El aplaudido discurso de Pamela Jiles sobre ser gay y la religión tras dichos homofóbicos de “Arenito”

El viernes, en plena edición del programa Primer Plano de Chilevisión, ocurrió un hecho que quedará marcado en el registro de la televisión chilena: un ex candidato a concejal y ex participante de Yingo, del mismo canal, aseguró haberse “sanado de ser homosexual” gracias a la fé de la Iglesia Evangélica.

Su nombre es Alexander Núñez, más conocido como “Arenito“, quien relató que “ahora” es heterosexual, que quiere casarse y tener hijos “con una niña de la iglesia”. No solo eso: rechazó cualquier orientación sexual distinta a la hétero y calificó la homosexualidad como “un desorden emocional, por falencias, por un entorno y por un ambiente que provoca”.

Luego, fue más allá y aseguró que la orientación sexual de una persona es algo que se puede cambiar, como quien se cura de un cáncer, y todo gracias a “Cristo”; que los gays y lesbianas no son “hijos de dios” y que “los hijos de dios son los que siguen a dios, los que siguen su voluntad. Los demás son creación de dios”.

En el estudio estaba la periodista Pamela Jiles, quien miraba y escuchaba asombrada al “ex gay”, para luego dar un potente discurso sobre la orientación sexual y la religión.

Éstas fueron sus palabras:

“No veo por qué una mamá tendría que decirle a un niño que no juegue con lo que quiere jugar. Por lo menos desde mi visión, incluso mirando desde afuera la religiosidad. Probablemente cuando se habla de un dios del amor, no se habla de un dios que le dice a un niño ‘¡no juegue con esa Barbie! ¡Cómo se le ocurre! ¡Habla como hombre, maricón de mierda!’. No. No sería esa la actitud de un ser divino. Al contrario, eso estaría pésimo.

¿Por qué dios no le permitiría a un niño que tiene ganas de jugar con una muñeca, o con lo que tú consideres femenino, que además es súper relativo? ¿Y por qué además dios intervendría en eso si es un dios de amor? Yo creo que dejaría que el niño juegue con lo que se chante en gana.

Me imagino que tú sabes que existen otras formas de pensar. Por ejemplo, hay gente, mucha, una enorme cantidad de jóvenes de la edad tuya, menores, mayores, que son felices homosexuales, que está muy contentos con su condición, que por lo demás no es electiva. Según se ha comprobado científicamente es un dato de la realidad… ¿Tú en algún momento fuiste un homosexual feliz, contento contigo?

Me gustaría poner frente a lo que él está diciendo, que existen otras maneras de pensar. Para mí los homosexuales no están en pecado. No solo no están en pecado, sino que son las joyas de la familia. Son los seres probablemente más maravillosos de nuestro entorno. Y a pesar de que se les ha reprimido históricamente, se les ha quemado en la hoguera o durante la Inquisión, una Iglesia también, un credo, consideraba que esa era la manera de tratarlos.

Ahora es bastante menos violento que quemarlos en al hoguera, así es que ha habido un avance en ese sentido. Y todo esto viene de Corintios 9 y 10, que son dos versículos mínimos, porque no hay más referencias en esa Biblia que tú, imagino, que estudias con acusiocidad.

Me produce curiosidad ese proceso de disfrutar la sexualidad con varones y, de repente, de alguna manera, obligarse a ser heterosexual. Eso es algo que no me puedo imaginar. Y te lo planteo bajo el siguiente punto de vista: yo siempre, ponte tú, he querido ser lesbiana. ¿Bastaría con decretarlo para que yo sea lesbiana? ¿Es tan simple? ¿Tú crees que una persona que ha sido heterosexual toda su vida puede decretar que hoy día va a ser homosexual y eso es posible que ocurra? ¿Tú crees que es algo que depende de lo que la persona quiere.

Mi temor es que pudieras convertirte en esos cientos, miles, millones de personas que viven una mentira.

Uno de los problemas con esto a lo que estamos asistiendo es que me da la impresión de que Alexander ve como sinónimos homosexualidad y vida licenciosa y pecaminosa. Creo que ve como sinónimo de homosexualidad el no tener familia. El varias veces dice ‘yo quiero construir familia’. Los homosexuales tienen familia.

Yo tengo mi mejor amiga, se llama María Eugenia, nos está viendo en este momento. Su mujer es la Paula y tienen una hijita preciosa, que debe estar durmiendo, espero, a esta hora. O sea, los homosexuales tienen preciosas familias. Maravillosas familias. Con cuatro, cinco, diez hijos. Algunos de ellos concebidos incluso genéticamente de ellos. Entonces, no es la única manera de tener familia el ser heterosexual y encontrar una niña en tu iglesia.

Dentro de ese razonamiento fanático, no quiero ponerlo así, porque está aquí tratando con nosotros y eso ya es bueno… Hay algunas oportunidades en que ese médico (que recibe una guagua al nacer) dice ‘tiene genitales ambiguos’. Y no es el diablo el que le mandó los genitales ambiguos.

Me gustaría expresar un temor y un ‘ojalá que no ocurra’, que lo que buscan estos jóvenes hoy día en estos credos y en estas iglesias, sea lo mismo que buscaron en otro momento, por ejemplo, en el copete o en las drogas duras. Ojalá no sea eso… Hay cosas que deberías repensar, porque la naturaleza no se puede torcer, Alexander.