En sus 25 años: 5 historias que no conocías de La Batuta
Su nombre es sinónimo de rock. La Batuta, el emblemático local de Ñuñoa, celebra un cuarto de siglo. Éstas son sólo algunas de las historias que se han vivido entre sus paredes.
1.- Marilyn Manson estuvo de público (y nadie lo reconoció)
Era 1996 y el intérprete de “The Beautiful People” se presentaría en el marco del festival Crazy Rock. Pero un día antes, Brian Warner decidió visitar el local de Plaza Ñuñoa, acompañado de Sara Ugarte, del grupo Venus. Poco a poco la gente empezó a decir “hay un gallo igual a Marilyn Manson”: un tipo alto, flaco, paliducho, junto a muchos gringos. Esa noche, los metaleros Criminal estaban sobre el escenario. Pero según dicen, el músico no le prestó a la banda la misma atención que le prestaba a su acompañante femenina: ambos se dedicaron a conversar y pasarlo bien. Y más allá de los comentarios, la gente no se le acercó ni le pidió fotos.
2.- Charly García, uno de la casa
El hombre del bigote bicolor tiene vínculos con nuestro país: suele tocar con músicos chilenos en su banda y es amigo del “Negro” Piñera. Pero en la década recién pasada, García se presentó sin aviso en La Batuta en al menos tres ocasiones. La mecánica, cuentan, fue siempre la misma: llega a saludar, se da una vuelta por los camarines y ¡sorpresa! termina arriba del escenario. Así sucedió en 2002 -cuando cantó temas de Los Beatles– en 2003 y 2006. Curiosamente, nunca ha realizado una tocata “hecha y derecha” en el local.
3.- El “Flaco” Spinetta cumplió su palabra
Fue en julio de 1992. El argentino cumpliría con una presentación en el Teatro California, y en la víspera, se da una vuelta por la sala, donde está actuando Rudy Weidmaier. Al “Flaco” le gusta la onda del lugar; los dueños lo invitan a tocar al día siguiente. “Si, claro”, fue su respuesta. Increíblemente, recuerdan en La Batuta, “al otro día llegó con toda la banda, dos camionetas, sonidista e iluminador. Tocó todo su repertorio, así porque sí”.
4.- En serio mi cabo: hoy toca el Capitán Corneta
En su cuarto de siglo, el local ha pasado por momentos conflictivos. Como en 1993, cuando el entonces alcalde de Ñuñoa, Jaime Castillo Soto, lo calificó como “un lugar de un manifiesto grupo de alcohólicos y drogadictos“, con cero aporte cultural. En abril de ese año, al bar se le requisa su patente de alcoholes. Un grupo de Carabineros, en el marco de una fiscalización, llega una noche de ese mes y ordena parar la música. “¿Quién toca?”, preguntan. “La Banda del Capitán Corneta”, le responden. Hubo risas ahogadas de los uniformados, quienes terminan por llevarse detenido al sonidista Jorge Esteban, por estimar que éste se burlaba de los policías.
5.- La noche que Jorge González y Álvaro Henríquez compartieron escenario
Cuesta pensar en dos nombres más emblemáticos dentro de la escena nacional: los vocalistas de Los Prisioneros y Los Tres. Pero ¿pillartelos de sorpresa, sin anunciar, tocando juntos? Sucedió en La Batuta en agosto del 200o. Terminaba de tocar González y Los Asistentes, banda encabezada por Gonzalo Henríquez, hermano de Álvaro. De repente, le piden al baterista que se quede. Alguien quiere improvisar una canción. El tema escogido: “Sudamerican rockers”. Los intérpretes, nada menos que González y Henríquez, quienes pese a haberse presentado en diversas ocasiones con sus proyectos, nunca antes habían coincidido en el escenario.
¡Felices 25 años, La Batuta!