Catalina Saavedra, actriz: “Es tan inmoral Piñera, le gusta tanto la plata… espero puras catástrofes”

Con cerca de 30 años de actuación en el cuerpo, Catalina Saavedra está ahora enfocada al teatro. Desde esa vereda la actriz reflexiona acerca de la relación que existe entre la cultura y la política, y cómo esta última coarta a la primera. Su tesis apunta a que la cultura está manipulada, dado que resulta peligroso la creación de personas conscientes y críticas tanto del poder como de las instituciones, herramientas que precisamente entrega el arte.

Entusiasta del Frente Amplio y detractora de la llegada de Sebastián Piñera a La Moneda, la actriz dice que está preparada para “las catástrofes que vendrán” con el nuevo gobierno. “Pero creo que eso nos hace ser más peleadores a los artistas y creativos. Siempre hemos estado contra la corriente y vamos a tener más ganas de decir cosas, por lo menos yo, que he decidido usar mi trabajo como un arma social y política”, dice en entrevista con El Dínamo.

-¿Cómo viste esta nueva versión de Santiago a Mil? Se cumplieron 25 años de existencia.

-Bien, yo creo que Santiago a Mil saca buenas cuentas de todos lados. Me imagino que económicamente para los que lo hacen, artísticamente las compañías que están involucradas, tanto nacionales como extranjeras, socialmente también porque convoca a mucho público que normalmente no va al teatro, pero como al público le gusta la moda se ha instaurado que enero es el mes del teatro y toda la posibilidad publicitaria que tiene Santiago a Mil. Toda la gente sabe de las actividades porque choca con ellas en la calles. Si uno suma, es positivo. Ojalá que siga así en términos de convocatoria y de acercar de alguna manera la cultura a la gente.

-¿La gente de menos recursos tiene más acceso ahora a la cultura?

-Yo creo que sí. De hecho, nosotros fuimos a comunas, a Cerro Navia, que no creo que tenga mucha actividad teatral. Muchas compañías experimentan esto de salir de las salas convencionales y acercarse a las comunas, sobre todo a las regiones. Hay convocatoria, por lo menos la experiencia que yo he tenido siempre hay mucha gente. Quilicura es un gran ejemplo, tienen un festival independiente, que no es de Santiago a Mil. Llevan un montón de años con esto y es impresionante, la gente llega temprano, llena los espacios, es súper respetuosa. Eso es porque es un público educado teatralmente.

-Existe una impresión arraigada de que hacer cultura en Chile cuesta mucho, que se hace a contrapelo. ¿Por qué?

-Porque no se valora. Gubernamentalmente no se va valora, partiendo por el sentido económico. Nunca alcanza la plata. Si uno lo compara con la realidad de otros países que culturalmente siempre han funcionado, principalmente los países europeos, uno ve el financiamiento, que los centros culturales funcionan, son bonitos, hay en cada distrito. Estoy convencida de que el tema de la cultura está manipulado.

-¿Por los políticos?

-Sí, por los políticos. Hacer un ser humano culto, sensible, hacer un ser humano más cuestionador, más bueno para mirar las cosas desde distintos ángulos, tener dobles lecturas de las cosas. Lo que uno hace cuando va al museo, por ejemplo, a ver una exposición de arte. Uno ve una pintura y puedes conversar acerca de la diversidad de lo que ves. Es súper peligroso, no me lo explico de otra manera porque no creo que toda esta gente que está a cargo de aprobar cosas no conozca la realidad europea, la conoce perfectamente.

-En muchas entrevistas, noticias, te presentaban como la actriz que se “consagró” con La nana. ¿Lo sientes así?

-No, para nada. Lo de la Nana fue una suerte de éxito en todo sentido, para Sebastián Silva, para mí, entre comillas. Más que una consolidación de algo, porque yo ya había hecho muchas otras cosas súper interesante a nivel teatral, no sé si a nivel cinematográfico porque fue el primer protagónico que hice, pero claro, no hay un antes y un después de La Nana en términos artísticos, sí en términos mediáticos. Yo entré a la tele a los 22, 23 años, haciendo muchas teleseries, entonces yo conocía la “fama”, pero el boom fue ese. No toda la gente ve teleseries, pero sí casi toda la gente vio La Nana. Hasta mendigos me han dicho. Ahí te das cuenta tú que trasciende, que en ese sentido hace historia, también con la cuestión de Sundance. Fue una tremenda experiencia en todo sentido.

