Alejandro Paz, el DJ que sacaron con guardias de fiesta lais: "Desarmé su postal de techno de derecha"
El reconocido ícono de la electrónica local fue reducido por guardias durante su presentación en el evento Corona Sunset, en Farellones. El músico acusó que fue censurado y disparó contra los organizadores: "Siento haber desarmado su postal de techno de derecha y haberlos hecho mostrar su intolerancia y agresividad".
En la antesala del evento Corona Sunset, una fiesta electrónica que se celebró en el Mirador Alto Farellones, Alejandro Paz era promocionado como un destacado y reputado DJ de la escena nacional. De hecho, lo es. Toca habitualmente en los más grandes escenarios de Chile, Latinoamérica y Europa, tiene su propio sello de música independiente, Discos Pato Carlos, junto a Andrea Paz y Diegors, y es número habitual en el club Mamba.
Sin embargo, antes de que acabara su actuación en vivo, el trato que recibió fue muy distinto al de un músico invitado, según denuncia: un par de guardias lo tomaron de los brazos y lo sacaron arrastrando del escenario. Luego, acusa, no lo dejaron volver a buscar sus equipos.
Según la organización Street Machine, fue porque Paz no respetó el tiempo de su show y porque se subió a “una plataforma no habilitada poniendo en riesgo todo el sonido del evento, lo cual causó la reacción final del personal de seguridad”.
Pero según Paz, lo sucedido no tuvo nada que ver con eso. Argumenta que lo cortaron diez minutos antes, que ya se había subido a esa plataforma varias veces durante el show y que no le habían hecho nada, que en un momento se subieron a darle instrucciones de que tocará música “menos dura” y que lo interrumpieron justo cuando cantaba una canción con una letra ultra explícita.
“Les disgustó que cantara sobre drogas, techno, paranoia, además de no tener plata y ganar el mínimo”, dijo. Y agregó: “Street Machine y Corona Sunsets: siento haber desarmado su postal de techno de derecha y haberlos hecho mostrar su intolerancia y agresividad”.
Y es que en sus letras Alejandro Paz no se guarda nada. “Yo quiero estar duro, un poquito más duro, y darle duro”, dice uno de sus hits. Y en la canción “Váyanse”, con un video en el que quema dólares y patea televisores, grita agresivamente: “¡Váyanse si no van a bailar!”.
“La cultura de baile se trata siempre de liberarse y hacer lo que uno quiera. En ese contexto es completamente contradictorio la actitud que tomaron ellos. Porque más allá de que sea un público con más dinero, siempre tengo derecho a pensar bien de mi público. Y yo soy muy explícito con mis letras, no me gusta que sean fáciles de instrumentalizar. Me invitaron a este evento y pensé que era un lugar interesante porque no es mi público habitual”, dice.
-¿Qué cosas cantaste que crees que molestaron al punto de querer sacarte?
-Canté una canción que habla de las paranoias que hay en el techno, las drogas que hay, del dinero que se transa, que es algo que rodea a la cultura de club. No se trata de hacer una apología a las drogas. Se trata de la libertad de hacer lo que uno quiera con su cuerpo. Y eso es algo muy problemático y sobre lo que siento que puedo cantar.
-¿Pero por qué crees que incomodó que hablaras de ese tema?
-No es la pista de baile la que se sintió incómoda. Yo sentí una respuesta increíble de la gente. Son personas inteligentes y sensibles que si no comparten lo que uno hace, lo respetan. La gente que se sintió violentada fueron los responsables del evento. Los guardias recibieron la instrucción de terminar con mi show, eso me dijeron. Y como en las organizaciones siempre está ese problema de quién toma la decisión, le echan la culpa a los guardias. Pero fue Corona y Street Machine quienes dieron la orden y en ellos está esa incomodidad”.
– Pero es sabido que la droga está normalmente presente en cualquier estrato social o evento musical
-El tema de las drogas es algo que pasa en todos lados y es problemático para todos. Es difícil que alguien te haga una apología de eso. Tiene momentos muy malos y hay gente que se permite eso con su cuerpo y están en pleno derecho de hacerlo. Cada uno es dueño de su cuerpo. Para mi es problemático porque tiene todas estas aristas. Creo que hay que informar de estos asuntos, y que se debiese tender a legislar para que haya un uso responsable.
