Metallica fue una fiesta en el Monumental
Un repertorio elegido por el público, quizá sin sorpresas pero lleno de emociones y recuerdos, que los miles de asistentes no dejaron de corear. Así la fue la noche de "Metallica by Request" en Chile.
A cancha llena fue el recital ofrecido anoche en el Estadio Monumental por Metallica. El cuarteto, pionero del thrash metal y uno de los nombres más grandes dentro del rock mundial, brindó un espectáculo de lujo basado en una premisa sencilla: el público elige los temas que se interpretan. Es el concepto “Metallica by Request“.
El espectáculo se inició alrededor de las 20 horas con la presentación de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, un grupo de jóvenes de Paraguay que fue recibido con respeto por los presentes, que por momentos siguieron el juego de la banda, aplaudiendo con sus temas, e incluso, piropeando a las integrantes femeninas del conjunto.
Una apuesta arriesgada, la de tener a estos muchachos como teloneros, pero que el público supo apreciar. Bien por Metallica, que se la jugó por los de Cateura. Y es que su versión de “Nothing Else Matters” fue simplemente notable.
Aunque el listado de los temas no fuera un misterio, el orden en que serían interpretados fue jugado hábilmente por la banda. Así, tras un retraso de casi 30 minutos, el vocalista James Hetfield y compañía salieron a escena con toda la potencia de “Battery“, un tema rápido y fuerte, seguido de su emblemática “Master of Puppets“. Un primer golpe lleno de energía, que luego dio paso a temas más pausados, intercalando las distintas épocas de su producción.
“You’re beautiful, Santiago”, dice Hetfield tras interpretar la emotiva “Welcome Home (Sanitarium)“. Le recuerda al público que “este es su set, ustedes lo eligieron“. Y como muestra de aquello, animaba a los asistentes a votar vía mensaje de texto por la canción del día.
El cantante rió al ver que “Fuel” era la menos votada, frente a la dura competencia entre “Whiplash” -que en definitiva fue la ganadora– y “Whisky in the Jar“, el cover de los irlandeses Thin Lizzy. “Voten por ‘Whisky’, es una gran canción para festivales”, decía el guitarrista, tratando infructuosamente de convencer a los presentes.
“Ride The Lighting”, “The Unforgiven”, “And Justice For All”, son sólo algunos de los clásicos que se cruzaron con la nuevo creación del cuarteto, “Lords of Summer“, correctamente interpretada, pero que fue escuchada con más curiosidad que entusiasmo.
El monumental vuelve a prenderse con “Sad But True“, canción presentada por una fan del grupo. Y la seguidilla de golpes a la memoria seguía: ahí estaba la balada “Fade To Black” y el instrumental “Orion“, piezas de colección que el frontman de Metallica dedicó “a nuestro amigo Clifford Lee Burton“, el fallecido bajista con que grabaron sus primeras placas.
“One”, “For Whom The Bell Tolls”, “Blackened”, “Nothing Else Matters”, “Enter Sandman”… Temas coreados por padres e hijos, tíos y sobrinos, generaciones unidas por la música de estos cuatro ex chascones, que tuvieron una performance absolutamente a prueba de balas y demostraron que aún se la pueden con el lado más duro y veloz de su repertorio.
“Hoy, el metal está de fiesta”, decía un colega al llegar al Monumental. Hasta el taxista que nos llevaba confesó que “cuando chico yo también escuchaba Metallica“. Una banda transversal, que abarca desde los más acérrimos e inoxidables metaleros -esos que sólo consideran digno de elogio el disco “Kill’em All“- hasta quienes los descubrieron gracias al “disco negro” y “Enter Sandman”. Los mismos que hoy presenciaron un espectáculo de primer nivel: una fiesta, no de gala, sino de mezclilla y poleras negras.
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