Matías del Río no olvida la salida de De Aguirre de CHV: “Fue una trampa del entorno de Piñera”
"Yo meto las manos al fuego por la honestidad de Jaime. Yo no sé si cuando chico se habrá robado una Negrita del supermercado, no tengo idea, pero de todo lo que he visto de él, me parece que es un tipo que merece todo el respeto", sentenció el periodista.
Matías del Río sigue sin olvidar la polémica salida de Jaime de Aguirre de la Dirección Ejecutiva de Chilevisión, luego que se descubriera que emitió boletas por 146 millones de pesos a empresas como Soquimich, Aguas Andinas, Pampa Calichera e Inversiones Ilihue a pedido de Bancard, la firma del ex Presidente Sebastián Piñera y dueño del canal hasta 2010.
Es por ello que en conversación con la revista Kilómetrocero de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica, el ex conductor de Última Mirada y flamante contratación de TVN, apuntó que la vinculación de De Aguirre con el caso SQM se debió a “una trampa del entorno de Sebastián Piñera”.
“Lo hicieron dar una factura a una empresa y Jaime fue muy inocente, pecó de gil, pero ser gil no es ser malicioso. En cambio, pedir una factura que era de platas políticas. Ellos estaban triangulando platas y no se lo dijeron”, indicó.
Junto con ello, apuntó que el lío judicial del ahora ex director ejecutivo de Chilevisión ayudó para que la estadounidense Time Warner decidiera despedirlo y dar un nuevo giro en la estación.
“Fue la gota que rebasó el vaso. Me da la impresión de que esto se estaba cocinando desde antes. Querían sacar a Jaime. El canal venía en una temporada difícil y los gringos querían plata. No ven corazones, no conocen caras. Y es legítimo, esto es un negocio para rentabilizarlo”, agregando que “Jaime de Aguirre estaba pedido hace rato, porque los gringos querían cambiar el modelo y sentían que se había cumplido un ciclo. Tengo algunos antecedentes de que esto venía de antes del caso SQM”.
Del Río insiste en su defensa a ultranza de la inocencia de su otrora jefe, recalcando que “fue el entorno de Piñera el que se faenó a Jaime. Ahora, Piñera fue el que formó a sus cachorros ludópatas. Jaime tenía que cobrar como 120 millones por un premio, por gestión. Le dio su factura a Bancard -su empleador-, y cuatro o cinco días después lo llamaron y le dijeron: ‘anula esa factura y hazla por el mismo monto a estas otras empresas’. Ahí fue donde se cayó Jaime”.
“Yo meto las manos al fuego por la honestidad de Jaime. Yo no sé si cuando chico se habrá robado una Negrita del supermercado, no tengo idea, pero de todo lo que he visto de él, me parece que es un tipo que merece todo el respeto”, sentenció.