Mauricio Pinilla recordó la depresión que sufrió y que lo llevó a internarse en una clínica psiquiátrica
En el programa De Tú a Tú, el ex futbolista dio cuenta de uno de los episodios más oscuros de su carrera.
Mauricio Pinilla fue el invitado al episodio de este jueves del programa De Tú a Tú, donde conversó en profundidad respecto de la depresión en la que entró entre el año 2005 y 2006, en una época marcada por las indisciplinas y los múltiples carretes a los que asistió.
En medio de eso nació su primera hija, Agustina, y junto a su pareja Gisella Gallardo, se mudaron a España. “Yo no estaba preparado. Estaba en otra. No era todos los días, pero cada carrete era atómico. Seguía con la mentalidad de que se me daba todo fácil. Tenía una línea de crédito muy larga pero después había que pagarla, y la pagué cara”, señaló el ahora ex futbolista.
En 2006, en Escocia, Pinilla recuerda que comenzó a sentirse ahogado, sin poder respirar y sentía una aceleración en el corazón. Según él, fue como una “sensación de muerte”. Por lo mismo, aseguró, no podía estar en su departamento. Esto coincidió además con su separación.
“Llega un momento de tanta desesperación que no podía dormir, andaba con las pulsaciones a 200 por hora, una angustia, me sudaban las manos, quería dejar de jugar, quería mandar todo a la cresta”, aseveró y en ese momento decidió volver a Chile sin avisarle a nadie. “Estaba nublado. Me sentía pésimo, estaba angustiado, estaba con depresión, con ansiedad, estaba con crisis de pánico. Mi cabeza no estaba preparada para tomar ningún tipo de decisiones. Pesqué mis maletas y me vine a Santiago, donde mis papás. Me aferré a ellos”, contó.
Diez días después llegaron a su casa el presidente y el director del club escocés en el que jugaba en ese tiempo, quienes buscaban ayudar a Mauricio Pinilla con su depresión con un plan de trabajo para solucionar sus problemas. Volví y comencé a entrenar nuevamente y me fracturo la muñeca y entré en una depresión peor que la que ya tenía”, confesó.
Internado y recuperación
Con la depreisón que sufría, Mauricio Pinilla reconoció que se escondía en el alcohol y raíz de esto, el club lo convence para ir a terapia a España.
“Estuve en una clínica psiquiátrica en Marbella, estuve dos semanas internado, con actores y actrices muy famosos. Era un hotel cinco estrellas del que no podíamos salir, que estábamos con terapias y medicación. Teníamos actividades todo el día, grupales e individuales”, contó.
Fue en ese lugar donde se dio cuenta que “estaba tirando mi vida a la basura” y le diagnosticaron depresión y ansiedad generalizada, recordó.
Recién en 2008 afirmó que comenzó a mejorar. “Ahí me digo ‘compadre, tienes una hija, no puedes ser tan hueón, irresponsable, primero contigo mismo, primero que nada. Cómo eres tan pelotudo contigo de tirar por la borda todo por lo que te has sacrificado tantos años, sobre todo con un bebé, que es una responsabilidad grande’. Un día en un carrete, previo a mi cambio de chip, salgo manejando curado y me voy a la casa de mi señora, que estaba con sus papás, no me quería abrir la puerta. Mi suegra me abre la puerta, los levanté a todos, y agarró a mi señora y le digo ‘el viernes nos casamos’. Y nos casamos el viernes”, contó.
“Esa noche fue el cambio de chip. Esta no es mi vida. Estoy en el cuerpo de otra persona. Esto no es lo que yo soñé, no es lo que yo trabajé, no es lo que yo pretendo para mi vida. Y nos casamos”, agregó.
Mauricio Pinilla aseguró que efectivamente en ese momento hubo un cambio real en su vida e intentó superar la depresión que sufría, pero le costó retomar el fútbol porque físicamente no se encontraba en buen estado. Del cielo le cayó una oferta para volver a Italia a un equipo de la Serie A. “Dije voy a partir de cero. ¿Te gustó el h**veo? Con la pala compadre, vamos a trabajar. Fue duro pero el Grossetto fue la salvación de mi vida. Ahí hubo un cambio. Ahí comencé a vivir mi vida como realmente había soñado desde niño”, afirmó.
Se dio el tiempo de leer todas las noticias malas que salieron en la prensa. “Eso me ayudó a decir ‘le voy a tapar el hocico a todos estos hueones’. Al final no era una revancha sino era taparme el hocico a mí mismo. De ahí recuperé la Selección, que me perdí dos copas América y un Mundial, que podría haber estado perfectamente”, indicó.