, Walter White (Bryan Cranston), un hombre cuyo sueldo y vida está en el promedio. Tiene una esposa, Skyler White (Anna Gunn), quien está embarazada, su hijo adolescente tiene problemas de salud y el sueldo no le alcanza. En sus ratos libres, además de una escuela, trabaja limpiando autos en un “car wash” y, para más remate, le diagnostican un cáncer al pulmón.
Walter White tiene sus días contados y toma una decisión compleja: decide aplicar sus conocimientos en química para fabricar drogas, junto a un ex estudiante suyo, Jesse Pinkman (Aaron Paul), porro, flojo, lleno de defectos.
Este giro del señor White, intachable, correcto, decente, al mundo delictual es lo que se conoce como novela negra: literatura sobre criminales y su mundo, tal como alguna vez lo hizo el escritor Mario Puzo en “El Padrino, la novela”.
Por las seis temporadas de “Breaking bad” destilan, de esta manera, las rutinas criminales de este hombre bueno convertido en uno malo, pero como gran segunda lectura está en contexto donde esto ocurre: un país donde la salud es un bien de consumo lujoso, sin protección social. Un país con fisuras brutales como la droga y sus ramificaciones, un cáncer que se toma todas las esquinas del sueño americano hasta transformarlo en esto: una pesadilla convertida acá en un drama notable, con toques brillantes de humor.
Porque “Breaking bad”, a pesar de sus cuestionamientos morales, situaciones duras, es antes que nada un pedazo de obra de arte que habla de nuestros tiempos.
“Breaking bad” le toma el pulso a esta era en la que vivimos, donde los ideales del tipo más decente que puedes encontrar, como el señor Walter White, se trastocan y vuelcan hacia el lado oscuro de la fuerza.