-¿Qué significado tiene el reconocimiento público para ti?

-Lo agradezco obviamente y también me hace sentido con la seriedad con la que me he tomado este trabajo. Pero también es fortuito porque no sé, soy pudorosa en decir ‘oye sí, qué bueno que el público me reconozca’. Tiene mucho que ver la tele en esto. Creo que la gente valora en mi la versatilidad, en los estilos que he participado, creo que eso se reconoce, pero el mérito me lo llevo en el sentido que hace mucho tiempo trato de elegir qué hacer y eso es preguntar quién es el director, quién lo escribe, quién hace la música, la foto, el diseño teatral. Lo bonito de mi pega es que siempre es de equipo. Yo nunca he escrito, dirigido y protagonizado mi propia obra para llevarme todo, me niego rotundamente a llevarme sola ese aplauso, siempre lo quiero compartir. Generalmente soy una actriz invitada, tampoco genero mis propios proyectos, siempre hay alguien que pensó esto por mi antes.

-Una Mujer Fantástica también ha tenido harta resonancia internacional. ¿Qué opinas de su éxito?

-Fantástico. Como que hay hitos de películas que llegan a esto, pero eso no quiere decir que sea lo más fantástico que se ha hecho en términos de categoría. O sea, hay un montón de súper buenas producciones nacionales que por otros motivos no llegan. Además que la concursabilidad del arte me parece muy subjetiva. Es muy difícil que todo el mundo opine lo mismo sobre la obra de arte. En ese sentido las miradas de cada uno entorno a lo bueno o lo malo de las cosas artísticas va de acuerdo a la sensibilidad con que cada uno lo mire no más.

Yo siempre digo: es súper fantástica Una Mujer Fantástica, La nana, Gloria, pero siguen aquí habiendo problemas de exhibición o convocatoria de estas películas exitosas en salas o de prestarle más atención al cine chileno, que se aplaude infinitamente más afuera en los festivales. Por eso que los cineastas quieren terminar sus películas y tratar de festivalearlas, como dicen, antes de llegar acá.

-Y acá llegan validadas desde afuera.

-Claro. Pero otras que no tengan las manos, los recursos, las movidas para llegar a los grandes eventos cinematográficos mundiales y que tengan un súper buen mérito se quedan ahí no más. Es lo que miro desde afuera. En todo caso, fantástico lo de Una mujer fantástica.

–Ahora estás alejada de la televisión, ¿cuál es tu relación actual con ella?

-Creo que es buena la relación que tengo con la tele, para lo que yo quiero de ella, independiente de la realidad de nuestra tele mirándola como espectadora, que es muy crítica y me fascinaría que sigan financiando más proyectos de calidad como las series, las que financia el CNVT, que son cada vez más mejores en sus temáticas y realizaciones. Ese es  mi anhelo: que todo lo que viéramos en tele tuviera esa calidad.

-¿Pero tu crítica pasa por la exhibición de contenido superficial?

-Mi crítica va hacia los canales, los que producen, guionizan, hacen el arte de las teleseries. Ahí están súper estancados y lamentablemente es lo más masivo porque es lo que tiene más publicidad. Son básicas, no han evolucionado nada. De hecho, han involucionado. Ahora es todo rápido, el chiste, el chá, el rico y el pobre, excepto Perdona Nuestros Pecados, que ha dado un salto. Los canales se farrean heavy ese salto. Se podrían hacer cosas realmente extraordinarias. En este país hay gente muy talentosa, muy creativa.

La llegada de Piñera

-¿Qué faltó desarrollar o enfatizar en materia de cultura en este gobierno?

