En medio de protestas: Donald Trump fue el anfitrión de Saturday Night Live aceptando todo tipo de bromas
La presentación del candidato en SNL, estuvo precedida de manifestaciones de protestas por sus comentarios despectivos hacia la inmigración mexicana.
El magnate y precandidato presidencial estadounidense Donald Trump aprovechó este sábado para reírse de sí mismo durante su participación en uno de los programas de mayor audiencia de la televisión, que estuvo precedida de una fuerte polémica.
Trump, de 69 años, uno de los aspirantes republicanos a la Casa Blanca en los comicios del año próximo, fue anfitrión del programa Saturday Night Live (SNL), en la cadena NBC, que durante hora y media ofreció una visión cómica del empresario.
El magnate se presentó con traje oscuro y varias corbatas de colores intensos, pero también vestido con chaqueta de cuero y lentes cuando representaba el papel de productor musical, o con capa oscura mientras tocaba las notas de un arpa de láser.
Ya desde el comienzo dejó claro que era una “persona maravillosa”, un “tipo simpático” que aspira a llegar a la Casa Blanca, y sólo estaban actuando como anfitrión de SNL porque no tenía “nada brillante que hacer”.
Recordó que la televisión lleva muchos años ridiculizándolo, incluyendo desde ese mismo programa de televisión, y llegó a aparecer junto a dos actores imitándolo, a izquierda y derecha, que se esmeraron por asemejarse al personaje real.
Parte de la sátira incluyó una parodia de reunión presidencial dos años después de su llegada al poder, acompañado por actores representando a distintos altos funcionarios, pero también estaba su hija Ivanka, que habla sobre la remodelación de la Casa Blanca.
También apareció un actor personificando al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, entregándole a Trump un cheque con un supuesto pago sobre el muro que hace meses prometió construir entre México y Estados Unidos para evitar el ingreso ilegal de inmigrantes, y que, según sostiene Trump, pagaría México.
Trump, acostumbrado desde hace años a las cámaras de televisión, aceptó también con humor el grito de “racista” que le hizo uno de los actores del programa, Larry David, un veterano de SNL y muy vinculado al mundo de la comedia en Estados Unidos.
“Me dijeron que si gritaba ‘racista’ me darían 5.000 dólares”, dijo David. “Como hombre de negocios, lo respeto enteramente”, respondió Trump.
Al parecer, la escena surge de la promesa que hizo una organización para pagar esa suma a quien desde el público llamara racista a Trump.
El público pudo divertirse cuando Trump hablaba sobre Trump, pero también cuando callaba, incluyendo un momento en el que se une a un baile chabacano con coreografía ridícula.
La presentación del candidato en SNL, estuvo precedida de manifestaciones de protestas por sus comentarios despectivos hacia la inmigración mexicana.
A comienzos de octubre estuvo invitada la precandidata presidencial demócrata Hillary Clinton, y poco después hizo una breve aparición el presidente estadounidense, Barack Obama.