Cine y animación: Brasil denuncia con dibujos animados las desigualdades en Latinoamérica
El filme evoca también las protestas contra la organización del Mundial de Fútbol, un deporte que para Abreu hace olvidar que "detrás de los estadios hay niños en las calles, pobreza y no hay qué comer".
La animación brasileña está en plena expansión y se va configurando como un medio para denunciar las desigualdades sociales y los efectos de la globalización en Latinoamérica, como quedó patente hoy en el Festival de Annecy.
“O menino e o mundo”, de Alê Abreu, el único largometraje brasileño en competición en la sección oficial, integra en sus trazos y colores infantiles una fuerte carga política, heredera de la canción protesta de los años sesenta y setenta.
“Yo ponía la música y cerraba los ojos para pensar en la historia del niño, mientras escuchaba a Violeta Parra, Víctor Jara y a tantos otros“, explicó Abreu, cuya película ha sido ya recompensada en festivales como el de La Habana, Ottawa o Sao Paulo.
El protagonista, con un físico simple como un garabato, abandona su pueblo para buscar a su padre y en este camino recorrerá de forma abstracta las diferentes formas de opresión que han sufrido los pueblos de América Latina.
El director combinó diversas técnicas vinculadas con el universo de los niños, como dibujos con lápices de colores o “collages”, para plasmar estéticamente “la libertad de la que habla la película”.
El filme evoca también las protestas contra la organización del Mundial de Fútbol, un deporte que para Abreu hace olvidar que “detrás de los estadios hay niños en las calles, pobreza y no hay qué comer”.
“Lo que vivimos hoy es el resultado de una historia de indios masacrados, de esclavitud“, aseguró Abreu, quien añadió: “Ahora tenemos más esperanza y algunos de los países están mejorando”.
Este acento sobre las relaciones entre fuertes y débiles también estaba presente en el filme “Uma história de amor e fúria”, con la que el brasileño Luiz Bolognesi ganó el máximo galardón del Festival de Annecy en 2013.
Tras esta recompensa, Brasil se ha situado en esta edición como el país con mayor presencia en la sección oficial, con tres largometrajes, una serie de televisión y una película de fin de estudios, lo que “confirma que es un país que está emergiendo, de forma muy interesante, tanto cuantitativa como cualitativamente”, explicó el director del festival, Patrick Eveno.
El interés internacional por esta cinematografía se ha reflejado también en el apartado económico, puesto que “O menino e o mundo” ha sido vendida a una veintena de países, entre los que destacan Estados Unidos y Francia.
También está seleccionada en Annecy “Até que a Sbornia nos separe”, una película codirigida por Otto Guerra, uno de los directores con más experiencia en animación de Brasil, y Ennio Torressan Jr., profesional forjado en el estudio estadounidense DreamWorks.
Este filme, fuera de competición, muestra “el conflicto de culturas y de pensamientos” entre dos mundos, uno de los cuales evoca el sur de Brasil y la vida de los gauchos, aunque sea con una estética y un acento de Europa del Este, como explicó Guerra.
“Hace treinta años las cosas eran mas difíciles, tenía que hacer publicidad para vivir”, aseguró Guerra, que ahora ve oportunidades “mucho mayores”.
El documental “Luz anima ação”, de Eduardo Calvet, también en la sección oficial fuera de competición, recorre los casi cien años de animación en Brasil, desde trabajos pioneros como “O Kaiser” (1917), hasta figuras contemporáneas como Carlos Saldanha, director de éxitos como “Rio” o “Ice Age”.
En el marco del mercado de animación MIFA, los productores de televisión de Brasil presentaron a la industria internacional la vitalidad de un sector que, como han explicado, ha resurgido con la Ley de TV Paga de 2011, que obliga a los canales de pago a emitir tres horas y media semanales de contenido nacional.
“El audiovisual está creciendo y la animación es uno de los géneros que puede viajar más fácilmente”, aseguró la directora de general de Brazilian TV Producers, Rachel Do Valle, quien también destacó que “las empresas de animación están desarrollando nuevos proyectos con potencial internacional”.
Para Joana Brea, coordinadora artística del canal infantil Gloob, con la nueva ley “los niños se reconocen en las producciones” desarrolladas en su país.
Brasil seguirá promocionándose en el mercado de animación de Annecy, que finaliza mañana, a la espera de conocer el próximo sábado el palmarés del festival.