Francisco Papas Fritas: "Me han perseguido e intervenido el teléfono"
Por estos días, el artista presenta una exposición en el MAC donde "mata" a todos los ex presidentes post dictadura, partiendo por Pinochet. "Cuando una persona ha sido abusada sistemáticamente, nace hacer cosas así (sus obras). No se escoge ser así y duele ser así. Uno no es feliz siendo así. No es para llamar la atención", nos dijo en esta entrevista.
Una escolar encapuchada apunta su escopeta contra Pinochet y dispara. La bala alcanza a todos los ex presidentes de Chile post dictadura que, descabezados, forman una fila detrás. Todos instalados sobre un camino de ladrillos en el frontis del MAC de Quinta Normal. Así es “El ladrillo Angular”, la intervención artística que en su título hace referencia al texto desarrollado por un grupo de economistas chilenos que sentó las bases del programa económico instalado por Pinochet y continuado hasta hoy (“El Ladrillo”). La obra más reciente de Francisco Tapia, más conocido como Papas Fritas.
Papas Fritas es un artista visual de alto impacto. Logró notoriedad cuando se tatúo el logo del Fondart en la espalda. Luego convirtió a Paulina Urrutia en una escultura de Sor Teresa -cuando era Ministra de cultura- para lanzarla al río Mapocho. El 2012, en Chaco vendió obras críticas al consumo y al sistema neoliberal -como una de los 101 dálmatas persiguiendo una zapatilla Nike- en más de un millón y medio de pesos. Su anterior gran obra exhibida en mayo de este año, marcó pauta política, social y policial: Papas Fritas confesó haber robado pagarés y documentos que acreditaban deudas de los alumnos de la Universidad del Mar, estimados en 500 millones de dólares. El artista expuso las cenizas de los documentos y se “autodenunció” a la Justicia.
-Se dijo que estuviste en clandestinidad por un tiempo. ¿Fue cierto?
-Estuve oculto en la embajada de la República Errorista de “Papaslandia”, era sólo eso. Siempre me he referido a mi casa como una embajada. Estuve oculto porque la prensa no entendía que yo estaba en un proceso legal, que no podía responder y traté de esconderme del acoso mediático.
-¿Te sentías perseguido?
-Me han perseguido varias veces y me han intervenido el teléfono. Es un hecho real y concreto que en Chile se viola el derecho a la intimidad y cualquier persona que parece sospechosa, que tenga discrepancias con los poderes fácticos siempre vamos a ser vigilados. Aunque es tan mala la inteligencia en Chile que es fácil detectarla.
“No nos da para pensar qué es lo que queremos de una sociedad. En este momento una Asamblea Constituyente es lo peor que podríamos tener. Necesitamos una buena educación”
-¿Por qué decides “acribillar” a los presidentes en tu obra publicada en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC)?
-La palabra “acribillar” la puso El Mostrador. Yo nunca la he ocupado. Es “matar” y no en el sentido físico, sino simbólico. Primero con Pinochet, el gran asesino de tanta gente, en un país que continúan negando hablar de una dictadura o que aún haya personas que crean que eso fue un gobierno militar y no una dictadura. Hay quienes niegan las violaciones de los Derechos Humanos. Hay una violación concreta cuando Ricardo Lagos Escobar vuelve a ratificar la Constitución ilícita hecha en dictadura. Todos los gobernantes que han sido continuistas de una dictadura militar, con las políticas neoliberales, representan la falta de la democracia de la que necesitamos nosotros como sociedad civil.
¿Contra cuál de los ex presidentes tienes más críticas?
-Para mí no se trata de identificar personalmente. Los presidentes que vienen después (de la dictadura) no tienen cabeza. Acá hay una estructura y un sistema económico que se ha reafirmado. Cada uno de nosotros es un ladrillo de este sistema. Hemos sido personas que hemos soportado muchos golpes, muchos gases lacrimógenos, mucha violencia. Hemos aceptado desapariciones y muertes en esta seudo democracia, como la de Juan Pablo Jiménez, como la de los compañeros mapuches en el sur… Hemos permitido ser violados y hoy debemos actuar desobedientemente ante la falta de justicia.
El derecho a la educación gratuita no hay que solicitarlo, porque es un derecho. Tenemos que dejar de pagar y dejar de ir a la universidad si es necesario. Esto hasta que se nos escuche realmente, porque se ríen en nuestras caras cada día. En Chile se legisla para los poderes fácticos y las empresas. La democracia ha sido creada para que una persona administre nuestras riquezas, nuestros bienes, para nada más. Nosotros somos los que pagamos los impuestos. En cada peso estamos financiando a esta manga de ladrones.
-¿Hay algún político al que le creas?