-La verdad es que veo todo bastante similar. Soy una testigo ocular de las cosas que ocurren. No sé qué pasará en las comunas más pobres, no sé si está llegando lo que uno hace. Ahora, supongo que Ottone ha sido bastante bien evaluado a nivel cultural, a nivel de su ministerio, pero no tengo una lista de las cosas que ha hecho. Mientras no exista una ley que nos proteja, mientras esas cosas no funcionen… Yo podría decir bacán que existan las cosas, pero a mí como trabajadora nadie me reconoce.

-O sea no tienes AFP

-No, me las tengo que arreglar yo sola. Contrato laboral real creo que he tenido dos veces en mi vida. Ahora algunas productoras están siendo más serias con eso. Si yo no me hubiese movido por mi cuenta y hubiese tenido la posibilidad de pagarme algo independiente, no tendría dónde caerme muerta. Si no hubiese trabajado en la tele no tendría el departamento que me compré y ni hablar de mis amigos que no trabajan o no han trabajado nunca en la tele, súper precario.

-¿Cumplió Bachelet con la promesa de crear grandes reformas?

-Ahí quedaron las cosas, ¿o no? Y ahora viene Piñera, terrible. No se avanza mucho. Se me ocurre que cuatro años es una miseria para cualquiera que quiera hacer cosas, porque ademas cuesta tanto. Siempre un lado está en contra del otro lado, hay un 50% de probabilidad de que cueste más que las cosas avancen. Siento que estamos acostumbrados a no avanzar o avanzar súper lento en cosas fundamentales. Ahora anda circulando una lista de las cosas bacanes que hizo Bachelet pero y yo digo ‘ya y qué va a pasar ahora?’ No puede ser que el aborto vaya para atrás y eso se puede hacer. Es como una pesadilla, pero los chilenos somos tan resilientes a todo, es una característica de nuestro país.

-En estas elecciones se vio poco cohesionada a la NM. ¿Cómo ves ese escenario? ¿Por qué crees que ganó Piñera?

-La gente de derecha es mucho más ambiciosa. Económicamente esa ambición los mueve y quedó demostrado. Unos amigos de Uruguay me han dicho que el Frente Amplio allá funciona, reúne a todas las tendencias de izquierda antes de tomar cualquier decisión para llegar a ganar la presidencia, y de ahí se peleaban, pero ya con el poder. Por eso es que llevan tantos años, realmente es una coalición gigante donde todos caben para no permitir que la derecha esté en el poder. Me hubiese encantado tener un Frente Amplio verdaderamente amplio.

-¿Cómo proyectas esa coalición?

-Bien, yo creo mucho en los jóvenes que partieron todo esto, que son estas cabezas que indiscutiblemente, gusten o no, son los que estuvieron a cargo del movimiento estudiantil. Ellos fueron los que llegaron a convulsionar el Congreso y me encanta. Me encanta que esté la Vallejo, Boric, Jackson, Mayol.

-¿Eres frenteamplista?

-Sí. Soy izquierdista más que nada, y eso los mete a todos.

-¿Le afecta al mundo cultural la llegada de Sebastián Piñera a La Moneda? En su primer gobierno se redujo el presupuesto a cultura

-Pero si no le importa nada. Obviamente nos va a afectar. Siempre uno se pregunta quién va a estar de ministro de Cultura. Es tan inmoral Piñera, le gusta tanto la plata y eso habla súper mal de un ser humano. Es muy millonario Piñera, muy tránsfugo. Espero puras catástrofes. Pero creo que eso nos hace ser más peleadores a los artistas y creativos. Siempre hemos estado contra la corriente y vamos a tener más ganas de decir cosas, por lo menos yo, que he decidido usar mi trabajo como un arma social y política, por eso que ya no acepto trabajar en cualquier cosa y no pienso solamente en mi billetera y las flores que me puedan tirar. Me pregunto a quién le sirve esto que voy a crear, este nuevo proyecto, si va a aportar en algo a la persona que lo vaya a ver.  A veces me preguntan porqué no me meto a trabajar más directamente en política. Yo les digo que esto es lo que elegí, no ser política, que elegí ser actriz. Es mi tema pero desde otra manera. Quiero seguir ahí, en ese pie de guerra, seguir entregando calidad, contenido, humor, magia, creatividad, asombro. A la gente hay que entregarle esos elementos para que la vida sea más interesante.