Los argumentos de la actriz Paulina García para respaldar a Michelle Bachelet

Esta semana llega finalmente a las salas de cine de nuestro país “Aquí no ha pasado nada”, película inspirada en el bullado caso de Martín Larraín, quien terminó absuelto del atropello con resultado de muerte de Hernán Canales en septiembre de 2013.

Allí podemos ver a Paulina García, quien interpreta a la madre de un joven acusado de ser el responsable de la muerte de un pescador después de una noche desenfrenada. Al respecto, la actriz comentó a El Dínamo que esta “es una película que se filmó en calidad de urgencia y esa es la dinámica que se generó cuando la hicimos y para mí fue una experiencia deliciosa. Desde trabajar con (Alejandro) Fernández, que era mi primera vez trabajando con él, hasta el tiempo que tuvimos para realizar y generar una propuesta actoral interesante. Me gustó mucho, lo disfruté muchísimo“.

La cinta ya se ha presentado en distintos festivales de cine alrededor del mundo, tales como el Festival de Cine de Lima, el Festival de Cine de Miami y el Festival Sundance. Según le han comentado a la actriz, “ha recibido muy buenos comentarios. Ahora va a San Sebastián a competir en los Horizontes Latinos y estoy entusiasmada con lo que pueda pasar acá (en Chile). La película fue hecha para el público chileno y espero que la reciban bien“.

El estreno de la cinta trae de vuelta a la palestra el caso de Martín Larraín, hijo del ex presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, quien a fines de 2014 fue absuelto de todo cargo, pese a que en primera instancia había sido condenado a 540 días de presidio remitido.

Al respecto, García asegura que del caso, “me informé con lo que pasaba en el momento, que estábamos todos muy atentos para saber si alguien iba a pagar por este delito o aquí no iba a pasar nada y, bueno, literalmente aquí no pasó nada”.

“Este es un escándalo que solo se entiende porque una vez más los privilegiados libran de pagar sus errores y sus delitos. Aquí hubo un muerto, una actitud escandalosa de dejar que una persona quedara atropellada, que si le hubieran prestado ayuda o si hubieran avisado a tiempo, tal vez no hubiera muerto y la familia no habría sufrido lo que ha sufrido. Creo que esta película viene a poner en el tapete de nuevo el tema y decir ‘mira, esto es así, así estamos viviendo y creo que podemos hacer algo para que esto cambie’. Esa es la reflexión”, sostiene.

En esa misma línea, agrega que este caso en particular “sólo se entiende porque otra vez los privilegiados libran y tienen el dinero como para escabullirse de la justicia apropiada, que supongo que cualquier mortal habría sido juzgado y tratado como la mayoría de las personas. Esta vez no fue así”.

Paulina también tuvo tiempo para referirse a otras materias, como por ejemplo la gestión de Michelle Bachelet en estos dos años y medio en La Moneda. Esto a raíz de unas declaraciones que la actriz entregó el año 2013 al diario La Nación donde indicó que estaba esperando un programa “contudente” que “atienda” las demandas de quienes habían salido a protestar a las calles.

Hoy, a más de tres años de aquello, García entrega su propio análisis de la gestión de la Mandataria: “Lo que ha sucedido con Bachelet y sus reformas todavía está por verse, todavía creo y confío en que esas reformas se lleven a cabo. Es cierto que han sido muchas de ellas, sobre todo la de educación, la que más nos preocupa en la medida de lo posible. Pero pienso que en un rato más se va a ver un resultado más completo de lo que esas reformas han sido. En cuanto a la reforma laboral y a la previsional, no sé si la vamos a lograr ver en su dimensión…”, indicó.

Respecto a la opinión del sistema político, la que se ha visto desplomada en los últimos años a raíz de las diversas investigaciones sobre financiamiento irregular de la política y los distintos casos de corrupción que se han dado a conocer, la protagonista de “Gloria”, es enfática en señalar que “hay un problema político severo en este país, en tanto mirada, en tanto actitud de los políticos y en tanto credibilidad que está ahí en el tapete. Y muy bien que esté, muy bien que la gente cuestione y que tenga el derecho a opinar, y que esa opinión tenga un resultado concreto sobre ellos. Más que mal les pagamos con nuestros impuestos y deben rendir cuentas y crear cierta veracidad entre lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen. Eso es necesario para cualquier democracia sana”.