-No creo en caudillaje, no creo en líderes. Creo en mi pueblo, mi pueblo es político y la sociedad que construimos es la que fiscaliza a cualquier político, sea de derecha o de izquierda. Nosotros debemos estar organizados y presentes siempre, en armonía y amor con quienes sufren por las violaciones a sus derechos. Yo no creo que en las imágenes, en las caras, en los gobernantes. Nosotros podemos autogobernarnos y exigir a las personas que administran lo que tienen que hacer.
-¿Crees en Bachelet y sus reformas sociales?
-No, para nada. Tenemos una reforma de la constitucional, que va a estar sujeta a la economía. Los profesores en sus movilizaciones tienen en sus cúpulas de poder al Partido Comunista y Socialista, que han llamado a no movilizarse para implementar sus propias leyes, para lucrar como lucraron con el Arcis en el caso del PC, para lucrar en las mineras como lucró la DC, la UDI, RN y el PPD.
¿Qué reformas podemos creer? Ninguna. Y para preparar una reforma constitucional debe ser asambleísta y para eso hay que preparar a la sociedad. Cualquier Asamblea Constituyente tiene que ser una transición constitucional, porque somos nosotros quienes debemos definir eso. Y lamentablemente los 41 años que hemos sido desalojados cultural o educacionalmente, no nos da para pensar qué es lo que queremos de una sociedad. En este momento una Asamblea Constituyente es lo peor que podríamos tener. Necesitamos una buena educación. La gratuidad es gratuidad y no se discute. Que se hable reformas solo ha sido porque hubo un gran movimiento social.
“(Nicanor Parra) Es una gran persona, un gran tipo. Hizo cosas interesantes, pero qué voy a opinar de eso. No opino de farándula”
-¿Cómo ves la Ia industria cultural chilena hoy?
-No creo en la industria cultural, así que no podría hablar de ello. Eso sería la televisión. El arte es el arte. El pueblo es el pueblo. La sociedad es la sociedad. No hay industria ahí. Los que creen que existe una industria cultural… allá ellos. Que sigan alimentando el mismo ego del sistema neoliberal.
-¿Hay algún artista en particular que te llame la atención?
-Muchos…
-¿Algún nombre?
-Eso no es importante. Ellos lo saben. En la exposición que hay en el MAC hay muchos amigos de varias partes. Gente de España o Argentina, el mismo Víctor Hugo Bravo o Alejandra Prieto, personas que se han esforzado por hacer una lucha política. Son personas que se admiran por su trabajo y compromiso social. Yo no soy un fan de nadie y para los teenager son esas preguntas.
-Nicanor Parra se declaró tu fan hace poco…
-Qué bueno que sea fan. Es una gran persona, un gran tipo. Hizo cosas interesantes, pero qué voy a opinar de eso. No opino de farándula. Lo respeto mucho, como respeto el mismo trabajo de De Rokha, de Uribe. Hay muchos otros que han trabajado para la Concertación y se han acomodado en los grupos de poder, dentro de la academia, dentro de la universidad. Se han fijado ahí y se han olvidado de dónde venían.
“Cuando una persona ha sido abusada sistemáticamente, nace hacer cosas así (como sus obras). No se escoge ser así y duele ser así. Uno no es feliz siendo así. No es para llamar la atención”
-¿Cómo calificarías tu identidad artística, de dónde salen las ideas?
-Cuando uno escoge hacer arte político es porque uno ha vivido y sufrido políticamente. No se crea ni se inventa, uno se lee a sí mismo. Es decir, que uno ha sido golpeado por la policía, abusado por el sistema de represión fáctico, que ha sido abusado por la economía, no tener derecho a educación ni salud. Cuando una persona ha sido abusada sistemáticamente, nace hacer cosas así. No se escoge ser así y duele ser así. Uno no es feliz siendo así, duele ser así. No es para llamar la atención. Si llamo la atención es con mi trabajo. Es para que la gente reflexione, para los que tuvieron la suerte de estudiar.
-¿Cómo reacciona la gente cuando ven tus obras, qué te dicen?
-Mucha gente por redes sociales me agradecen lo que hago, que diga lo que ellos creen que hay que decir, que no tenga pelos en la lengua. Que no tenga miedo en denunciar, en criticar. Creo que mis obras no se hacen solas, se hacen en diálogos con amigos, a partir de la misma experiencia, de la lectura, de las noticias.
-De las obras que has hecho, ¿cuál recuerdas más?
-Ninguna.
-¿Por qué?
-Yo no hago las obras para poder sobresalir. Es una herramienta para obtener objetivos, alcanzar mínimos objetivos como sociedad. No lo que yo hago, sino cada uno colabora desde que lo sabe hacer.
-¿Qué objetivos buscas?
-Los objetivos no van en mí. Va en cada uno, en trabajos colaborativos. Tenemos que entender que somos una sola sociedad, un cuerpo. Mi trabajo no remedia ni alcanza el objetivo. No voy a estar contento hasta que nosotros como cuerpo social logremos construir cosas. Ésa es la obra que me va a poner contento, que me hará feliz. Espero estar vivo para absorber una inhalación de eso.