Estos cinco discos son la prueba de que la depresión puede ser inspiradora
Corazones rotos y los malos días son tema recurrente en la música. Pareciera que los mejores trabajos nacen de ellos.
Guiados por un sentimiento de tristeza o el efecto de alguna droga, los siguientes son materiales discográficos que, de no ser por estados depresivos, no habrían visto la luz.
1000 Forms of Fear – Sia
Sia sufre de bipolaridad, y ha lidiado por años con su alcoholismo. Esa sensación de estar indefensa ante sus demonios fue lo que inspiró este exitoso disco. Tanto “Big Girls Cry” como “Chandelier” son prueba de ello.
McCartney – Paul McCartney
Apareció en las tiendas de discos casi de manera simultánea con Let it Be, el último disco de The Beatles. En ese momento, Paul no la estaba pasando muy bien. Recién se había separado de manera definitiva de Lennon, lo que lo aquejaba de depresión.
A Rush of Blood to the Head – Coldplay
Considerado por muchos como el mejor de la banda inglesa, el trabajo se gestó en medio de un clima de terrorismo y la incertidumbre de la banda de continuar su éxito tras su debut, ‘Parachutes’. Pese a todo, el album logró ver la luz y llevarse Grammys y el reconocimiento del público.
Ten – Pearl Jam
El debut de la banda estuvo marcado por los problemas: murió el vocalista de una de las bandas en las que el bajista Jeff y el guitarrista Stone; además la rehabilitación del baterista. Temas oscuros como “Jeremy” y “Even Flow” abordan tópicos oscuros como una balacera en una escuela y la experiencia de vivir sin un techo.
Blackstar – David Bowie
No hay extremo comparable a la muerte de un ídolo. Antes de fallecer, Bowie nos regaló canciones como “I Can’t Give Everything Away”, “Blackstar” o “Lazarus” que hacen sentir la angustia del cantante ante su muerte inminente.