Guionista de Dirty Dancing revela el mayor secreto de la cinta: “Era un alegato por el aborto seguro”
Eleanor Bergstein explicó un punto importante dentro de la historia que, para muchos, pasa desapercibido.
Este 2017 se cumplen 30 años del estreno de la aclamada cinta Dirty Dancing, que cuenta la historia de Johnny Castle (Patrick Swayze), un experto profesor de baile y un amante consumado; y de Baby Houseman (Jennifer Grey) una idealista e inocente adolescente. Ambos flechados el uno con el otro, y pese a las diferencias sociales, forman una atmósfera cómplice a través del baile.
En el marco de la celebración de este tan importante aniversario, la guionista Eleanor Bergstein se refirió a la realización de la cinta, donde destapó uno de los secretos mejor guardados.
En conversación con el Huffington Post, confesó que la película trataba el tema del aborto seguro, más que la historia de amor entre los protagonistas. Según explicó, el detonante de la historia es que una bailarina, Penny, no puede participar de un concurso, para someterse a un aborto clandestino. En ese contexto, Johnny (Swayze) conoce a Baby (Grey), quien reemplaza a la bailarina original.
“No ocupa mucho espacio en la película”, dijo Bergstein, quien añadió que, para la fecha del estreno, “uno de los patrocinadores estadounidenses la vio y nos pidió que omitiéramos el aborto”. Su respuesta, claramente, fue que “no puedo quitarlo, porque si no hay aborto, no hay ningún motivo para que Baby aprenda a bailar, ni para que se enamora de Johnny y la historia entera se desmoronaría“.
“La gente no reparaba en ello (…) algunas veces alguien se daba cuenta y decía ‘a qué viene esto, estamos en 1987. El aborto está permitido, es una tontería’. A lo que respondía, ‘sí, pero en el ’63 no lo estaba así que quién sabe’. A nadie le importaba lo suficiente como para discutir conmigo sobre el tema, pero la gente pensaba que había sido un poco ridículo incluirlo. Pero ahora sabemos que el derecho a abortar en EE.UU., pende de un hilo”, agregó.
A ello, sostuvo que “uno de los motivos por los que incluí un vocabulario desagradable era que las mujeres jóvenes de la época pensaban que abortar era tan sencillo como acudir a un centro de planificación familiar o, someterse a una operación de apendicitis, no entendían exactamente lo que podía pasar porque se encontraban dentro de una burbuja de seguridad total”.