–Mucho se han preguntado por qué aceptas tocar en estos eventos, principalmente por su línea
-Es que yo no soy un músico antisistema. He trabajado para eventos publicitarios y lo que yo hago no es una afirmación ni un rechazo a las problemáticas que toco, sino que cuestionamientos.
-En una canción planteas la pregunta de “dónde termina el arte y empieza el capital”. ¿Cuál es tu respuesta a esa pregunta?
-Mi límite es la libertad de expresión. Yo ya he participado en otros eventos con marca, y actualmente, lo quiera uno o no, todos nos relacionamos con el capital de una forma neoliberal. Pero ocurre que incluso en pequeños espacios donde se supone que hay más libertad, a la gente le da miedo decir las cosas porque puede perder un contrato, un contacto, o porque alguien se puede incomodar. Entonces para mi la libertad de expresión es el limite. Puedo trabajar con marcas sin ningún problema, pero siempre que no me corten mi libertado porque voy a seguir diciendo lo que quiero.
-En un post que subiste a Facebook dices “siento haber arruinado su postal de techno de derecha”. ¿Qué es para ti el “techno de derecha”?
-El techno de derecha es simplemente el contexto donde en verdad la gente se reúne alrededor de un músico o en un club en el que no permiten que el otro exprese su cuerpo. Porque la censura y el control de los cuerpos es una política de derecha. En esta oportunidad a mi me bajaron de esta manera, casi como delincuente, pero en otros casos he visto a DJs sacados a la fuerza porque a la gente no les gusta la música que tocan. Y eso no tiene nada que ver con un estrato social definido, sino que es la mentalidad e ideología de ciertas personas y de ciertos organizadores (…) Por ejemplo en una fiesta tolerante es mucho más frecuente ver a personas de varias preferencias sexuales y en las de derecha es más normal ver a heterosexuales. El ambiente se va dando de una forma u otra.
-El techno de derecha entonces es todo lo contrario a la ideología detrás de “la cultura de club”
-Sí, porque en el fondo la cultura de club y de salir a bailar en la noche es algo que está muy relacionado desde su comienzo a hacer libremente lo que a veces está prohibido. La discoteque viene de casas ocupadas, de la resistencia, de buscar lugares ocultos y bailar libre. Es un lugar donde históricamente las minorías raciales y sexuales han tenido un espacio de acogida.
-¿Y cuál ha sido la reacción de la gente cuando has estado en ese tipo de fiestas?
-En mi caso la reacción ha sido buena porque es una fiesta igual, yo estoy ahí tratando de animarlos. No es que yo llegue a todos lados tratando de tirar un ladrillazo. Yo casi siempre hablo en primera persona, no ando calificando a la gente de que son de una forma o de la otra. Tengo cuidado porque no quiero violentar a nadie, quiero decir lo que pienso o lo que me pasa y hacerlos bailar con eso.
-Tú estuviste muchos años en Europa y volviste a Chile hace un par de años. ¿Cómo crees que cambió la escena de clubs electrónicos desde que partiste, hace 14 años, hasta ahora?
-Tiendo a pensar que hay sectores de la sociedad que han adoptado una manera más moderna de existir con el otro, más respetuosa. Hace 10 años nosotros teníamos fiestas pequeñas donde esa libertad ya se sentía. Pero éramos muy pocos. Y ahora hay mucho más gente que participa de esto y que es capaz de comprender esta dinámica. Hay gente que desde hace años está haciendo crecer esto y ahora incluso se hacen hasta tres fiestas en una noche. Antes nos teníamos que poner de acuerdo para hacer una fiesta y que ojala fueran todos.
-En Alemania, donde viviste, el club y la fiesta se considera algo cultural e incluso reciben ayuda del Estado. ¿Sientes que acá falta mayor cultura al respecto?
-Estoy de acuerdo en parte, pero soy cuidadoso con las comparaciones. Viví en Alemania un tiempo y es verdad que hay un soporte incluso del Estado para la cultura de baile. Pero hay que tener cuidado con esta mirada media neocolonial de ver a Europa como si fueran un faro del luz que nos llega a todos nosotros. En Chile la cultura de baile es algo serio que se practica semana a semana y con exponentes que se dedican a tiempo completo y con personalidad propia, que están haciendo cosas muy locas. Está el club Mamba, que abre todas las semanas, Club Sauna que es una fiesta itinerante, y muchas instancias. Ahora es más factible de hacer de esto de ser DJ un oficio. Es muy difícil, pero no imposible. Y veo a cada vez más DJs jóvenes que están curados de esta visión neocolonialista.