Autor del libro Maleducados: "El profesor no es disco duro que sólo debe traspasar información"

Ricardo Martínez (47) ha dedicado la mayor parte de su vida a las letras y a la educación. Principalmente, a entender el cómo aprendemos y cómo son los procesos cognitivos en nuestros cerebros.

Por esto, en un momento en que la educación es tema central de la discusión política y social, el académico decidió hablar desde la experiencia y publicar un libro que recoja parte de las conversaciones en torno a la reforma educacional. Así nació “Maleducados: Mitos y Verdades sobre la educación en Chile” (Editorial Planeta).

“No traté de hacer un libro panfletariamente positivo, pero en general mi postura es optimista, porque veo a mucha gente trabajando en esto. Uno ve muchos esfuerzos positivos”, dice el autor, que se ha paseado por colegios y universidades dictando clases y evaluando pruebas estandarizadas.

Martínez decide en este libro dejar de lado los cuestionamientos al panorama actual de la educación en nuestro país y rescatar los aspectos que, a su juicio, deben ser destacados. “Es un valor que haya distintas iniciativas educacionales; que la educación pública sea importante, es esencial que se fortalezca, pero también es un valor que haya iniciativas de otra naturaleza. Hay que valorar que el sistema sí ha sido exitoso, al menos, en la cobertura”, analiza.

El formato de “Maleducados…” es una aproximación amigable y cercana para quienes quieran conocer los procesos en las diferentes etapas de la enseñanza en Chile. Para ello, Martínez determinó que el “pregunta y respuesta” era el mejor formato de presentación para este tema. “Cuando ves las respuestas en global, esto es un mosaico, emergen patrones. Hacer un libro de tipo ensayo perdió fuerza, porque funciona más como un libro de consulta”, asegura el autor.

Las dudas en la educación

¿Hay que evaluar a los profesores? ¿Es inevitable el uniforme escolar para mantener la disciplina? Ricardo Martínez responde estas preguntas y, al mismo tiempo, se centra en el análisis de un nuevo modelo de estudiante que apareció en el último tiempo: el “Y-Y”, que estudia y trabaja.

“El otro día tuve que ir al barrio República de noche. Uno pasa a las 9 y media y está lleno de estudiantes de vespertino, de posgrado; el barrio está más activo que en la mañana. El Injuv que contó a los “y-y”, les preguntó cuáles son las virtudes y defectos de trabajar y estudiar al mismo tiempo, y se considera que el estar trabajando también es una formación. Como dificultad, claro, está el tiempo: no pueden estudiar todo lo que podrían estudiar”, explica el escritor.

Más allá de la reforma educacional y los cambios estructurales al sistema, Martínez analiza en el libro un aspecto al que se le presta poca atención normalmente: el modo de aprendizaje. El académico se alinea con la idea de pasar a un modelo efectivamente constructivista; es decir, que sea más una continua retroalimentación que la entrega lineal de conocimientos.

“Soy muy contrario a la idea “USB” de la educación, como si el profesor fuese un disco duro con mucha información, y la traspasara a los alumnos a través de una conexión, como si fueran computadores”, ilustra el escritor.

La educación “muggle”

Ricardo Martínez asegura que es un apasionado por la literatura. Por eso, recurrió a bastantes referencias a Harry Potter en “Maleducados…”. En la quinta entrega de esa saga, “La Orden del Fénix”’, la despiadada Dolores Umbridge es nombrada directora de la conocida escuela Hogwarts, en reemplazo del legendario Albus Dumbledore.

“Ese libro lo leí el mismo día en que salió, pasé unas 48 horas leyéndolo sin dormir. JK Rowling hizo un guiño al sistema educacional inglés, porque la maldad de Umbridge fue instalar una enseñanza totalmente burocrática. Si bien es una fantasía, dialoga con la realidad. Soy un gran defensor de ese libro como una de las obras maestras de este siglo”, explica.

Con ese estilo de escritura como referente, Martínez despliega una capacidad de síntesis y claridad propias de su experiencia en la pedagogía, que se agradece. “Maleducados…” va al grano, pero no es categórico, permitiendo que tanto entendidos en la materia como quienes buscan orientación puedan recurrir al libro y aprender un poco más sobre la educación de nuestro país.